viernes, 20 de junio de 2014

ARTICULO

El Poder Politico


 Cesar González Guerrero


Felicidades mi estimado amigo Javier Francisco Reyes por los XIX años de hacer un periodismo diferente, deseando lo mejor para ti y tu equipo de trabajo.

El termino Poder frecuentemente se escucha, y se utiliza, en diferentes modalidades, de manera oral o escrita. En varias ocasiones se refieren a la posibilidad de hacer algo (del verbo yo puedo, tu puedes, el puede, nosotros podemos, vosotros podéis), en otras a la fuerza (al demostrar que si alguien puede es porque existe una fuerza física o mental), en algunos documentos de carácter legal como la carta poder y, muchas más, es la referencia a una capacidad de demostrativa (por ejemplo quien se prepara para desarrollar alguna actividad). Independiente del carácter polisémico de la palabra, en esta ocasión y, en el entendido de que el poder es muy importante para todo, se tiene que delimitar a qué tipo de poder se va uno a referir. Es el caso del Poder Político.

El poder por el poder mismo, sin sentido, no tiene validez; el poder debe tratar de alcanzar un propósito de beneficio social y colectivo, sin menospreciar a nadie. Desde luego, cuando existe un interés no personal.
Se observa que la palabra poder, normalmente se refiere al económico o político. Es más, hay quienes se atreven a decir que el poder sirve (o debe servir) para dominar, razón por la cual los teóricos y lideres ideológicos pugnan por llegar al poder para hacer algo, a veces a favor y otras en contra de las mayorías. Algunos otros, dicen que el poder debe servir  a la gente. Otros más radicales dicen que la lucha es por el poder, que es la  base fundamental de la lucha de clases que promueve la doctrina marxista.
Como sea, quien tiene el poder político, dicen, tiene el poder económico, y viceversa, quien tiene el poder económico tiene el poder político. Y como lo dijo un importante personaje de la política mexicana, un político pobre es un pobre político. En otros casos, dicen que, un político no solamente es un pobre, sino un miserable. Es por ello que, a los políticos, lo que más les ofende es que les señalen como políticos, ya que ser político es sinónimo de corrupto o ladrón. La gente así lo señala porque así los ve.  
La mayoría de los políticos se corrompen y abusan del Poder, inician con humildad, y pobres, y terminan con elevadas fortunas. En los pueblos, pequeños y grandes, la gente los ubica, los ejemplos sobran y, los medios de comunicación social, diariamente los registra en sus páginas. Que conste, aquí entran los de derecha, los de izquierda y los del centro. Aquí también, como la vergüenza,  la ideología se pierde.
En la vida cotidiana muchos hablan de un vacío de poder cuando las autoridades no cumplen con la función de otorgar lo más elemental para la sociedad como es la tranquilidad, seguridad,  servicios públicos básicos, entre otros. Es por ello que deben demostrar estar capacitados, reunir las elementales condiciones para hacer lo que se expresa. Poseer la facultad para hacer algo. Caracterizarse por el dominio o influencia que se debe tener sobre una cosa, con fuerza, capacidad y eficacia. Capacidad habilidad y destreza para provocar ciertos efectos positivos.
El poder, como  la base más importante de un líder, debería hacer menos prepotente al ser humano y más inteligente para actuar con humildad y sabiduría. De lo contrario, se vuelve un tirano, una persona egoísta y ambiciosa que lo llevará, sin duda, a situaciones muy complicadas.
El poder político debe desprenderse de toda corrupción y maldad, a efecto de que, quienes creen todavía, en los que hacen política, fortalezcan el sistema democrático y la convivencia armónica. Y a pesar de que, algunos que hacen política, piensan que con una actitud perversa demuestran su capacidad política están muy equivocados, llegaran pero su liderazgo será efímero y muy mal recordado. Es por ello que, los tiempos actuales, requieren de nuevos liderazgos, con capacidad y preparados para gobernar en tiempos de crisis y de riesgos. Y eso, solamente se lograra, cambiando actitudes de prepotencia, cinismo, demagogia, y el uso de un doble discurso, o como dicen por ahí la doble cara. Esos políticos ya no tienen la confianza de la gente. La nueva cultura política esta aparejada a los tiempos de una modernidad que conlleva a una convivencia pacífica, tolerante, con dignidad y  respeto.
El Poder político, en la actualidad merece, políticos de altura, y con calidad moral para que, quienes hacen política, también se merezcan el respeto de la ciudadanía. De lo contrario seguirán recibiendo una serie de señalamientos y quedaran grabados en las páginas de la historia como los modernos traidores a la patria. La rueda de la historia es implacable. Ya veremos.

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