miércoles, 17 de julio de 2013

PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA

Avasallan SinHambre hoy
por guaruras Peñanietistas

Tino Gatica/Enviado Especial. APANGO, GRO.- Una exagerado y ostentoso aparato de seguridad, vigilancia, control y rastreo terrestre y aéreo, policiaco y militar es la nueva forma de gobierno del presidente de México, el priísta Enrique Peña Nieto, en donde en escala inferior es emulado por esta administración estatal perredista, encabezada por el perredista Ángel Heladio Aguirre Rivero y; en este municipio su correligionario, el alcalde José Guadalupe Rivera Ocampo.

La vigilancia empezó desde la madrugada, instalada con cinco filtros filtros desde la entrada al poblado y concentrada con ostentosidad en la plaza de toros, que es donde el presidente de México, dio su primera evaluación sobre el Programa Cruzada Nacional Contra el Hambre, que de principio despegó en el estado de Chiapas.
Era más importante una identificación con ese logotipo entregado a pocas horas a grupos y personas con rasgos étnicos de la región que supero las charolas de identificaciones de los reporteros no enlistados oficiosamente o que no forman parte del “gremio” VIP.
Esa discriminación fue tan evidente que ocasionó fricciones entre los  periodistas discriminados por los “guaruras” filtros que bien dejaron pasar a quienes conocían como es el caso del periodista-escritor-funcionario Juan Carlos González Alarcón o del ex director de Comunicación Social del Gobierno del Estado, Pedro Julio Valdez Vilchis quien era acompañado por su hermano Reemberto. La demás chusma se quedó en espera de que los “cadeneros” encabezados por el seudo periodista y jefe de prensa de la alcaldía del Ayuntamiento de Apango, Jesús Nava, de quien nadie más pudo proporcionar su apellido materno.
Aproximadamente 20 autobuses del puerto de Acapulco, combis del sitio Zumpango-Chilpancingo, camionetas del servicio público de Tixtla, además de otras de particulares, bien lujosas de modelo reciente. Así como toda la estructura vehicular y humana, tanto con la vigilancia de policías de Apango, del estado, de la federación así como del Ejército mexicano se adueñaron de todas las vías de acceso a esa plaza de toros e incluso la vigilancia estaba montada en la misma alcaldía.
Desde las nueve de la mañana de hoy miércoles 17 de enero, toda la estructura de los tres niveles de gobierno habían acarreado a su gente, a funcionarios de diversos niveles, a organizaciones y agrupaciones aguirristas y al Partido de la Revolución Democrática (PRD). Desde la cabecera municipal de Tixtla que colinda con su par de Apango, era visible el ajetreo vehicular singular.
Las choferes de Urvans de la ruta Tixtla-Apango no se dieron abasto para trasladar a tanta gente que tuvieron que llevar pasaje de pié en donde las micro-tragedias como aquella de que una  puerta aplastó los dedos de un niño, pero sin mutilarlos, afortunadamente. O de que un paisano de Taxco y colaborador de un diputado de la 60 Legislatura andaba pidiendo datos para poder llegar al municipio de Apango.
En aproximados dos mil kilómetros las fuerzas policiacas y de la milicia se apoderaron de las carreteras, con unos filtros relajados. A 700 metros de la plaza de toros, en todo su camino principal estaban distribuidas danzas representativas del estado de Guerrero, incluyendo varias de Chilpancingo. En el aire surcaban un helicóptero, inundando de un ruido tremendo de sus poderosas hélices. El resguardo era imponente. Y Peña Nieto que no llegó a las doce sino media hora después.
En  la entrada de esa plaza de toros, un grupo de guaruras, de coordinadores oficiales y presuntos líderes de organizaciones causaron un tumulto pocas ocasiones visto. Seguro que la estrella del espectáculo era el apuesto presidente del país, Enrique Peña Nieto. No se considera que esa concentración humana que tenía ganas de entrar, casi a fuerza, quisiera saludar o besar al alcalde perredista José Guadalupe Rivera Ocampo; o platicar con su anónimo jefe de prensa, ese tal Jesús Nava. Aunque a lo mejor sí hubieran deseado echarse una copita de mezcal o una chela con el jefe del Ejecutivo, Aguirre Rivero. 
Sin embargo, aproximadamente 20 reporteros de periódicos de circulación regional y de acreditada presencia en la entidad no pudieron cruzar la valla, porque los “guaruras” de esa reunión VIP no les vieron una charola oficialoide. Ni la credencial que mostraron este reportero o la que mostró el columnista Alfredo Guzmán Espinoza fueron suficientes. Los que sí entraron porque son de la casa, de inmediato reciben las muestras de respaldo con una palmadita en la espalda, aunque sin identificación.
El detalle más chusco es que en tanto que un gafete con el logotipo de la “Cruzada Nacional Contra el Hambre”, entregado todavía a las doce del día a personas étnicas se consideró con más validez que una credencial de un periódico; incluso hasta corresponsales de diarios nacionales, como es el caso de Reforma, con Jesús Guerrero, no pudieron entrar. Es más, ni los conocidos por el jefe de Prensa o de ¿Comunicación Social? del Ayuntamiento de Apango. Otro detalle escalofriante: ni periodistas como Agustín Nava, oriundo de ese municipio entró o como es el caso de Francisco Salgado Marcos, o de Rufino Jimón Sánchez, o Rodolfo Nava Ramírez y…
La irritación por ese agravio fue notoria pues entre el mismo gremio se solidarizaron entrevistándose, al parecer para difundir esa ofensa en sus medios informativos. En contraparte, los amigos y amigas periodistas de esos filtros humanos sí entraban y salían.
En suma, en esa visita del presidente de México, el priísta Enrique Peña Nieto, en donde daría a conocer sus logros de esa Cruzada Nacional Contra el Hambre (si llegó o no llegó), no se pudieron obtener más datos, aunque sí se evidenció un marcado trato al periodista.
Y los funcionarios del gobierno federal, a lo que vinieron pues no quisieron decir palabra alguna a los periodistas varados en esa aduana, como es el caso del Secretario de Gobernación, el oriundo de Pachuca, estado de Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong, quien al ser abordado por este reportero, simplemente fue ignorado. Aunque la cortesía del “bienvenido a Guerrero” le correspondió con un gracias a la distancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.