viernes, 31 de agosto de 2012

ARTICULO

La primera dama

 Efraín Flores Maldonado

Guerrero nace como entidad federativa el 27 de octubre de 1849; sus promotores fueron principalmente Juan Álvarez y Nicolás Bravo, ambos nativos del sur, pero enfrentados políticamente.
En esos años los servidores públicos de todos los niveles, federal, estatal y municipal, eran personajes de variados perfiles políticos, caracterizados porque en la función que desempeñaban no había una participación visible de sus esposas. Décadas después cuando se fue dibujando la presencia del Estado de bienestar en que los gobiernos iniciaron su acción benefactora para los grupos vulnerables, las primeras damas empezaron a mostrarse en público, representando el rostro amable y generoso de las instituciones de gobierno. La historia del poder público en México, registra la presencia muy destacada de algunas primeras damas del país, como Margarita Maza De Juárez, Amalia Solórzano De Cárdenas, Eva Zámano De López Mateos, Esther Zuno De Echeverría, la guerrerense Carmen Romano De López Portillo, la discreta Paloma Cordero De la Madrid, Cecilia Ocelli De Salinas y la prudente Margarita Zavala de Calderón; todavía primera dama del país. Ellas iniciaron las primeras actividades de apoyo a los infantes y sectores desprotegidos de México, desde instituciones como el INPI y hoy el DIF, canalizando recursos para la dotación de los desayunos escolares que instituyó el presidente Lázaro Cárdenas del Río, atención médica, prótesis, becas, paquetes escolares, etc. En Guerrero la primera dama fue doña Faustina Benítez, esposa del general Juan Álvarez, quien tuvo una presencia simbólica, silenciosa, prudente. Ayudó poco, pero nunca perjudicó a nadie. En las primeras décadas de la vida política del estado, las esposas de los gobernadores fueron, solidarias con el esposo gobernante. En ocasiones tanto a nivel presidencial como en el ámbito estatal, las primeras damas usaban los actos de caridad pública como medio para mostrarse «Piadosas» o simplemente un espacio de distracción, pero en su mayoría las primeras damas han sido un apoyo útil a los gobernantes; son el rostro amable, solidario, de la controvertida función pública. Todas han sido positivas, pero algunas han logrado ser reconocidas como excelentes. En Guerrero recordamos a doña Lucía Alcocer de Figueroa, a Graciela Rocha de Cervantes, Silvia Smutny de Figueroa y muy destacadamente a la señora Laura Del Rocío Herrera, esposa de Ángel Heladio Aguirre Rivero, actuando desde el primer gobierno interino de su esposo y continuando hoy, también como primera dama en el gobierno electo constitucionalmente. En el interinato, el suscrito fue subsecretario de educación y me consta que la decisión del ejecutivo estatal para otorgar libros de texto gratuitos a estudiantes de secundaria, fue un proyecto que contó inicialmente con el impulso y la simpatía de la señora Laura del Rocío. En este segundo periodo de AAR, el DIF ha sido pieza importante para maximizar el apoyo a la infancia, principalmente en la educación básica; persisten los desayunos a estudiantes y aumentan los apoyos con paquetes escolares, las becas a los más destacados y a los más pobres, y los beneficios a las madres solteras para que sus hijos tengan acceso y permanezcan estudiando. Un logro importante del gobierno estatal y del DIF, lo es sin duda la dotación de uniformes en educación básica, no como caridad, sino como un acto de justicia. Esto dibuja al gobernador como un personaje responsable y visionario, y a la Sra. Laura del Rocío como la mujer inteligente y visionaria que muestra evidencia de sus deseos por servir cada día mejor a sus Guerrerenses. Es todo.

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