martes, 30 de noviembre de 2010

Columnas

Mujeres y política

¿Dónde están las mujeres?

Soledad Jarquin Edgar

“Sin las mujeres no hay democracia” es una frase trillada, porque se repite como rosario, es una frase como tantas otras que se vuelven “clichés”, pero frente a la realidad, nos damos cuenta que está vacía, sin contenido ni compromiso de quién la dice. Esa frase, como muchas otras, se usa porque es políticamente correcta, pero nada más.
A tres días del “gran día” para Gabino Cué Monteagudo, quien gobernará Oaxaca estos próximos seis años, se sabe –todavía no a ciencia cierta- quiénes son los posibles integrantes del GABInetazo, lo que deja ver que a los señores del poder del próximo sexenio no sólo estará plagado de ex priistas diodoristas; hay empresarios reconocidos, que quién sabe persiguiendo qué interés piensan “servir” desde su visión empresarial esta tiendita que ven en Oaxaca; estarán los jóvenes representados nada más ni nada menos que por el hijo del ex gobernador Carrasco Altamirano, Santiago Carrasco, pero de las mujeres nada o casi nada, excepto lo que ya era inevitable el Instituto de la Mujer Oaxaqueña, faltaba más.
Esta acción, sin duda, muestra que Gabino Cué es un hombre agradecido en extremo, quizá recordó que el ex priista le dio la oportunidad hace 12 años, cuando tenía poco más de 30 años. Ahora, el devolvería el favor colocando al hijo de su amigo Diódoro en un puesto clave para Oaxaca, sólo que el joven Santiago tiene menos de 30 años. Algo debe traer el muchacho para que así fuera. Veremos, ya veremos.
Por eso, la frase: sin las mujeres no hay democracia, se queda vacía. Ellas no estarán en los grandes cargos, en los puestos públicos del poder. Una ausencia notable a todas luces. Una persona cercana señalaba que “no hay mujeres”, que las que se presentaron con sus cartas-credenciales eran ex funcionarias, ex diputadas y otras ex… que “no hicieron gran cosa”. Entonces a ellas, bajo ese razonamiento, no les dieron nada. Sin embargo, vemos que sí volverán algunos ex funcionarios, priistas convencidos y otros que se arrepintieron de estar en la línea tricolor. Para ellos, el razonamiento de que “ya fueron”, de que “no hicieron nada”, no funcionó, a ellos se les pasó por alto ese detallito.
Sin duda hay muchas mujeres destacadas en Oaxaca que bien podrían estar al frente de dependencias que usualmente son ocupadas por los hombres, en todas las áreas, sin discusión. Esto no quiere decir que serán mejores que ellos, pero nadie les ha dado la oportunidad y este gobierno, llamado gobierno de transición, no es la excepción en la forma en que son tasadas las mujeres.
El pasado viernes, al conmemorar el Día Internacional para la Eliminación de la violencia contra las Mujeres, integrantes del Colectivo Huaxyacac, pidió en la voz de Anabel López Jiménez, que “no coloque a quienes tengan algún antecedente de violencia contra las mujeres”. Este podría ser el primer escollo en la buena relación entre mujeres del Huaxyacac y Gabino Cué, ya que es probable que uno –o quizá varios- de sus funcionarios tenga este tipo de antecedentes.
Pero volviendo al asunto de las mujeres, Anabel López Jiménez, lanzó algunas solicitudes al nuevo gobierno, las cuales ella misma tendrá que vigilar que se cumplan, sólo que desde adentro de la institución y su respuesta tiene plazo, el mismo que el Colectivo Huaxyacac le puso a Gabino, aquí lo que dijo:
“…el nuevo gobierno debe dar señales de compromiso ante los derechos de las mujeres en los primeros 111 días facilitando el acceso y la impartición de la justicia para ellas, capacitando al personal de las instancias correspondientes en el tema de género pero principalmente comprometiéndose a que en su gobierno ninguna mujer será asesinada a causa de la misoginia, que ninguna mujer morirá por discriminación y por la ausencia de un Estado garante y vigilante de los derechos de más de la mitad de su población: las mujeres. Ninguna ley a favor de los derechos de las mujeres deberá ser letra muerta durante los próximos seis años”.
Y sí, hay que decirlo, las mujeres esperan que al menos la violencia no se siga reproduciendo como hasta ahora, 295 mujeres asesinadas en los últimos seis años, como señala el recuento hemerográfico presentado por Huaxyacac en su conferencia de prensa; lo peor es que sólo tres por ciento han logrado que sus casos no queden en la impunidad. Como sucedió el 11 de este mes, en San Juan Guichicovi, donde un elemento de la Policía Preventiva Estatal, asesinó a dos mujeres indígenas, una muchacha de 21 años y la otra de 25 años, el culpable, seguramente protegido lograron huir. Así las familias de las víctimas que quedaron con dolor que produce la ausencia de estas mujeres y nunca tendrán justicia. Eso es lo que ya nadie quiere.
Todo empieza de nuevo el 1 de diciembre, la mayoría de la gente espera mucho más de lo que el propio Gabino Cué imagina y con la esperanza de la gente no se puede jugar. Como chiste hoy se dice que al tomar protesta el próximo miércoles tendrá que sacar su barita mágica y como el famoso mago convertirá a los sapos en príncipes. De ese tamaño son las cosas.
Habría que mirar qué va a pasar con las mujeres triquis ahora que ya entró el ejército a la zona que habitan allá en la mixteca oaxaqueña, de quién o entre quiénes fue el acuerdo. Se olvidaron muy pronto, en estos días de cambio de la administración de gobierno, de los daños que las propias mujeres triquis han relatado causa la militarización, hay libros, denuncia y relatos de esas mujeres algunas de ellas que en los años setenta y principios de los ochentas eran niñas, ahora mujeres con sus propios sueños, sueños que no han dejado crecer porque ellas no han tenido la posibilidad de desplegar sus sueños de vivir en paz. De eso hay que hablar, esa militarización podría tener consecuencias graves y funestas para las mujeres triquis, más graves de las que ahora viven, pero demuestra el gobierno que no tienen ninguna capacidad para resolver los problemas internos de esa comunidad.
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