lunes, 10 de enero de 2011

Opinión

César Ramos y Arturo Pacheco
violan principios rectores de IEEG
Alvaro Leyva Reyes*

Dentro de los 5 Principios Rectores que deben observar los 7 Consejeros electorales del Instituto Electoral del Estado de Guerrero (certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad), sobre todo en las campañas electorales como el que hoy estamos viviendo los guerrerenses, el más importante es el de la imparcialidad, que a la letra dice:
«… en el desarrollo de sus actividades todos los integrantes del Instituto Federal Electoral (IFE) -y que es aplicable al Instituto Electoral del Estado de Guerrero (IEEG)-, deben reconocer y velar permanentemente por el interés de la sociedad y por los valores supeditando a éstos, de manera irrestricta, cualquier interés personal o preferencia política».
A pesar de este ordenamiento jurídico y ético, de los 7 consejeros, 2 de ellos no se han conducido con imparcialidad, me refiero a César Gustavo Ramos Castro, presidente del IEEG, y Arturo Pacheco Bedolla, porque se han puesto a favor del candidato de las supuestas «izquierdas», ya que se les ha visto que andan personalmente de salameros, además envían a sus personeros para que con los coordinadores del candidato «del no», se emborrachen y se harten de botanas derrochando el dinero que les ha estado enviando Marcelo Ebrard, desde la jefatura de Gobierno del Distrito Federal.
Por eso tiene razón el doctor Manuel Añorve Baños, candidato a gobernador por la Coalición Tiempos Mejores para Guerrero (PRI, Panal y PVEM), al exigir que se investiguen a estos impostores hasta sus últimas consecuencias, incluso que se les aplique juicio político para que sean destituidos como consejeros electorales porque ellos son servidores públicos, y deben conducirse con responsabilidad y probidad, según el artículo 112 de la Constitución Política del Estado de Guerrero.
Recordemos de cómo entraron al IEEG (antes Consejo Electoral), César Gustavo Ramos Castro y Arturo Pacheco Bedolla, al ser impuestos por Armando Chavarría Barrera (qepd), porque ellos no reunían el perfil para ser consejeros, pues había otros aspirantes con mejor nivel académico.
Revisemos sus «estudios», son de muy bajo nivel y otros fueron inventados al vapor. César Gustavo Ramos Castro, también impuesto presidente del IEEG, solo tiene licenciatura en Derecho por la UAG y dice tener maestría en Derecho Constitucional y Electoral por la Universidad Autónoma de Acapulco, pero no muestra en el portal del IEEG su cédula profesional. Además la Unidad de Derecho es la peor de la UAG, allí hay tráfico de influencias y se venden los títulos al mejor postor.
Arturo Pacheco Bedolla, es licenciado en derecho por la UAG, y dice tener «maestría» en Derecho Constitucional y Amparo por el Centro de Investigaciones Jurídico-Políticas y Ciencias Políticas, de la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Y se hace pasar por «doctor» en Derecho Electoral por el Centro de Ciencias Jurídicas de Puebla. Todos sabemos que él no ha vivido ni en Tlaxcala ni Puebla, pero además en el portal del IEEG solo muestra su cédula de licenciado en Derecho. Es decir, ha «estudiado» en centros «patitos» a distancia o por correo como hizo su «doctorado» Emiliano Lozano Cruz, de triste memoria.
Quines asistimos al Museo Regional de Chilpancingo, hace algunos meses a la presentación del libro «Juan Álvarez. Entre el zorro y la pantera», del joven escritor Mauricio Leyva, uno de sus comentaristas fue nada menos que Arturo Pacheco Bedolla, por cierto ahí se presentó como recién «doctorado en derecho», por el «centro patito de Puebla», pero nos causó una gran decepción sus «comentarios», porque lo único que hizo fue leer el prólogo que escribió en el libro el Maestro Ricardo Infante Padilla, es decir, el flamante «doctor» o no había leído el libro, o no sabe como se comenta un libro. Al final de la presentación alguien le preguntó al autor ¿por qué había invitado como comentarista al impostor en derecho si había hecho el ridículo?, el joven escritor, con la modestia que siempre le ha caracterizado dijo estas breves palabras «él se autoinvitó».
Ahora, estos dos consejeros personeros, «huérfanos de Chavarría», quieren una vez que terminen de cobrar en el IEEG, porque no saben hacer otra cosa, brincar como Magistrados del Tribunal Electoral, para seguir disfrutando de las prebendas que otorgan las traiciones, son como los chayocolumnistas salameros que están acostumbrados a no trabajar, pero al doctor Manuel Añorve Baños, por ser producto del esfuerzo, porque él sí estudió la licenciatura, maestría y doctorado en Derecho en la UNAM, detesta a consejeros y «columnistas» salameros, que son productos del «chayote». ¡No pasarán!
*Analista político. Universidad Complutense de Madrid, España.

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