jueves, 13 de marzo de 2014

COLUMNA

Cosmos
Héctor Contreras Organista

 Juan Carranza Soriano
 El maestro Juan Carranza Soriano nació el lunes 21 de mayo de 1962 en Mayanalán, municipio de Tepecoacuilco, Guerrero, a las 6 de la mañana. Miguel Carranza Castrejón, agricultor, fue su papá quien se trasladó a los Estados Unidos de Norteamérica a trabajar. Doña Severiana Soriano Betancourt de Carranza fue su mamá, dedicada a las labores del hogar.


La conoció en la ciudad de México y le decía “La Negra”. La señora ya había tenido un matrimonio del cual surgieron tres hijos: Eva, Salvador y Guadalupe. 
Cuentan que a la edad de trece años se la robaron. A los tres años de que murió su esposo, emigró a la ciudad de México a vivir al lado de un tío, don Heladio Mastache, donde se dedicó a los quehaceres del hogar. A ese lugar llegó don Miguel Carranza Castrejón que frisaba en los cincuenta años de edad y la señora no cumplía los veinte años.
De esa unión nacieron: Miguel Ángel, Juan, Edmundo, Carmela y una niña que se llamó Adriana y murió al año de nacida. El mayor de los hijos nació en la ciudad de México, Juan en Mayanalán y los demás en Taxco donde la señora atendía la pozolería “Las Tinieblas”, muy famosa en La Garita, con La Güera, es decir, doña Vicenta Carranza Castrejón, hermana de don Miguel, que es con quien se crió el maestro Juan Carranza Soriano.
En medio de esa actividad falleció don Miguel y quedaron los hijos en la orfandad. Transcurre algún tiempo y cuando Juan Carranza cursaba el quinto año de primaria falleció la tía Vicenta y lo mandaron a Mayanalán, recomendado con su primo hermano, Juan Carranza Castro, donde terminó la instrucción primaria para trasladarse a Chilpancingo con su tutora Nilda Carranza Martínez, otra prima hermana. Llegó a la capital del estado en 1975, habiendo radica en Altamirano número 4, en una casa propiedad de don Lalo Bello.
Nilda apoyó a Juan y a su hermano mayor en la educación, aprovechando Juan para estudiar Secundaria, Preparatoria y hacer la nivelación pedagógica y a partir de entonces incursionó en la danza, aficionándose a una vida bohemia.
Juan Carranza Soriano se inclinó por la danza porque siendo niño alguna ocasión en Taxco vio un bailable de Conejos y una danza de Los Chiquihuetes. Considera que fue la creatividad de las maestras lo que despertó su interés y eso dio pie para que en la Secundaria Técnica Industrial 223, la famosa ETI (hoy Secundaria 30), con el maestro Efraín Vélez Encarnación empezara a dar los primeros pasos en danza.
Posteriormente lo invitó para que se incorporara al Instituto Mexicano del Seguro Social, recibiendo en la Secundaria orientación y el IMSS lo relativo a la danza. Posteriormente Juan Carranza ingresó como bailarín fundador del Ballet Folclórico “Zitlalli” que pertenecía al ayuntamiento y lo dirigía el maestro Alfredo Flores Mancilla. Ese Ballet, posteriormente fue patrocinado por la Universidad Autónoma de Guerrero y ahí quedó, en ese patrocinio.
También recibió clases del maestro Víctor Ifigenio Marroquín Cristóbal que sin ser Juan alumno de la Normal Urbana Federal, el maestro Marroquín lo invitó cuando comenzaba con el grupo “Chilpantlatoca”. Pedro Barrios Jaimes también le impartió algunas clases hasta que conformó el “Xochicalli” al salirse del “Zitlalli”.
Quien les apoyó para hacer realidad ese compromiso cultural que hasta la fecha conserva con su esposa, la prestigiada, valiosa y muy querida maestra Concepción Bello (La Maestra Conchita), fueron las familias. Juan Carranza recordó al maestro Saúl Mendoza que era magistrado junto con su esposa. Violeta Parra, también era bailarina, su mamá Violeta y el licenciado Leopoldo también les apoyaron.
La señora Lupita González Pereyra y don Armando Garduño fueron de gran apoyo. El grupo comenzó a ensayar en el atrio de la iglesia, y el padre Raúl fue quien los incursionó en la Legión de María y también a danzar. De ahí se fueron al domicilio de Rubén Mendoza, otro compañero fundador de “Xochicalli”. Doña Lupita Pereyra les proporcionó cerca de la alameda el espacio para ensayar y de ahí se llevaron el grupo de danza al “Xochilpan”, cuando el FONAPAS estaba recién inaugurado y ahí les dio cobijo el licenciado Jesús Márquez Ortiz, como administrador. En ese lugar hacían todas las presentaciones dominicales, en el teatro “Quetzalcóatl”. El primer apoyo que tuvieron por parte de la señora Lucía Alcocer de Figueroa fue de 14 mil un peso. Compraron vestuario de Veracruz, de Jalisco, del norte, trajes de Acateca y trajes de Amuzgo para bailar Guerrero.
Los cuadros estaban a la capacidad de lo que habían aprendido de los maestros ya mencionados, con todas las técnicas que habían aprendido de ellos y fue cuando a propuesta del propio grupo y del maestro Jesús Márquez mandaron a Juan Carranza a la Escuela de Arte de Tepic, Nayarit, incorporado a la Secretaría de Educación Pública, a los Cursos de Verano.
Al terminar los tres años de estudio en Nayarit, a invitación del maestro Efraín Vélez se incorporó al Instituto de Investigación y Difusión de la Danza Mexicana durante el XIII Congreso Nacional que se hizo en Ayotzinapa, cuando el coordinador nacional y delegado era el maestro Efraín Vélez, en 1984.
Empezó el maestro Juan Carranza a asistir cada año a los congresos nacionales para maestros de danza en diferentes estados de la república y eso le permitió asistir a los cursos de orientación y capacitación artística.
Cuando Beto Morlet fue presidente del Patronato de la Feria de Chilpancingo el maestro Efraín Vélez dejó al maestro Carranza la coordinación del Pendón, con 45 danzas y con el apoyo y orientación de él, de Arturo Basilio Gómez y de don Santiago Sánchez Organista.
Al paso de los años el apreciado maestro Juan Carranza Soriano apoyado en su esposa, la maestra Conchita Bello y en sus hijas, ha tenido que sortear toda suerte de adversidades, pero se ha convertido en el promotor cultural más importante que existe, hoy por hoy, en el estado de Guerrero, en opinión de grandes maestros.

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