viernes, 3 de febrero de 2012

COLUMNA

El Alacrán


¡QUE A TODA MADRE ME PASE EL DIA DE HOY EN EL BANCO!


Aunque usted no lo crea, me la pasé a todas margaritas sentado en una silla del Banco, y como no es comercial y estos putos no pagan la publicidad, no diré el nombre de esta institución, con todas las nalgas extendidas, y el culo pegado, a la acojinada silla, me dispuse a esperar mi turno, para ver mi estado de cuenta, pasaron los minutos al principio se puso aburrido, como cualquier candidato a la Diputación o a la Presidencia Municipal, después de 30 minutos se puso buena la cosa, pues desfilaban ante mis ojos unos ¡PEDORRONES!
 grandes con jugosas nalgas pasaban enfrente de mi nariz, tratando de que mi olfato fuera mas perceptivo para oler los manjares que traen entre sus piernas estas Ninfas del Olimpo, algunas si me daban el petatazo, y entre el perfume Chanel 5 y el jugo de 8 verduras descompuestas, me sacaban de onda y esas eran las del «SUMO» unas gordas, con las alas hediondas, y unas nalgas que cuando se sientan en el Tilote (escusado) se les cuelga la grasa, esos eran los momentos desagradables, pero fueron compensados con unas damas que, traían una cinturita de doncella y unas macizas redonditas, y duritas, con unos pantalones apretados, que de frente se les veían los labios sensuales, separados por el pantalón, apretado eso se observaba cuando salían de las cajas pero cuando estaban formadas esperando su turno y de espaldas se notaba el cansancio de estar paradas y el movimiento consistía apoyarse en una pierna y después en la otra, con ese movimiento se notaba que el pantalón era absorbido por el agujeró, llamado Colon ver entrar y salir del pantalón excitaba, me imaginaba, a que olerá esa parte del Libáis, ¡Claro esta! que a Diputado del Congreso del Estado, a ¡PURA MIERDA! Pero por delante en donde están esos fogosos Labios olerá a miel del Cielo, a ensueños de amor, a la eternidad del alma al primer beso de un enamorado. Pasaron los minutos y mi mente entretenida, viendo todo tipo de nalgas bien forradas, con pantalones blancos que dejaban ver el color negro de sus pantaletas de hilo, el camarón estirado, al ver tan hermosas damas, en eso se escucho el tinnnnn, del tablero marcando el 145 ¡CHINGADA MADRE! Es mi numero me levante del asiento y comencé a caminar como rengo para que me entienda como ¡COJO! Por lo alebrestado que estaba el camarón. Que día tan bello, todas esas nalgas solamente para mi.

Los Quiere Cecilio

FELIZ FIN DE SEMANA Y QUITESE ESE CASCO DE PENDEJO, HAY COSAS QUE ADMIRAR EN ESTE MUNDO.

1 comentario:

  1. esto está mejor que la columna de un "un minuto" jajajaja

    ResponderEliminar

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.