jueves, 23 de agosto de 2012

OPINION

Poca productividad en
iniciativas de género


Anayeli García Martínez


Las legisladoras federales salientes culminan su labor parlamentaria con serios pendientes en materia de género y Derechos Humanos de las mexicanas.
La falta de liderazgos políticos, la nula capacidad de negociación y los enfrentamientos entre bancadas desembocaron en un pésimo desempeño de las salientes diputadas y senadoras en materia de género.
Aunque la 61 Legislatura del Congreso de la Unión –que concluye el próximo 31 de agosto– logró reformas cruciales en beneficio de las mexicanas, en los hechos brilló por su ausencia una agenda de género.
En 2009 grupos civiles y feministas firmaron un pacto con las entonces diputadas electas a fin de comprometerse a trabajar en cuatro áreas prioritarias: Estado laico, paridad de género en candidaturas, Derechos Humanos (DH) y transversalidad de la perspectiva de género.
A tres años de distancia, Martha Juárez, integrante de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad –una de las organizaciones que promovió el acuerdo por la igualdad– afirma que si bien hubo avances, quedaron muchos pendientes.
Un reporte elaborado por el IFE destaca que desde el inicio de la actual Legislatura hasta el pasado mes de junio, se presentaron 41 iniciativas a favor de la equidad de género en diversos rubros.
De esas propuestas, 36 se presentaron en los tres años de la actual Cámara de Diputados y cinco en el Senado (aquí cabe acotar que la saliente Cámara alta entró en funciones en 2006). La mayoría de las iniciativas se refieren a reformas a las leyes contra la violencia de género y contra la discriminación.
Juárez enumera tres grandes reformas que logró la saliente Legislatura federal: la constitucional en materia de DH, la tipificación del feminicidio, y la ley contra la trata de personas.
También destaca las reformas a la Ley de Planeación para Promover el Acceso Equitativo a los Bienes, Recursos y Beneficios del Desarrollo, y a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, para garantizar que el presupuesto etiquetado para las mujeres no sea regresivo.
La activista observa que pese a estos logros, las legisladoras invirtieron mucho tiempo para frenar iniciativas conservadoras que atentaban contra los derechos sexuales y reproductivos de las mexicanas.
Según el reporte del IFE, la bancada del PAN presentó el mayor número de iniciativas de género (14), la mayoría de ellas se enfocó al embarazo y la maternidad responsable.
Alejandra Rojas, asesora parlamentaria e integrante de la Red Mujeres en Plural, sostiene que la falta de liderazgo de las legisladoras, su poca capacidad de negociación, y la nula colaboración entre bancadas fueron factores claves para que la Legislatura no avanzara en temas de género.
En el reporte «Trabajo legislativo de las diputadas en la LXI Legislatura», elaborado por el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (CEAMEG) de la Cámara baja, se enumeran 16 reformas trascendentes en beneficio de la población femenina.
Para Rojas, la mayoría de estas leyes y reformas no fueron fruto del trabajo de las mujeres, ya que muchas mostraron desinterés por la agenda de género y se distinguieron por buscar el botín económico o político.
Información parlamentaria señala que la única reforma de consenso a favor de las mujeres fue la tipificación del delito de feminicidio en el Código Penal Federal.
El resto de las iniciativas –agrega la asesora– no fue apoyado por todas las legisladoras. El Congreso se caracterizó por la desarticulación y la falta de convicción de sus integrantes femeninas, critica.
SIN LIDERAZGOS
A las mujeres que ocupan puestos de decisión les cuesta trabajo asumirse a sí mismas como líderes, lo que se refleja en su desempeño en el Congreso, advierte la analista política Solange Márquez.
En el análisis «Participación política de la mujer, una evaluación cualitativa de las diputadas en México», la politóloga afirma que las mujeres tienen una participación aún escasa en los temas sustantivos de las agendas parlamentarias.
La presión social y política orilla a las legisladoras a participar en temas «destinados a ellas» como la niñez, los adultos mayores y discapacitados, y las cuestiones de género, y las excluye de otros asuntos como los laborales, económicos, hacendarios o financieros.
Por tanto lo que se debe buscar es que las mujeres dejen de tener una presencia meramente testimonial, y se conviertan en representantes líderes, se afirma en el estudio.
Las expertas coinciden en que al nuevo Congreso, conformado por más de un tercio de mujeres, le quedan reformas pendientes en materia de presupuesto etiquetado, participación política, salud sexual y reproductiva, y fiscalización de los programas de género.

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