viernes, 30 de mayo de 2014

ARTICULO

Topes de carretera
 de la Costa Chica

Cesar González Guerrero

La familia González Guerrero y González Arcos, expresa su mas sincero pesame a la familia Dominguez Castro, con motivo del sensible fallecimiento de su pequeño hijo Joaquincito, el pasado día 27 de mayo, en la ciudad de Ometepec, Gro., rogando a Dios por su eterno descanso.

 Independientemente de cuantos topes existan en la carretera federal que comunica a Acapulco con los 15 municipios de la Región Costa Chica y Montaña del estado de Guerrero y, desde luego, parte del estado de  Oaxaca, se hace necesaria una reflexión acerca del porque nuestra región es en donde existen un mayor número de  ellos. 
Es decir, comparativamente, nuestro territorio destaca  por la gran cantidad de topes, que para aquellos que gustan de las estadísticas, dicen rebasan la cantidad de 200. Un promedio de tope por kilómetro.
Muchos paisanos, principalmente quienes nos hacen el favor de leer en la pagina que nos obsequia La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, nos preguntan: “a ustedes que saben más”, a que se debe este tipo de reductores de velocidad. 
Y en lo personal, trato de justificar su existencia, en virtud de las muertes que han ocasionado los accidentes vehiculares. Y que, seguramente, las áreas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, deben tener las estadísticas de ello.
Más en fin, no es el propósito de esta colaboración, defender la colocación o no de topes, más bien es una crítica sana para que las autoridades correspondientes, incluso las municipales y estatales,  valoren, cada quien en su jurisdicción territorial, hasta donde benefician a sus habitantes;  y aunque esto sea favorable a la ciudadanía de la Costa Chica, se debe considerar que estos deben estar dentro una normatividad que, no afecte a quienes se atreven a conducir sus vehículos de todo tipo, pero sobre todo a los que viven del transporte público, como taxistas y autobuses, incluyendo a las camionetas del servicio Mixto de Ruta, Urbans, etcétera. O simples peatones.
Actualmente, y dadas las quejas de nuestros paisanos de a pie y conductores,  se debe analizar, si para las autoridades, solo de esa manera se pueden evitar accidentes, y para mi, en lo personal, considero que están equivocados, ya que la gente si necesita de la moderación de velocidades, pero también de una aplicación justa de la justicia de tránsito federal, pues muchas veces estas mismas autoridades se convierten en cómplices de los conductores irresponsables a cambio de la famosa “mochada”, por permitir violar los límites de velocidad.
Otro asunto más, motivo de reflexión es que, mientras las autoridades correspondientes no concluyan los trabajos de modernización de esta importante vía que comunica a  países de Latinoamérica, con las características técnicas que autorizan su viabilidad, los accidentes continuarán, a pesar de tantos topes construidos, en lugares, en ocasiones inadecuados, lo cual hace aun más peligrosa esta carretera de la Costa Chica.
En tal virtud, los costachiquenses, apelan a la sensibilidad de quienes gobiernan, tanto a nivel estatal como federal, para que a la brevedad posible se terminen los trabajos de esta carretera, inclusive su ampliación, y con ello, tal vez se evite la existencia de tantos topes que, también, son motivos de accidentes de tránsito y de muertes humanas y de animales, de daños vehiculares y del daño colateral que afecta la economía, de por si raquítica de nuestros paisanos. 
Ojalá que, antes de que las próximas lluvias incrementen las muertes y accidentes en esta carretera, nuestras autoridades agilicen los trabajos y a la brevedad posible se reanuden trabajos a los respectos. Los costachiquenses, guerrerenses y mexicanos que utilizan esta carretera lo agradecerán infinitamente. 
Ya basta de tanto luto en las familias de la Costa Chica que, debido al exagerado número de topes, construidos fuera de toda normatividad, también son causantes de accidentes y  muertes. Y no tan solo eso, sino también las molestias que causan a los heridos, discapacitados, enfermos, ancianos y niños que, en cualquier tiempo, se trasladan en ambulancias o vehículos particulares. 
Que conste, no estamos en contra de los topes, sino mas bien en los excesos, tanto en la cantidad como calidad de ellos.  Todos observan una enorme desproporción. 
Ya es tiempo de terminar los trabajos de modernización de esta carretera, y con ello, con las expresiones de algunos usuarios que, dicen: estos topes parecen muralla o bardas. Nuestras autoridades tienen la última palabra. Ya veremos.

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