COLUMNA

La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

A cuatro días del segundo aniversario del asesinato del ex diputado local presidente del Congreso, Armando Chavarría Barrera, se nota en las autoridades ese desgano y esas ansias porque el tiempo no transcurra, que se detenga en estos cuatro días, encuadrado en los tonos de Reloj con el ritmo de los Panchos que dice que no marque las horas porque va a enloquecer.

Entre las bravatas del titular de la secretaría de desarrollo social que se imagina que está en eterna campaña y no asume su encargo, David Jiménez Rumbo, lo remarcó en Tixtla, y allí, luego de la muestra del poder militar, con sus tanquetas y su arsenal, sus recursos materiales y humanos, su preparación, su capacidad… y que sin embargo no pueden con la delincuencia organizada, el senador con licencia dijo a los reporteros que el culpable de ese asesinato era Zeferino Torreblanca Galindo.

Así de crudo y así de directo. También adelantó que ya el procurador Alberto López Rosas está confiado que investiga en esa línea, y confía con ese poder amarillo que distingue a este funcionario de la grilla, que esclarezca el caso tan espinoso y tan lleno de abrojos, que cualquiera no quisiera que existiera, pues podría afectar a personas que el gobernador Ángel Aguirre Rivero no quisiera afectar.

Ya lo escuchamos una vez en un lamento que duele: su gobierno no se va a dedicar a hacer una cacería de brujas sino que sólo a gobernar, una expresión reproducida en voz de su esposa, Laura del Rocío Herrera, con ese tono de voz melosa, aterciopelada y casi inaudible… eso de cierto, lastima, pues los culpables de los males de Guerrero iban a andar con toda impunidad, paseándose y restregándole a los guerrerenses su descaro.

Según el político partisano de la grilla, David Jiménez Rumbo, con o sin su fusil AR-15 o su AK-47 terciado, ya acusó: el culpable es Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, falta que le hagan caso, pues ahora el ex gobernador quiere ser senador por el Partido Acción Nacional, y quiere volver a adquirir poder para seguir burlándose del pueblo, ya Angel Heladio Aguirre Rivero dijo que quiere gobernar, sólo gobernar, ya el procurador ha guardado silencio y contesta sobre el tema con evasivas o con ambigüedades.

Nadie quiere que ese caso lleno de ortigas se esclarezca, ¿cómo un hermano le va a pegar a otro?, o ¿cómo va ser que perro coma perro? ¿Cómo un negro puede ser racista y condenar a uno de su mismo color?... es un disparate, así de llano, un ladrón puede, sí, acusar a otro ladrón, pero no puede sancionarlo. La viuda de Chavarría, Martha Obeso, dijo que en Angel Heladio Aguirre Rivero no hay interés por esclarecer el caso.

…¿No podría contentarse la sociedad y la familia de Chavarría con un homenaje, un monumento espectacular del político asesinado, elevarlo a mártir de la Revolución, y pagarles una pensión de por vida?, digo, es que castigar a los culpables como que duele mucho, y tambalearía la tranquilidad de la casta política, imagínense, sería como que un caso inédito y hasta un disparate.

Y si no, sólo volteemos las hojas de la historia, de ser efectivo que el hermano castigue al hermano, ya se habría visto con los casos de José Francisco Ruiz Massieu, o el de Luis Donaldo Colosio, de quienes sus familiares están ahora gozando las prebendas de esos actos criminales, han repuntado de manera importante en sus canonjías, y los asesinados hasta han sido ascendidos a mártires de la lucha revolucionaria moderna.

Les han hecho homenajes, les han hecho monumentos, hasta canciones tienen, y ya forman parte de la historia y aparecen en las publicaciones oficiales. Bueno, y ya no se diga del panista, también asesinado en el era del zeferinato: José Bajos Valverde, pues bueno, ya el PAN ha recuperado su registro en Guerrero y podrá participar en los comicios del 2012, ¿qué más quieren?, que los panistas ni le muevan, pues ya es mucho con Chavarría Barrera.

Y así en esos tonos, los gritos de plañideras que escamotean la dignidad del guerrerense, es un hecho que a nivel nacional al PRI no le interesa esclarecer nada, ni al PAN, y por acá, en Guerrero, menos al PRD, amarillos de color y de sentimientos, amarillos por enfermedad hepática y de susto, espantados por sus mismos males y sus propias perversiones.

Que Guerrero se prepare para escenificar gratuitamente, una faramalla más, un acto circense con todo el ruido apagado en el mundo de mudos, ciegos y sordos.