lunes, 21 de mayo de 2012

COLUMNA

La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

Y el fuego va a la alza. No se le podría encontrar el sabor a estas campañas proselitistas tan lángaras, sin la presencia de los jóvenes, que aunque muchos consideran que están siendo manipulados para minimizar la presencia de Enrique Peña Nieto, el político de telenovela, y que ha sido fabricado de acuerdo a un molde casi fantasmal, de cualquier manera los muchachos dicen mucho.

Sin considerar la canción de Ricardo Arjona, que habla en uno de sus temas viejos de haberse enamorado de una mujer ficticia, y que sólo existía en la televisión, muchos de los detractores del abanderado del partido tricolor, soportado por Carlos Salinas de Gortari, y el grupo Atlacomulco, han expresado la hechura forzada de Peña Nieto.
Una hechura que inclusive el mismo literato universal, Carlos Fuentes, recientemente fallecido, criticó acremente en cada oportunidad, y que es, por antonomasia, el tema central que se esgrime en las escuelas superiores, y del que tanto se platica en los grupos de los muchachos educandos, que expresan que tan fingida es la candidatura de Peña Nieto, que hasta una esposa de telenovela le han dado.
Por lo que en la Ibero, que es calificada como universidad de jóvenes fresitas, y la marcha multitudinaria de este fin de semana también con contra de Enrique Peña, dejan la lectura de que algo se prepara realmente grande para este primero de julio, en el que se habrá de elegir al primer magistrado de la nación, entre otros cargos menores.
Ese fenómeno ha sido tomado de diversas maneras dependiendo del frente, o mejor dicho, dependiendo del partido político al que pertenezca el que emite su opinión.
Este aderezo que se le da a la campaña, sin embargo, resulta interesante, pues es la generación de renuevo, o la sangre nueva la que hace presencia.
Hay que decirlo así: el sector juvenil que se consideraba dormido y hasta apático por lo que tienen que ver las campañas políticas, en este tramo representan la balanza, o mejor que eso, el aderezo más interesante de estas campañas que no decían nada, estas campañas del adorno y el lodo, de acuerdo al que exprese algo, y el que lo entienda.
Los jóvenes de la Ibero mostraron una faceta pocas veces vista, y quizá, de alguna manera, se podría decir que pusieron el ejemplo que se ha venido reproduciendo de manera afortunada en algunos casos, como la marcha de este fin de semana, y en otras no tanto, como la de Chilpancingo, que en la llamada marcha antiPeña, no logró reunir más que unos 30 o menos, personas.
Este último caso es entendible si se toma en cuenta que Chilpancingo es en su gran masa, priista, y que aunque Mario Moreno Arcos, el abanderado priista a la alcaldía de Chilpancingo, tiene su copete y no se parece a Enrique Peña, guarda buenos recuerdos en la capital del estado.
Ahora bien, se ha manejado por parte de priistas, que las personas que se han movilizado en estos días, responden a intereses de partidos políticos que al ver que no crecen, se han puesto nerviosos, «al ver que no crecen», ese argumento se ha vaciado entre otros varios, como ese que no quieren el regreso del pasado con el televiso protegido de un ex presidente de la República.
 Ese mismo que se le maneja como el que fraguó el fraude en 1988, para hacer perder a Cuauhtémoc Cárdenas, contendiente de una fuerza opositora al PRI, y que a la postre se convertiría en el PRD, que de igual forma y pese a las chachalacas, se le agitó en un movimiento parecido, en 2006, pero ahora en versión panista.
Como sea que haya sido y como sea que se pinte el cuadro, el asunto de los jóvenes, es para tomarse en cuenta, manipulados o no, están allí, ahora sí, pues antes, no se les había visto, y ni siquiera habían aparecido como en esbozos, para conformar ese algo en este agitar de las aguas proselitistas.

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