jueves, 24 de mayo de 2012

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista

Los chilpancingueños hemos degustado la cocina que las abuelas y las abuelas de las abuelas establecieron aquí desde épocas remotas. Té de toronjil, pozole, atole, tamales, etcétera.

Y como los políticos conocen, entre otras muchas cosas las debilidades culinarias del pueblo que pretenden gobernar, en su propaganda se enfocan a esos gustos populares para atraer votos. De tal suerte que dos de los aspirantes a la silla municipal, Alejandro Mendoza Pastrana, candidato del PRD a la alcaldía y Mario Moreno Arcos, candidato del PRI, inmediatamente después de haber oído el grito de ¡aaaaaaarrrrraaaaancannnnn!, para comenzar sus respectivas campañas políticas lo primero que han ofrecido al electorado es que ¡ahora sí se va a resolver el problema del surto de agua para Chilpancingo!
Esa «banderita» que desde hace años ha sido el tema principal de campañas de candidatos de todos los partidos políticos a la presidencia municipal, a la gubernatura de Guerrero, a la diputación local y federal, a la senaduría y a la mismísima presidencia de la república es una canción que los habitantes del valle de Chilpancingo ya nos la sabemos de memoria.
Es más, ya sabemos cuáles son los temas que van a usar en sus discursos a lo largo de sus recorridos. Ingenuos o tontos, o las dos cosas, ahí vamos a la urna a votar por ellos, con la esperanza de «a ver si ahora sí nos cumplen» en dar solución al cada vez más grave problema de la escasez de agua.
Llegan a la alcaldía, se encierran para atender sus muchas ocupaciones y el problema del agua crece y crece y crece. ¿Solución al problema del agua? ¡Cero!
Nos llamó poderosamente la atención la serie de ofrecimientos que hizo ayer en las oficinas del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa al pueblo de Chilpancingo por medio de los periodistas el candidato del PRI a la alcaldía, Mario Moreno Arcos.
Leí y releí la nota de Domingo Francisco Reyes que publicó La Crónica/Vespertino de Chilpancingo en cuanto a lo que dijo Mario: «En la primera semana que yo asuma la presidencia municipal de Chilpancingo daré prioridad al suministro de agua potable».
Es decir, sacó cómo As de la manga la cantaleta de siempre, otra vez el «atolito con el dedo» a la ciudadanía, y supone Mario Moreno Arcos que con esa «oferta» habrá de ganar todos los votos y en consecuencia la alcaldía. No es el único que esgrime el ya muy manoseado ofrecimiento. Su contraparte, Alejandro Mendoza Pastrana, candidato del PRD ofertó lo mismo.
Pero resulta que quien sí conoce a fondo la problemática es don Gerardo Nabor Ojeda de la Peña, un muy respetable y mucho más creíble funcionario municipal que nos consta ha trabajado como titular de Capach intentando hacer milagros para abastecer de agua a Chilpancingo, pero él lo dice tal como es y hasta en verso: «Sin inversión no hay solución».
En una la nota de un periodista a quien admiro, aplaudo y respeto como es don Baltazar Jiménez Rosales, nuestro también admirado Gerardo Nabor Ojeda de la Peña -¡hijo de tigre, pintito- criticó que los candidatos a la presidencia municipal tomen como bandera el problema del agua en Chilpancingo y critiquen el actuar del organismo a su cargo «sin tener conocimiento a fondo del problema y, más aún, sin allegarse de la opinión de expertos del tema».
O sea, que quien hable sin tener los pelos del burro en la mano, que no hable a lo wey porque rebasa al burro. Claro que don Gerardo Nabor se refería a las críticas sin fundamento de Mendoza Pastrana.
No pudo haberlo dicho en alusión a Mario Moreno porque este último inclusive ya fue alcalde y en su momento tuvo en las manos todo tipo de soluciones.
El por qué no lo hizo, el por qué como alcalde dejó crecer el problema es asunto que sólo el propio Mario Moreno conoce, pero Gerardo Nabor, a lo mejor desconociendo que Mario había dicho lo mismo que Alejandro, se fue sobres, agarró parejo pero de manera inconsciente… ¡O a lo mejor no! Todo es posible.
 En síntesis, Nabor Ojeda de la Peña dijo que para solucionar realmente el problema se requiere de una inversión de alrededor de dos mil millones de pesos.
Entonces, pues, si con el optimismo que caracteriza a quienes son candidatos a la alcaldía chipancingueña anuncian con bombo y platillo que su prioridad será solucionar el problema del agua, que nos informen de dónde van a sacar esa cantidad de dinero, para más o menos creerles que, en efecto, esta vez no nos van a dar atolito con el dedo.
Detalló Nabor Ojeda otros aspectos de no menor importancia para abastecer de agua a Chilpancingo.
Porque dijo que la red de distribución del agua ya necesita ser cambiada porque ya cumplió su vida útil, se necesitan tender líneas nuevas y piensa, obvio, de manera lógica: llevar agua suficiente a las colonias porque Chilpancingo no nada más es el centro de la ciudad.
Lo que nos llamó la atención de sus comentarios es que dijo que la Capach no regula a los piperos, y que ese organismo no tiene nada que ver con ellos. Entonces, pues: ¿Quién los regula? ¿Quién vigila sus tarifas? La pipa «chica» ya la cobran a 250 pesos, ¿quién autorizó esa cantidad? ¿Quién protege o defiende al pueblo? ¿El Chapulín Colorado? Chespirito ya está más viejo que la red de distribución de agua en Chilpancingo y seguimos corriendo el riesgo de que los políticos nos sigan usando para avenirse votos con lo de siempre: Promesas, promesas y más promesas, pero jamás cumplirlas.
El tema de entrada de la campaña hace verse muy mal a Mario Moreno Arcos, del PRI, porque ya tuvo la oportunidad de ser presidente municipal y no cumplió cuando pudo haberlo hecho.
Tal vez fue por la pugna política que tuvo con el gobernador de la época, Zeferino Torreblanca.
Héctor Astudillo como alcalde cambió la jugada, hizo migas con Zeferino, pero ni así cambio el destino de escasez de agua para Chilpancingo. Nabor Ojeda recomienda a Mendoza Pastrana que antes de hablar del tema, se informe, y entonces, a Mario Moreno Arcos, que por haber sido alcalde sí conoce ampliamente del asunto, ¿qué le recomendaría? ¿Qué no se siga haciendo como «el tío Lolo» porque él sí sabe de lo que se habla y sí conoce la solución que según Nabor llega a los 2 mil millones de pesos?
En columna anterior dejamos asentado que el próximo alcalde de Chilpancingo, sin duda, será Mario Moreno Arcos y que por no haber trabajado como él en la capital y en las poblaciones que conforman el municipio, Alejandro debe esperar una próxima oportunidad. Y seguimos y estamos en lo dicho.
No porque tengamos animadversión para nuestro buen amigo Alejandro, sino por la experiencia que es base fundamental para bien gobernar.
 A Mario tenemos que pedirle que no nos siga dando atolito con el dedo y le agregaríamos la forma de hablar de la gente de la costa: «Ten traza, muchacho».
Si de algo le sirven estas mal hilvanadas reflexiones, qué bueno, caso contrario no hay problema, al fin y al cabo recogerá lo que siembre.

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