viernes, 25 de julio de 2014

COLUMNA

Lectura Política

Noé Mondragón Norato

El síndrome Elba Esther Gordillo en DJR
La respuesta llegó demasiado pronto. Porque es obvio que, ante los ataques políticos de la tribu perredista Grupo Guerrero (GG), los chuchos de Nueva Izquierda (NI) no se quedarían de brazos cruzados. Y la carta del ex dirigente nacional del PRD, Jesús Ortega Martínez, acusando de “misógino y de aberrantes” las declaraciones de David Jiménez Rumbo, en relación a la iniciativa gubernamental para despenalizar el aborto, son el reflejo de lo que estaría por venir y que apuntaría hacia una sola vertiente: la construcción de la difícil unidad en el PRD con miras a la elección de gobernador del 7 de junio de 2015. Aunque es evidente la sucesión de hechos que todavía están por venir.

LOS ESCENARIOS DE DESASTRE.- Para la mayoría de las tribus el diagnóstico es cada vez más certero: el dirigente de la tribu GG está remando en contra de sus intereses. De todo el PRD. Se torna cada vez más incómodo. A diferencia del extinto Armando Chavarría, que apretaba la cuerda y la aflojaba en sus negociaciones políticas, a David Jiménez le gana la pasión. Como los chamacos, no  mide el impacto de todo lo que declara en los medios. Revela no solo  escasa prudencia, sino ignorancia sobre los temas de la agenda pública. Lo peor es que traslada todo eso hasta el terreno de los hechos concretos. Se ofusca y pierde el control. Proyecta una rebeldía no de la izquierda, sino de sus personales y grupales intereses. Por eso las tribus han comenzado a exhibir su verdadera naturaleza y ambición desmedida por el poder. Y también, marcado su deslinde. De ahí se abren los eventuales escenarios de desastre: 1.- A los embates de las tribus Nueva Mayoría (NM) y GG para expulsar de la Comisión de Gobierno, al diputado local y militante de NI, Bernardo Ortega Jiménez, se suma un hecho incontrovertible: la revelación por parte de Jiménez Rumbo, en el sentido de que “el gobernador le retiró sus siete escoltas”. Insinuó que así le ocurrió al extinto Armando Chavarría, cuando el ex gobernador Zeferino Torreblanca le quitó su custodia personal. Es decir, se quiso asumir como víctima por adelantado. Pero el punto central del debate está en otro lado: ¿por  qué razón el gobierno estatal le asignó esa protección con cargo al erario público, a un personaje que no es funcionario público? ¿Acaso por sus presiones contra el poder y porque es dirigente del GG? ¿Tienen los demás dirigentes de tribu, esa misma protección? ¿Se justifica la asignación de siete escoltas cuando la inseguridad y la violencia en la entidad, demandan que ese personal esté dedicado a combatirla? ¿Por qué teniendo tanto dinero producto de sus negociaciones políticas en lo oscurito, Jiménez Rumbo aceptó esa protección y hoy la revela pública e ignominiosamente? Desde donde se le vea, es un asunto que lejos de beneficiarlo, le sigue restando. 2.- La posibilidad de que la cabeza de la tribu GG arribe como dirigente estatal del PRD, se diluye cada más. No solo por su confrontación política con el gobernador Ángel Aguirre, sino porque también la extendió hacia la tribu NI, la más influyente y la que mantiene en su poder la dirigencia nacional del PRD. Un indicador será elocuente al respecto: la elección interna perredista de Consejeros y delegados el próximo 7 de septiembre y que estará a cargo del Instituto Nacional Electoral (INE). Los resultados de esa elección serán decisivos para el GG. 3.- La fuerza política de Jiménez Rumbo, sería de ficción tras los resultados de esa elección. Porque diversas fuerzas políticas, personajes y tribus estarán en la senda de restarle poder a un personaje que se tornó incontrolable para los intereses de todo el PRD. Así, el ex senador perredista se instaló de golpe, en un escenario de desastre muy similar al orquestado en su momento, por la maestra y hoy reclusa, Elba Esther Gordillo Morales, quien asumió las mismas poses de rebeldía y arrogancia con el presidente priísta, Enrique Peña Nieto.  Lo retó abiertamente. Y enceguecida por el poder que ostentaba, se negó a observar que era un subproducto de ese sistema que la dio todo: dinero y poder. El PRD la ha dado eso mismo al dirigente de la tribu GG. Pero él evalúa, con evidente estrechez de miras, que puede seguir estirando la cuerda hasta el cansancio. Transformarse en opositor a conveniencia. Pero la cuerda ya se está trozando. El único que no alcanza a verlo, es él.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Desesperado por los tiempos, el secretario del PRD estatal y dirigente de la tribu NM, Evodio Velázquez Aguirre, toca la puerta del Partido del Trabajo (PT), y se entrevista con el dirigente nacional de ese partido, Alberto Anaya, a fin de convertirlo en aliado en su objetivo por alcanzar la candidatura del PRD a la alcaldía de Acapulco. Pero los cálculos de poder de Evodio, se contraponen diametralmente con las realidades políticas concretas.
dragonato@hotmail.com

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