Agandalla Zeferino
Informe de Astudillo
Agustín Nava Escobar.-»Gandalla» y abusivo como siempre el gobernador Carlos Zeferino Torreblanca Galindo aprovechó la multitud de invitados al segundo informe de labores del alcalde de Chilpancingo Héctor Antonio Astudillo Flores para hacer «su» propio informe de actividades.
El gobernador había sido invitado por el propio Astudillo Flores, como lo hizo con los representantes de los poderes Legislativo, donde descortés el presidente de la Comisión de Gobierno del congreso, no se presentó, y de Edmundo Román Pinzón, presidente del Tribunal Superior de Justicia.
Al término del recuento de la obra invertida para obras sociales que dejaron satisfechos a los chilpancinguenses por el grande esfuerzo del edil posteriormente hizo uso de la palabra el mandatario guerrerense.
Carlos Zeferino Torreblanca Galindo subió a la tribuna para tomarse mucho más tiempo que tuvo Astudillo Flores en su rendición de cuentas, para hablar de las acciones que ha hecho.
La primera puñalada «trapera» por la espalda que recibió Astudillo Flores fue cuando el invitado especial Carlos Zeferino Torreblanca Galindo dijo: «Este ejercicio de rendición de cuentas sin duda es una responsabilidad permanente y como lo he dicho en otra ocasiones seguramente tendrá que irse perfeccionando para rendir cuentas y transparentar los usos de los recursos y las acciones».
Luego utilizó el «truco» de la conmiseración para en tono cortante y lloroso hablara en la explanada del zócalo a las siete de la tarde de ayer, para decir: «he puesto mi mejor esfuerzo y mi mejor empeño para servirle al pueblo de Guerrero. Sin duda hemos cometido muchas equivocaciones, ha habido en mi gobierno «claros y oscuros; ha habido errores y omisiones», pero he actuado con la mayor de mi buena fe».
Típico de un manipulador Torreblanca Galindo dijo que se esforzó a toda su capacidad para respetar al pueblo, a sus costumbres, a sus tradiciones, color y su historia; me empeñé por ganarme la voluntad de la gente.
Lo bueno es que le quedan tres meses para que deje el cargo, decían ciudadanos que estaban pegados a las bocinas, pero más descaro tuvo el gobernador cuando volteó a ver al presidente Astudillo para decirle: «quiero decirle presidente que dentro de la política y personalmente que yo soy y me considero su amigo; no sé usted».
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