lunes, 23 de agosto de 2010

Columnas

Memorándum
Gerardo Ruano Cástulo
REACCIONES NATURALES EN CONTRA DE AGUIRRE.
Las reacciones son completamente naturales buscando que el senador Ángel Heladio Aguirre Rivero no sea ungido como candidato de una alianza Anti-PRI, en aras de alcanzar la gubernatura, cuya posibilidad le fue cerrada por la vía del Tricolor, en donde Manuel Añorve Baños ya se promueve como precandidato y futuro candidato a gobernador.
Si se analiza con objetividad lo que está pasando en el escenario político, se debe aceptar que Aguirre Rivero ha venido a poner interesante el proceso electoral, porque hasta antes de su ruptura con el PRI, a los demás partidos no se les concedían posibilidades amplias para poder ganar la Gubernatura.

Ayer se hablaba de un PRD frágil y divido. De un partido carente de credibilidad ante el cuestionado gobierno estatal, encabezado por Carlos Zeferino Torreblanca Galindo. Así también de una lucha complicada entre dos bloques, el que impulsa la candidatura de Armando Ríos Píter y el de los perredistas tradicionales que promueven a los senadores David Jiménez Rumbo y Lázaro Mazón Alonso, cuyas diferencias hacían suponer el arribo a una elección con un partido dividido y un candidato sumamente diezmado.
También se comentaba de la conformación de una alianza a raíz de lo acontecido el 4 de julio, en donde el PRD y PAN, juntos, lograron ganar en tres estados de la república y de manera muy clara. Sin embargo, en el caso de Guerrero, el pero radica en el candidato, es decir, hasta ayer no se hablaba de un político de nivel y estatura para poder encabezarla y llegar con posibilidades de ganar el 30 de enero de 2011.
Hoy, ante la posibilidad de que Ángel Aguirre Rivero sea ungido como candidato de una mega alianza de partidos, se habla de que el PRI corre el riesgo de volver a perder la gubernatura. Porque además del apoyo que tendría de los partidos coaligados, si lo llegan a ungir como su candidato, el senador posee un liderazgo natural que es bien visto en diferentes estratos de la sociedad.
Ese escenario afecta intereses, tanto en el PRI, en los caciques y hasta en el mismo gobierno del estado. Lo que se puede ver reflejado en hechos concretos: Los columnistas Añorvistas comienzan a descalificar la posible candidatura de Ángel Aguirre y lo ubican como un mercenario que ya dividió el pastel entre sus allegados, lo cual suena ridículo, puesto que un político del nivel y la estatura del senador seguramente tiene otros puntos más importantes en su agenda, porque en todo caso, lo primero sería ganar la gubernatura y después lo demás. Pero está reacción es natural a efecto de sembrar el encono y el resentimiento para mermar la imagen de Aguirre Rivero.
Por otro flanco, el precandidato perredista Armando Ríos Píter, identificado por su afinidad política con el gobernador del estado, se ha mantenido firme en su aspiración y ha llamado a los militantes de su partido a cerrarle el paso a Ángel Aguirre Rivero. Tal vez porque así conviene a su patrón, Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, cuyo gobierno, hay que decirlo, se caracterizó por el menosprecio a los liderazgos del PRD. Los del sol azteca han cargado con el rencor y el odio de la gente al haber encumbrado al actual mandatario, lo cual se ha visto reflejado en los recientes procesos electorales. Es curioso, pero quien le volteó la espalda al PRD, es quien se opondría a que éste partido tuviera posibilidades reales de ganar en la próxima cita electoral.
Y para rematar, se habla de que el “tigrillo”, Rubén Figueroa Smutny, estaría alentando a través de una de las redes sociales, al senador David Jiménez Rumbo para que no decline su aspiración, porque lo considera más fuerte que Ángel Aguirre, cuando en el fondo del asunto, así le conviene a su papá, Rubén Figueroa Alcocer, quien ya depositó todas sus canicas en apoyo a Manuel Añorve Baños.
La realidad es clara: al PRI, al gobernador y a los caciques no les conviene que Ángel Aguirre Rivero sea el candidato de una mega-alianza de partidos. Los hechos así lo reflejan. Las posibilidades de un triunfo del senador son reales y por ello las reacciones son completamente naturales. El 30 de enero de 2011, no estará en juego cualquier cosa. Muchos se juegan su futuro político y hasta económico. Esa es la cuestión. Mensajes y comentarios: geruanoc@hotmail.com

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