miércoles, 30 de abril de 2014

PRIMERA PLANA

 Se acerca el final, lo presiento ,
se sincera Chilo con La Crónica

Javier Francisco Reyes.--“Se acerca lo inevitable, el final, lo presiento”, fue la contestación abocajarro de Isidro Ortíz Bernal de 73 años de edad más conocido como “Chilo” quien caminaba solo y apoyado de un bastón por la plaza “Primer Congreso de Anáhuac”.

Eran como a las 20:00 horas de este 29 de abril, fue encontrado y la primera pregunta para entrar en un diálogo de amigos,  “¿Chilo como estas?” preguntó el reportero,  contestó “¿quién eres?”, otra vez la respuesta, tu amigo el periodista, “híjole mi amigo no veo, ya no conozco, estoy ciego, pero que le hago no tengo quien me acompañe”.
Un inevitable sollozo de “Chilo” al escuchar que alguien que lo conoce desde hace años, aparecieron atrás de sus lentes blancos unas lágrimas que denotaron su nostalgia de aquellos ayeres como hombre dicharachero y que saludaba a todo mundo.
Vestido como siempre de camisa y pantalón blanco, ahora con un suéter de color gris, camina lento y apoyado en su único compañero, un bastón y revela que a pesar que se siente cansado, y aunque tiene hijos, hermanas y hermanos nadie lo cuida, no ver por él, pero eso si una de ellas que vive en la colonia del PRI, el otro día fue a visitarme solo para preguntarme si ya había pagado el costo del terreno de donde vivo, para quitármelo.
Ese hombre de tez blanca, pelo blanco, con una edad a cuestas de 73 años, hoy en día confiesa “se acerca lo inevitable, el final, lo presiento, pero aun así sigo en la lucha, ahorita mismo me preparo para ir a la terminal  de autobuses y voy a una consulta médica  a la ciudad de México, al hospital “Gabriel Mancera” dependiente del IMSS, “seguro que me van a regañar porque desde hace un mes dejé de tomar los medicamentos”.
Desde hace muchos años a “Chilo” se le detectó el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH) mismo que ha superado porque se ha atendido medicamente, pero por el paso del tiempo y avanzado en años paulatinamente le va minando la salud y su físico, y que ahora presiente lo inevitable.
En días pasados tuvo una recaída pero como nadie lo atiende se ve obligado a salir para buscar el sustento como el vender sus discos, libros y algunas otras artesanías, para seguir subsistiendo así que desde temprano deja su domicilio particular ubicado en la colonia “Plan de Ayala” parte Alta y retorna entre las 15:00 y 16:00 horas, allá donde dan vuelta las combis.
Para quienes lo quieren visitar y apoyar, refiere que para llegar a su terreno que ha terminado de pagar y que una de sus hermanas se lo quiere apropiar, es donde dan la vuelta  las urvans y ahí cualquiera te da razón de Chilo, solo pregunta del hombre barbón y de pelo blanco.
Pareciera que era una despedida de amigos y con el compromiso de que pronto sería visitado, por ahora uno que otro amigo lo auxilia o le ofrece algún apoyo como dinero para cubrir los gastos de transporte y alimentos.
Cansado pero con muchos ánimos de vivir un poco más para eso en la noche de este martes para amanecer hoy miércoles en la capital del país y encontrar un poco de aliento médico para esperar el final en Chilpancingo, según su deseo.
Uno de los personajes de la capital camina las calles y casi arrastrando sus pies se anda despidiendo, porque el mismo siente que el final está próximo porque ya no ve, se siente mal de la próstata, ya no lee sus libros y expresa con las manos hacia arriba “¡chingados, ya no veo, ya no puedo leer y eso me encabrona!”.
Cuando platicaba con este reportero a pesar de que conserva esa voz inconfundible, ninguna persona que pasaba a su lado en la plaza como a eso de las 20:00 horas no regresó a ver al hombre canoso, con barba desalineada, dejando entre ver que no se ha rasurado en los últimos días.
Para este reportero el final no está escrito, pero para “Chilo” ya lo está sintiendo. 

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