miércoles, 25 de septiembre de 2013

COLUMNA

 Enfoque

Carlos Díaz Figueroa

Supuestamente culpabilidad de 
las autoridades gubernamentales



Ciudadanos de los municipios de Acapulco y Chilpancingo culparon a las autoridades gubernamentales por no alertar a quienes habitaban en asentamientos irregulares en alto riesgos.
Los miles de damnificados de ambos municipios de Guerrero responsabilizaron directamente a los niveles de gobierno por no advertir el pronóstico de la tormenta “Manuel” convertido en el Huracán “Ingrid”.
Los órdenes de gobierno debieron en coordinación con Protección Civil  implementar ciertas estrategias de alerta, a fin de evitar un aumento menor de damnificados que origino esa lamentable catástrofe.

Fue la aseveración de un grupo de afectados que se encuentran en los diversos albergues instalados en Acapulco, Chilpancingo e insistieron en responsabilizar a las “autoridades de los tres niveles de gobierno”.
De hecho, en la colonia San Rafael Norte de Chilpancingo desde el mediodía del sábado ya estaban en serias complicaciones de desastre al crecer el río Huacapa y posteriormente cuando se abrieron las compuertas de la Presa de Cerito Rico.
Lo anterior a través de un relato de un vecino de ese asentamiento de nombre Pedro Martínez Olmedo quien asegura que se pidió auxilio a las autoridades de protección civil y no llegó la ayuda a tiempo.
Y como esa actitud inmoral ha sido la falta de respuesta en rincones apartados de la Costa Grande, Tierra Caliente y parte alta y baja de la montaña a ocho días de la tragedia en el estado.
Supuestamente son culpables las autoridades, sin que se acepte muchas de las veces la necedad de los ciudadanos que de una forma clandestina invaden construyen y habitan en asentamientos anormales.
En lo particular, no hay que culpar y responsabilizar a nadie no hay tiempo para entrar en la ruptura, se requiere buscar los medios para solucionar en tiempo y forma con los daños causados por ese fenómeno natural.
Prueba de ello, es la asignación millonaria que autorizó el Gobierno Federal para la reconstrucción de viviendas en las comunidades, poblados y cabeceras municipales afectadas en el estado de Guerrero.
EL ROSTRO DE IMPOTENCIA DE PEÑA NIETO
En el presidente de México prevalece un semblante de preocupación por el lamentable desastre que ocasiono esa adversidad natural, aunque se percibe una impotencia por las muertes, desaparecidos y miles damnificados.
De manera generalizada donde se registró la catástrofe por la tormenta “Manuel”, Enrique Peña Nieto ha practicado la cordura para escuchar con ciertos diagnósticos  a los gobernadores y autoridades municipales.
En Guerrero, atiende y escucha la petición, aunque dando instrucciones al secretario de Gobernación para que se ponga de acuerdo con funcionarios de  bajos niveles para ir solucionando la demanda de la ciudadanía.
En vez que los titulares de los gobiernos se han los responsables para dirigir los esquemas en la elaboración de la reconstrucción, principalmente, de vivienda, entre otros, perjuicios.
Por eso, Pena Nieto opto porque que la secretaria de la Defensa Nacional en coordinación con dos secretarias del Gobierno Federal se han los actores para ejecutar aquella partida adicional de 12 mil millones de pesos.
Quizá para que no haya malos entendidos o que se aprovechara la ocasión para desviar el recurso a otros fines, por lo cual, prefirió que la federación en los hechos cumpla con los miles damnificados en México.
Fuentes presidenciales aseguran que el ejecutivo federal encabezara  decididamente recorridos, a fin de supervisar y cumplir con el compromiso humano y moral con los damnificados.Incluso, afirman que su estancia por los estados, comunidades y poblados rurales en el territorio mexicano, principalmente, en Guerrero, serán “sorpresivas” para verificar el avance de la restauración de los daños. 

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