jueves, 24 de mayo de 2012

COLUMNA

El animalero en las calles

Apolinar Castrejón Marino

El libro «aforismos» de George Christoph Lichtenberg, merecería la hoguera a manos de los jóvenes que se encuentran en actitud contestataria frente al proceso electoral de este año 2012, solo por incluir el siguiente texto: «Nada puede contribuir tanto a la tranquilidad del alma, como no tener opinión alguna».
Pero para los candidatos de cualquier partido y de cualquier nivel, esto resulta muy práctico, sobre todo, si no quieren comprometer su punto de vista con respecto a las inquietudes de la sociedad.
Y tiene razón, ahora que está visto que los grupos o sectores mexicanos se dan por ofendidos con suma facilidad.
Esta es también la razón de que los candidatos digan tantas barbaridades y necedades, guiados por sus asesores y jefes de campaña.

Les dijeron que si se apegan al «guión» de lo que está permitido decir en público, o lo que espera la gente escuchar de sus labios, van a tener asegurado su lugar en las encuestas y preferencias. Quién sabe si esto sea cierto.
Lo único seguro es que en el Estado de Guerrero nada menos, andan por ahí «desmecatados» 5153 aspirantes para 81 alcaldías y regidurías. En el más alegre desorden llevan mucha gente a las plazas públicas, a las colonias, y hasta a las universidades… con los lamentables resultados que ya conocemos.
El desorden a que nos referimos es porque ya no les importa qué partido los proponga, o «apoye».
Lo único que vale es estar en la competencia, y luego ver como quedan colocados en la estructura del gobierno. Nada va a decidirse en las elecciones de julio próximo.
Las decisiones ya están tomadas por los caciques y por los señores del dinero.
 Hasta quienes van a perder, ya lo saben… y están conformes. En el Distrito Federal, la Sra. Isabel Miranda, hasta ha declarado que no va a ganar y que se conformará con «quitarle votos al PRI».
Por cierto, los perredistas están tan seguros de volver a ganar la Capital del país, que dispusieron para la contienda al pero candidato que tenían.
Y la señora Betty Paredes, que también ya se sabe derrotada, solo pide que – quien gane – no utilice ese cargo para espirar a otro más elevado.
Volviendo al Estado de Guerrero, vale mencionar que los caciques y señores de horca y pistola de hace algunos años, son los que ahora están «de parte del pueblo», «de ese pueblo noble y sufrido que ha aguantado valientemente su destino». Ja, ja, ja. René Juárez proponiendo un «pacto del sur».
Y anda diciendo que va a hacer ahora, lo que no hizo cundo fue gobernador ¡Tenga! Y lleva como «compañera de fórmula» a la hija del cacique más vituperado por la ciudadanía, señalado de arrogante y prepotente hasta por su familia, colaboradores y amigos.
Señalado también de homosexual y encubridor de delincuentes. Por si algo faltara, también fue acreditado por sus compinches como «ideólogo» de su partido.
Le metieron 4 balazos entre ceja, oreja y frente, y se compuso de todos sus defectos.
 Pero ahí quedaron sus herederos para que los sigamos manteniendo en buenos puestos y se den vida de millonarios.
 Como Claudita, que salió de su «cajita de confort» a reclamar su puesto en galería de grandes personalidades.
Y ahí empezaron las tribulaciones del «Negro de La Laja», que dice que lleva a Guerrero en la piel, como si eso fuera un orgullo.

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