martes, 6 de julio de 2010

Opinión

Dedicado a mi
sobrino Jorge

Marili

Señor concédeme por favor.
Un hijo que sea lo bastante fuerte para saber cuando es débil, y lo bastante valeroso para enfrentarse a si mismo cuando sienta miedo.
Un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota, y humilde y magnánimo en la victoria. Dame un hijo que nunca doble la espalda cuando deba erguir el pecho.
Un hijo que sepa conocerte a ti ….y conocerse a si mismo, que es la piedra fundamental del conocimiento.
Condúcelo por favor te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero, aguijoneando por las dificultades y los retos.
Y ahí, déjalo aprender a sostenerse firme en la tempestad siempre con ideales altos.
Un hijo que se domine así mismo antes de pretender dominar a los demás, un hijo que avance hacia el futuro, pero que nunca olvide el presente.
Y después de lograr todo eso agrégale te lo suplico, suficiente sentido dl humor d modo que pueda ser siempre serio sin tomarse demasiado en serio a si mismo.
Dale humildad para que pueda recordar siempre la sencillez de la verdadera grandeza, la imparcialidad de la verdadera sabiduría y la mansedumbre de la verdadera fuerza.
Entonces yo, tu tía, me atreveré a murmurar.
¡No he vivido en vano!

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