miércoles, 31 de octubre de 2012

ARTICULO


Desesperados habitantes y 
comercios del área poniente 

Alberto Mojica Mojica

 Para los atribulados habitantes de la zona norponiente de la ciudad –de Mozimba hacia la Costa Grande– aún no hay buenas noticias en lo que respecta a la ampliación de la carretera a Pie de la Cuesta, que tantos dolores de cabeza y sinsabores les da cada día. Y las noticias que hay no podrían ser mejores que las que ha habido en estos cinco años de obras.
Seguramente cuando esos acapulqueños, hace un decenio, demandaban y exigían en todos los tonos posibles la ampliación de la carretera a Pie de la Cuesta, lejos estaban de imaginar que las obras se complicarían tanto que en algún momento llegarían a desear que nunca hubieran comenzado.

Los trabajos empezaron en junio de 2007 sin tener la SCT muy claro cuándo concluirían. Sin embargo, expertos consideraban que 2011 era buen año para terminarlos sin presión alguna, independientemente de cuántos obstáculos toparan. Para la gente el plazo era enorme, pero lo aceptó porque quizá no imaginó la enorme pérdida de tiempo y de paciencia que implicaría.
Eso, sin embargo, no es lo peor, sino que finalizaría 2011 y aún faltarían 3.4 kilómetros por despejar y ampliar, que no serían concluidos en 2012 ni, tal vez, en 2013, pues si bien técnicamente ello es posible, falta que los diputados federales aprueben recursos suficientes para la obra en el Presupuesto de Egresos de la Federación del próximo año.
O sea que no hay nada seguro. No son precisamente buenas noticias para quienes todos los días tienen que perder horas en trasladarse al centro de la ciudad y viceversa, ni para los prestadores de servicios, que se quedan esperando a los visitantes que nunca llegan porque les resulta imposible sortear ese tramo.
Unos y otros –sobre todo los negocios– la pasarán mal este puente de Muertos, así como lo que resta de este año y, seguramente, la mayor parte del siguiente.
La obra empezó mal. Zeferino Torreblanca, a la sazón gobernador, no quiso tener participación alguna en ella. De hecho, aun cuando dispuso de recursos que pudo invertir en la ampliación, se empecinó en llevárselos a abrir la carretera de Tierras Prietas, en Tixtla, con el argumento de que la que va a Pie de la Cuesta le correspondía a la SCT, pues él ya había hecho su parte al modernizar la calzada y un breve primer tramo de la carretera.
Sin embargo, en el primer año la obra avanzó de acuerdo con lo programado. El entonces director del Centro SCT Guerrero, Benito García Meléndez, llegó a declarar que se estaban cumpliendo las etapas con anticipación.
¿En qué momento y por qué se complicó la obra? Ya se aventuran algunas explicaciones. Pero el hecho es que a mediados de febrero del año pasado, el entonces diputado federal Fermín Alvarado Arroyo informaba que la SCT decidió multar al Grupo Mexicano de Desarrollo, responsable entonces de los trabajos, con 5 por ciento del presupuesto que no había ejercido –es decir que ya había un retraso considerable– y ya no asignarle la tercera etapa de la ampliación, que requeriría más de 60 millones de pesos y que debería comenzar el 1 de marzo.
Entre paréntesis, ahora es otro legislador del PRI el que parece que ha tomado el asunto como tarea personal: el senador René Juárez Cisneros ha estado gestionando en la SCT lo que falta para terminarla lo antes posible.
La obra estaba programada para concluir en 2011. Un año después, el 10 de julio de 2012, el nuevo delegado de la SCT ha dicho que faltan los acuerdos para despejar 1.8 kilómetros a la vera de la vía, y que eso significa que la ampliación será concluida el próximo año.
De hecho, asegura Rafael Navarrete Quezada –el mencionado funcionario–, el retraso se debe a la resistencia o a la lentitud de los propietarios de predios y casas ubicadas a la orilla y que deben demolerse u ocuparse para la vía, pues tardan mucho en llegar a un acuerdo y tardan mucho en desocupar luego de que ya lo han alcanzado.
Eso, sin contar que han debido hacerse obras inducidas, como drenaje pluvial, terracerías y obras complementarias de electricidad y drenaje sanitario, teléfono, televisión por cable y agua potable.
Según la SCT, de junio de 2007 a diciembre de 2011 se invirtieron 294 millones de pesos en la modernización de los 7 kilómetros del tramo carretero, que comienza en el kilómetro 3+400 y termina en el 10+400.
Este año fueron autorizados 90 millones de pesos, que se invirtieron en construir dos viaductos, que se sumaron a cuatro que ya estaban en operación.
Si la última programación se cumple –y eso aún está por verse–, el retraso habrá sido de dos años. Sumados a los cuatro programados, harán un total de seis años de sufrimiento y pérdidas económicas para la gente que vive y tiene sus negocios de aquel lado de la ciudad, y a quienes parece que no les queda otra que armarse de paciencia, mucha paciencia.
albertomojicamojica@hotmail.com

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