miércoles, 19 de septiembre de 2012

COLUMNA

Cosmos


Héctor Contreras Organista

Allá en la fuente había un chorrito,
se hacía grandote, se hacía chiquito…
(«El chorrito», canción de Cri-Cri)


En «las afueritas» del Palacio Municipal de Chilpancingo, sobre el inicio de lo que es la avenida Juan Álvarez, partiendo de ese lugar del centro de la ciudad rumbo al sur, se exhibe un descomunal y asqueroso basurero producto de la colecta de los barrenderos de la plaza central de la ciudad con motivo de los festejos patrios que el ayuntamiento, por cierto, no festejó ni colocando adornos alusivos a esas fechas, pero basura es lo que sobró y ahí se exhibe.
Está agonizando la administración municipal que como siempre: ¡A medias! encabezó el ahora diputado local y ex aspirante a gobernador del estado de Guerrero Héctor Antonio Astudillo Flores quien, para llegar al Congreso estatal tuvo que separarse del cargo de alcalde, dejando en su lugar al tesorero de su administración Tulio Pérez Calvo que como ha podido –y ha podido casi nada- está llegando al final de un periodo municipal al puro y muy popular estilo político de Héctor Antonio Astudillo Flores… ¿Cómo se le podría «bautizar» a ese estilacho astudillista de gobernar a medias?
La basura está ahí, en montones de detritus al lado del edificio del ayuntamiento donde paradógicamente se exhibe a manera de advertencia y amenaza un letrero mal pintado en una especie de contenedor para que la basura no sea vaciada en ese sitio muy atractivo para los restauranteros vecinos: «Queda estrictamente prohibido tirar basura en este lugar. La persona que sea sorprendida será consignada a la autoridad».
¡Ajá!, ¿Y cómo le van a hacer -y quién- con la cochinona «autoridad» para consignarla ante la Autoridad por tirar basura donde no debe –porque además está el letrero pintarrajeado por la propia «autoridad» donde advierte y amenaza que no debe tirarse basura ahí-? ¿Esa «autoridad» solita se va a torcer el pescuezo por alterar sus propias disposiciones?
Chilpancingo, la ciudadanía, los habitantes de este valle de la capital guerrerense de verdad que es una población admirable porque ¡aguanta todo! Cuanta agresión cometen quienes «gobiernan» en contra de Chilpancingo, todo se soporta; nadie protesta; nadie dice nada; todos felices como si viviéramos en la Gloria o en otra galaxia. Burlas, mofas, omisiones, desatenciones o agresiones directas como el caso del basurero que comentamos y nadie dice nada.
Lo peor de todo es que «tenemos» una prensa de aplaudidores, zalameros y lambiscones quienes por escribir lo contrario de lo que en realidad ocurre aquí reciben eso que se llama «chayote», dinero que como a limosneros cada mes les ofrecen los amos de los gobiernos municipal y estatal, y esos «periodistos» se hacen de la vista gorda, se hacen que no ven nada y sólo publican loas y bienaventuranzas de una recua de funcionarios que… ¡no funcionan! para favorecer al pueblo. Y ahí está el ejemplo inmediato: El tiradero de basura en el propio edificio municipal.
Héctor-Tulio-Tulio-Héctor no quisieron tomar un poco de dinero del pueblo –no de ellos- para colocar adornos en el edificio municipal, como se hace en todos lados donde se festeja con honores las Fiestas Patrias.
¿Por qué no lo hicieron?
Dice Tulio que porque el gobierno federal no les mandó diez millones de pesos del presupuesto, pero los focos de colores que se colocan en las calles y demás adornos no se iban a comprar porque están empaquetados en las bodegas del ayuntamiento.
Pero tampoco se sacaron porque se tenía que pagar personal para su colocación, y en estos momentos, sí en estos precisos momentos del «Año de Hidalgo» -¡chingue a su madre el que deje algo!- ¡Ya no hay dinero ni para exaltar la memoria de nuestros héroes, de quienes crearon la patria!
¿Alguien protestó? ¿Alguien en los periódicos locales escribió algún un reclamo, una crítica?
Imposible… Todos los «chayoteros» se llevan de la lima un gajo… y ya falta muy poquito, sólo unas horas para que llegue Mario… ¡Ajá! ¿Todo seguirá igual o va a empeorar?

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