viernes, 10 de junio de 2011

COLUMNA


La Jaula de Dios
Jesús Pintor Alegre
«Por los caminos del sur», como diría el maestro José Agustín Ramírez, y que ahora se remata con que brincan varios aspectos de nuestra vida a la que nos hemos enconchado.
En este tema, nos hacen el favor de abrir nuestras entendederas los propios funcionarios estatales. El día de ayer, el titular de la Secretaria de Desarrollo Económico, el panista Enrique Castro Soto, fue a una estación de radio de la capital, para suplicar a las grandes empresas asentadas en Guerrero, que de favor se domicilien fiscalmente en el estado, para que ahora sí, paguen impuestos.
¿Se imaginan el calibre de la declaración?, con esa confesión nos damos cuenta de uno de los motivos por el que tanto tiempo el estado de Guerrero es pobre, y que es, sin vueltas, gracias a la falta de carácter de nuestros políticos.
Y es que bueno, también lo dijo muy claro el miembro del blanquiazul, y ex coordinador general de la campaña del gris candidato a gobernador, Marcos Efrén Parra Gómez, de que no pagan impuestos los grandes empresarios no se dio cuenta el gobierno, sino que en un foro, un ciudadano les dijo donde estaba el error, o sea, a la vez que friegan al pueblo, es el pueblo quien les hace la chamba.
El mensaje que dio nuestro secretario de desarrollo económico, deja en claro la capacidad y la fuerza, amarrado a la esperanza de crecimiento del estado. Con estas nuestras autoridades, buen árbol nos resultan con su raquítica sombra. La imploración que hizo, fue con más énfasis hacia las empresas mineras asentadas en nuestra entidad, quienes dijo el funcionario, explotan el subsuelo, nuestro subsuelo, se hacen millonarios, pero no dejan utilidades en la entidad.
De acuerdo a los datos de la Sedeco, la entidad gobernada por Ángel Aguirre Rivero, aporta del Producto Interno Bruto, apenas el 1.96 por ciento, y lo hace simplemente porque no es capaz de captar más contribuciones en este estado de delincuentes fiscales. Si no pagan impuestos las grandes empresas, aquí entonces, debería entrar la mano del poder Legislativo, o dicho en otras palabras, que los diputados de pongan a trabajar para obligar a esos empresarios rapaces, a dejar algo de lo tanto que se llevan.
De allí que dijera Castro Soto, que si los grandes empresarios dieran su parte, la aportación de Guerrero al PIB, en consecuencia, sería mayor, y es que en la entidad el 80 por ciento de la actividad económica, recae en las micro y pequeñas empresas, ¿y las empresas donde circula o se generan los grandes dineros?, bueno pues no salen de allí en bien de su propio beneficio.
Así en ese sentido vemos los trabajos de todos nuestros próceres funcionarios. En algunos cuando menos se ve el intento, pero en otros, en serio, y hay que aplicar la filosofía que explica Alberto Ruy Sánchez en su libro «Los nombres del aire», donde dice que para obtener la confesión de un mudo, simplemente hay que interpretar su silencio.

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