lunes, 25 de octubre de 2010

Columnas


Falconario
Jorge Falcón
«Era tanta la pujanza del Señor Don Baltazar, que una vez llego a ensartar 150 en su lanza. ¡Oh, lanza, lanzita, lanzón, échanos tu bendición y tu buenaventura!», dice una de las estrofas de cantos bucólicos campiranos, de héroes medievales de España.
Don Manuel Añorve Baños, candidato del PRI, no anda en campaña: pero se le antoja como ocurrencia ociosa, visitar a sus amigos en el estado de Morelos y de los Estados Unidos, también, amigos guerrerenses radicados allende las fronteras.
La mentalidad del morelense, es diametralmente opuesta a la del guerrerense. Eso es un hecho palpable. Por culturas dadas y academias puestas. Turísticamente no podemos comparar a uno con otro; menos, en la generación de empleos, de lo cual se ufana Don Manuelito, como tal parece sigue siendo el mandatario de los acapulqueños.
El periplo del aspirante suspirante, va sobre un plan trazado y no es al azar. La mortificación es tal, que no dudemos que diga que buscará en el Vaticano a los amigos guerrerenses, para que también vengan a votar en el 2011, por su «proyecto Figueroa-Juárez».
Don Baltazar, perdió su guerra y se fue al destierro.

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