miércoles, 10 de noviembre de 2010

Opinión


Concentración Acapulco:
es ¿Termómetro político?

Isaías Alanís
Los hechos, las causas, los efectos y el caos, forman parte de una gran interrogante que como en Acapulco, recorre el territorio nacional con su guadaña impune. El secuestro y muerte de los michoacanos, cuyos cuerpos fueron encontrados en el poblado de Tunzingo, es una muestra de ineficacia y liviandad del sistema de impartición de justicia.
El dolor de las familias, hijos, padres, esposas, madres de los asesinados a mansalva, como las ejecuciones sumarias de Sadan Hussein, es doloroso y sólo muestra el grado de desintegración del andrajo social. Pero también, la ausencia de un entramado donde la justicia sea garante de la seguridad de los ciudadanos. Y si como aseguran los deudos, los ultimados en Tunzingo, ¿sólo formaban parte de una caravana de turistas que como lo explican, cada año visitaban distintos destinos de playa en Guerrero? Hasta el día de hoy, no existen testimonios documentales que digan lo contario, o sea, que los michoacanos asesinados en forma por demás violenta y terrible, pertenecieron o no a alguna organización delictiva.
En Acapulco hay terror, miedo de salir a la calle. El puerto se cubre de sangre y la gente está verdaderamente espantada. No llega el turismo, de lo que viven los acapulqueños. Y prevalece un clima de indefensión generalizado. ¿Qué dice en torno a estos acontecimientos preocupantes el gobierno de Guerrero, si demasiado tarde se convoca a los «Diálogos por la seguridad en el estado», con auditorio vacío y después de cinco años de silencio absoluto y centenares de muertos en toda la entidad? Acaso las autoridades esperan que suceda lo de Tamaulipas, donde cayó un candidato a gobernador y recientemente en una balacera típica de Irak o Afganistán, ejecutó la Marina y los federales, tras horas de lucha a Ezequiel Cárdenas Guillén. Y que al igual que en Cuernavaca, Nuevo León y ahora Matamoros, la respuesta del crimen organizado ha sido sembrar el terror y anarquía en la ciudad fronteriza tamaulipeca. ¿En qué país vivimos?
El discurso de los candidatos del PRI y PRD, y sus respectivos aliados, se ha convertido en una reyerta semiótica de acusaciones mutuas que se estrangula por si misma antes de llegar al fondo. Ángel Aguirre ha sido más cuidadoso y mesurado, no así Manuel Añorve. ¿De uno y otro lado hay propuestas novedosas?
Hasta el día de hoy, las campañas se han dedicado a notificar cuántos militantes del PRD, se han sumado al PRI, y cuántos del PRI, al PRD. Es una lucha bipolar y pobre en ideas. El perro acusa al gato y el gato al ratón y no a las verdaderas ratas que nunca han abandonado el barco, ni lo harán. El discurso de Manuel Añorve es gastado y su oferta del fertilizante gratuito, es demodé y ya superado por gobiernos priistas anteriores. Angel Heladio Aguirre Rivero, debe de cambiar su discurso y darle mayor privilegio al gran vacío político que padece Guerrero. Ser más directo y que su arenga vaya a tono con los tiempos y meterse de lleno a la agenda abandonada de la entidad: violencia extrema, criminalización de las luchas sociales, falta de agroindustrias, turismo sustentable, La Parota; equipamiento urbano para todos: hospitales, agua potable, carretas, alcantarillado, educación de calidad, empleo, etc. Urge crear un nuevo lenguaje político. Porque si Manuel Añorve Baños acusa de corrupto al primo, Aguirre Rivero hará lo mismo con la documentación que un ex gobernador sustituto, debe de tener de quién fue su delfín y secretario de finanzas. ¿Quién gana de todo esto? El sainete barato y no las propuestas. Imagino las siete columnas de diarios y pasquines cargados y pagados para un solo lado, de noticiosos de radio y televisivos locales; medios existentes en la red y toda la caterva de fumigaciones evangélicas a domicilio por parte de editorialistas afines o de los confines del semanario protestante o católico. La granja de chayote fresco incrementaría sus ventas de garaje y en lo oscurito. Se harán convenios a modo y tinterillos de negocios fantasmas de publicidad harían su agosto, después de cinco años de resequedad financiera. Pero no se trata de eso, lo que está en juego es gobernar un estado -de tan pobre- que tal parece que las promesas incumplidas le han llenado el cogote a los guerrerenses que están hasta las chanclas de más mentiras. Tanto el abanderado de Guerrero Nos Une, Angel Heladio Aguirre Rivero, como Manuel Añorve Baños, el «cabroncito», deben de abandonar esta parafernalia rupestre y meterse de lleno a las propuestas y no tan sólo «firmar cheques en blanco en diarios locales», y generar una metodología para el cumplimiento de las mismas. Es facilísimo decir: voy a traer a la luna para sembrarla en el centro de la bahía de Santa Lucía y si no cabe me la llevo a Metlatónoc. Prometer no empobrece. La realidad es otra. Guerrero ya no aguanta otros cuatro años de opacidades y demagogia. Si así como están las cosas, la violencia es imparable, se imaginan el incremento acelerado de ésta donde no hay posibilidades de crecimiento, sin implosiones del desarrollo sustentable en Guerrero, la delincuencia y la sub cultura del narco, avanza y le puede ganar la batalla al estado.
MINUTERO ELECTORAL: Los añorvistas cierran los ojos ante la evidencia del repunte del candidato de la alianza PRD, PT y Convergencia, Ángel Aguirre Rivero. Lo acontecido en Acapulco el pasado domingo 7 de noviembre, es una muestra de la ruta trazada por la alianza. Los de Guerrero nos Une, sienten ya un triunfo anunciado. No hay que echar las campanas a vuelo. Se les puede volver atolito con el dedo, si no aceitan su estructura para el día de las votaciones… Y todavía falta mucho… y como escribió Quevedo: «poderoso caballero…es don dinero…
En tanto en el war romm del PRI, se les hace cocas el engrudo y no sólo confunden el trabajo partidista con los intereses personales, el malabarismo verbal atropellado de: «ratas, barcos, barcos, ratas…» sino graves problemas con el tamaño de su ego… ¿Presienten como suyo el regreso del hijo pródigo o ya se ven sesteando en la hamaca por otros cuatro añucos? Ya no se trata de prometer. Se trata de cumplir.
¿A qué se debe el silencio casi sepulcral de don Rubén Figueroa Alcocer y de Héctor Vicario Castrejón?
¿Y en qué territorio caza el jaguar descalzo y silenciado?
El viernes 12 de noviembre, los espero, en el Salón de los Gobernadores del Museo Regional a la presentación de mi libro: Con rumbo desconocido, historia de Chanes, Chanecas y Tonos, El arcón de las mentiras. La cita es a las 18.00 hrs. Comentan: Juan Alarcón Hernández, Felipe Moreno, Enrique Alcántara y Ulbert Sánchez. No falten.

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