jueves, 2 de agosto de 2012

NOTA

XELI, el Radio en Chilpancingo


-¡Al Maestro, con gratitud y cariño!-


Héctor Contreras Organista


(El 26 de mayo de 2005, con motivo de cumplir 44 años de haberse iniciado las actividades del radio en Chilpancingo, escribimos el artículo que a continuación reproducimos. Este día 2 de agosto de 2012, al mediodía, se ha hecho un reconocimiento a don Hermilo Castorena Noriega en el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa –Delegación 17- por su gran trayectoria como comunicador. Sirva el siguiente texto evocador para exaltar su meritoria tarea como Locutor y Periodista y agradecer sus valiosas enseñanzas).
Uno de los acontecimientos más importantes que en materia de comunicación ha favorecido el avance cultural de nuestra ciudad capital, es la instalación de la primera estación de radio comercial de Amplitud Modulada, que inició sus transmisiones desde el mes de marzo, pero oficialmente salió «al aire» el viernes 26 de mayo de 1961.
Sus siglas fueron XELI, con mil watts de potencia y 1580 kilociclos.
Su primer gerente fue el señor Hermilo Castorena Noriega, a la sazón administrador de la oficina de Telégrafos Nacionales en Chilpancingo, quien por amistad y por ser paisanos con el arquitecto Nabor Ojeda Aguayo, encargado de diseñar los planos de lo que sería el edificio de la emisora, lo recomendó para que se hiciera cargo de la administración de la estación de radio, habida cuenta que uno de los concesionarios era el ingeniero Ricardo Carrión (Padre de los Hermanos Carrión, un grupo musical de rock and roll) también de origen veracruzano. Ello facilitó que el señor Castorena se quedara como conductor de la XELI.
Con algunos conocimientos sobre lo que era el radio, porque en Veracruz comenzó a anunciar en el sonido local de un comerciante y más tarde, radicado en Iguala formó parte del cuerpo de locutores de la XEKF, que era propiedad de unos compañeros suyos de Telégrafos Nacionales, y con obvia gran afición a esa actividad, don Hermilo lanzó al aire la XELI invitando a varios jóvenes a participar como aspirantes a locutores.
Los primeros en acudir al llamado fuimos Sergio Partearroyo Baranda, Miguel Ángel Zapata Vázquez, Antonio Bustos Yoteco, Francisco Meneses Téliz, Bernardo Camarillo Montes, Jesús Romero Salas, Teodoro Calixto Díaz, Fabiola Acevedo Tena, Sergio Álvarez Calleja y quien esto escribe.
Los programas que creó la XELI fueron «Despertar Suriano» («El programa más guerrerense a través de la estación más mexicana»); Programas de complacencias musicales, música variada y el más popular: «Festival de la Música Moderna» que se transmitía de las 19 a las 20 horas, de lunes a viernes.
Había también «Canciones en la Noche», con música de tríos y canciones románticas así como lectura de fragmentos de poemas. Fue popular «Atardecer Musical» (música de las grandes bandas) y llegaron los programas patrocinados por casas comerciales, más tarde hicimos «La Hora del Pueblo», que se transmitía desde la plaza central los días domingos y se cubrió el tiempo de transmisiones con una cantidad enorme de controles remotos de ceremonias cívicas, históricas, desfiles, etcétera.
La Universidad Autónoma de Guerrero, que daba sus primeros pasos, por medio del maestro Carlos Rodríguez Díaz y su esposa la maestra Luisa Urizar, iniciaron «La Hora de la Universidad», programa de gran contenido cultural y muchos mensajes a la comunidad universitaria. Fue el primer gran esfuerzo del Alma Máter por difundir por medio del radio sus actividades académicas y culturales. Voz imprescindible en esos esfuerzos fue la del entonces estudiante de Biología Amín Zarur Ménes. En otros programas de la Sociedad Médica participaron los más famosos galenos que hubo en Chilpancingo. El doctor Jesús Astudillo, con una voz muy bien timbrada leía poemas.
Hubo espacio para las actividades periodísticas. Don paco Treppiedi transmitía una vez por semana a las y dos de la tarde su programa «Ángulos Agudos»; Rogerio Armenta daba lectura a sus Crónicas Deportivas, y no faltaron programas en que se leyera la poesía del doctor Roberto García Infante y se entrevistara a muchos importantes periodistas en tanto que el primer reportero del radio, Alberto Elías Nava Rosendo se encargó de difundir los primeros noticieros, actividad que que abandonó poco tiempo después para presentarse a desempeñar su profesión como abogado en su primera responsabilidad oficial en La Unión, en la región de la Costa Grande, legando su trabajo a otro inolvidable periodista, don Ángel Chávez Navarrete («Chavitos») que a la sazón era corresponsal del diario acapulqueño Revolución, que dirigía don Pedro Huerta Castillo. En esa época lució como pocos el «Noticiero Carta-Blanca», que elaboraba «Su Reporter del Aire», como se autocalificaba el periodista don Antonio Gutiérrez Rodríguez y que se leía a las 7:45 de la noche.
Establecimos algunos programas como Pachanga Tropical que después se transformaría en Fiesta en el Trópico; acudimos a nuestras inquietudes informativas creando El Noticiero de las 7:30 de la mañana cuyo titular fue Resumen de Noticias. También participamos en entrevistas a personajes como doña Eulalia Guzmán autora del polémico hallazgo de los resto de Cuauhtémoc, en Ixcateopan, hasta donde por primera vez llegó una estación de radio guerrerense para transmitir la entrevista con la historiadora.
Hubo muchas sorpresas en el ambiente artístico, recibiendo una mañana en cabina a una linda muchacha que nos pidió promoviéramos sus discos recientemente grabados en la CBS, se trataba de Irma «Cielo» Serrano que cantaba «Cielo Azul, Cielo Nublado» y «La Canción de un Preso». Venía con la «Caravana de Estrellas Mundiales Corona Extra» que se presentó en el «Cine Guerrero», junto a artistas de la talla de José Alfredo Jiménez, El Loco Valdéz, Ana Bertha Lepe, Los Hoolligans, Los Dandys, Los Fonomimics y muchos más a quienes entrevistamos en la cabina de la emisora.
Después de la primera generación de locutores llegaron otros aspirantes a esa actividad, entre ellos Leopoldo Ayala Guevara quien después sería director de Radio y Televisión de Guerrero, en el gobierno de José Francisco Ruiz Massieu; también arribaron en esa segunda generación Bernardo Álvarez Calleja, Abimelec Salgado Alarcón, el profesor Antonio Ramírez, Enrique Berruecos Leyva y en una tercera generación comenzaron a hacer sus «pininos» en el micrófono Francisco Salgado Alarcón, Eduardo Nájera García y Eduardo Leyva Martínez. Ya para los años 70 se iniciaron en el micrófono Miguel Ángel Alfonso Castorena, Raúl Salgado Castañón y otros queridos compañeros más que continuarían la actividad radiofónica en la XELI.
En los primeros tiempos de la emisora colaboraron con algunos programas de corte infantil las hermanas Célis, también Iris Acevedo y Lucha Mora. Tenía un par de horas para anunciar la locutora chilpancingueña Tere Vázquez, del barrio de San Francisco. Con el señor Castorena creamos un programa de recolección de juguetes para los niños pobres en la época decembrina y el cual nos dio muchas satisfacciones. También participamos años más tarde en la recolección de víveres, medicina y ropa para los guatemaltecos que sufrieron la desgracia de un tremendo sismo. Entregamos a Cruz Roja Chilpancingo, en esa época, 11 toneladas de víveres, actividad que guardamos en la memoria con mucho cariño porque conocimos el desprendimiento y colaboración de la ciudadanía chilpancingueña.
La XELI que fue bautizada por el señor Castorena como «La Estación de la Gran Familia Guerrerense».
La estación de radio se localizaba en un pequeño edificio al sur de la ciudad de Chilpancingo, a la altura del entonces kilómetro 273 de la carretera nacional México-Acapulco. Don Hermilo siempre le llamó «la casetita», que construyó como parte inicial de lo que más tarde iba a ser un gran edificio el arquitecto Nabor Ojeda Aguayo.
En esa «casetita» se conjuntaba en un reducido espacio la cabina de transmisiones con una consola y un micrófono y contábamos con una grabadora muy antigua la que en lugar de ayudarnos en la transmisión de los comerciales los distorsionaba, así que su uso se canceló debido a la queja constante de los comerciantes. La empresa nos pagaba tres pesos por cada hora de trabajo. Cada locutor trabajaba cuatro horas al día.
Se estableció una «discoteca» inicialmente en un espacio muy reducido que más tarde se amplió. Los discos se seleccionaban por número, además había un fichero donde se podía localizar el título de una melodía, su intérprete y el número de disco.
En otro extremo del edificio estaba el equipo transmisor que debía calentarse media hora antes de salir al aire. Eran unos bulbos muy grandes, y hasta que se ponían de color rojo, entonces ya podíamos comenzar las transmisiones. Estas eran inicialmente de las 7 de la mañana a las 11 de la noche, después se cambió el horario de las 6 de la mañana a las 10 de la noche.
Para llegar a la emisora nos trasladábamos en circunvalación. Había dos, uno que manejaba «Chayo» y el otro Agapito, un señor bajito, chaparrito y nos cobraban veinte centavos por pasaje, y nos daban un boletito impreso en papel copia. Saliendo del centro de la ciudad llegaban hasta la gasolinera «Carreto», y de ahí caminábamos a la estación de radio.
La antena de la emisora con sus radiales se localizaba a un lado de la casetita donde vivió el primer velador que fue Félix López con su familia, se fue y llegó Isidro Castañeda, después Mario Parra. Sus hijos ahí crecieron, en un ambiente un tanto rudo porque era monte y había muchos alacranes y víboras.
Nos visitaban diariamente una buena cantidad de muchachas que iban a pedir canciones y se dice que porque querían conocer a los locutores.
Ese fue el inicio de una pequeña estación de radio de provincia donde hubo de todo, pero más que nada una Escuela de Radio. Siempre que tuvimos la suerte de anunciar en estaciones de radio de otros estados recordamos con mucho cariño que lo mucho que aprendimos en la XELI, gracias al esfuerzo de nuestros compañeros, al celo de siempre tratar de ser los mejores, al cariño para nuestra tierra y a la suerte de haber abrazado profesiones tan lindas y queridas como son el radio y la prensa escrita.
Por eso y por todo, nuestro agradecimiento al maestro don Hermilo Castorena Noriega
Gracias Don Hermilo, Gracias por haber sido y seguir siendo nuestro gran Maestro.

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