miércoles, 16 de julio de 2014

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista

Mi Candidato
Ahora que no hay prisa por ir a la escuela ni a la oficina ni de pronto ir vacaciones a Acapulco y ante la inminente llegada de escoger “a los mejores hombres y a las mejores mujeres” que habrán de gobernar el estado de Guerrero en los próximos años, leemos lo que escriben periodistas y Periodistas que dominan el tema político y los análisis que hacen sobre tal o cual personaje para que releve en el cargo al gobernador en turno.


Hay les van echando loas o quemando incienso a los políticos que son sus cuates y estiércol a los que no. De acuerdo al chayote, mesada, dádiva, limosna o embute es “el análisis periodístico”. Y claro que “el cuarto poder” en estas jornadas electoreras vale, pesa y mucho, sobre todo la pluma  de periodistas “pensantes”, es decir, de los que escriben no para al pueblo sino para sus políticos.
Así que son los “periodistos” quienes llevan punta en este tipo de análisis y comentarios, pero, claro, su quehacer lo hacen desde el escritorio, a partir del “tanto más cuanto” para hablar bien o mal del que pretende ser gobernador del estado y la verdad es que poco les importa la opinión verdadera, sincera y honesta de la gente que al final de cuentas será la que con su voto elegirá al relevo en la gubernatura.
Son pocos  los columnistas que en el estado de Guerrero dicen la verdad, emulando a lo dicho por Rubén Figueroa Figueroa hace años cuando le preguntaron cómo veía a los políticos participantes para la presidencia de la república. RFF dijo entonces: “La caballada está flaca”.
Y es exactamente lo que ahora está sucediendo en nuestro estado. Son contados los políticos que tienen y cuentan con personalidad, experiencia, capacidad y conocimiento  para ocupar un cargo de tal magnitud como el de ser gobernador, pero lo que se llama Gobernador, haciendo a un lado las caricaturas de mequetrefes que hemos padecido en los años recientes y sobre todo ese enjambre de engendros que “aspiran”, no a gobernar, sino para llevarse cuanto más puedan del erario público.
Si echamos vistazo en la muy larga lista de los que “quieren”, porque los ciudadanos tenemos la obligación de ver, observar y analizar la trayectoria de que los aspirantes han hecho buen uso de la política en beneficio del pueblo, entonces tendremos los pelos de la burra en la mano y sabremos escoger, seleccionar y decidir por la persona, hombre o mujer que debe gobernar el estado, y apoyar su política, solidarizarnos con su quehacer porque de seguro que trabajará de manera incansable por una entidad que hace tiempo está huérfana de gobernador. Y, bueno, soñar no cuesta.
Por eso debemos observar cuidadosamente no sólo nombres de los que quieren sino las conductas de los aspirantes. Como ciudadanos tenemos la obligación de seleccionar a quien podamos confiar el destino del estado, porque es el futuro de los ahora niños y jóvenes.
En estos tiempos, en las turbulentas aguas de la política guerrerense  vemos que se barajan nombres de mañosos, engreídos, déspotas, ratas, endiosados, politiqueros que siempre han visto lo que está mal puesto y se lo llevan, y aún así se consideran aspirantes de primera fila porque son amiguitos de algún poderoso, pero los guerrerenses los conocemos muy bien desde hace años, están acostumbrados a mentir, a incumplir compromisos y además son barbajanes y su conducta pública como privada no da ni para confiarles un costal de alacranes, porque se los roban.
Es verdad: La caballada está flaca, escasa, en decadencia, no confiable para nada ni para nadie, porque ayer eran tricolores y ora son amarillos, al rato, verdes… 
Pájaros azules, pájaros bermejos; entre más grandotes… más azules. 

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