miércoles, 17 de septiembre de 2014

ARTICULO

Político, académico e ideólogo

 “Las condiciones de vida de los guerrerenses son dramáticas“: JFRM

 Efraín Flores Maldonado*
 Este 28 de Septiembre se cumple un año más del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, el  político, académico e ideólogo guerrerense que como meteoro, aterrizó repentinamente en la geografía política del Estado, como Secretario de Gobierno de Alejandro Cervantes Delgado. Acompañé al Senador Alejandro Cervantes Delgado al encuentro en el que conoció a José Francisco, en un restaurante ubicado en las calles de Miguel Lauren y Avenida Universidad.
Después de una hora de diálogo entre los personajes, me incorporé al epilogo de los temas abordados. Alejandro Cervantes Delgado era candidato a Gobernador y había pensado invitar como Secretario de Gobierno al mexiquense Humberto Lira Mora; después del encuentro, se decidió por José Francisco. Invitado por el candidato presidencial Miguel de la Madrid Hurtado, José Francisco abandonó la Secretaría de Gobierno, para desempeñarse en el IEPES  y después como Subsecretario de Salud en México, y de ahí asumió la candidatura a Gobernador. Florencio Salazar Adame coordinó su campaña, desde donde el candidato fue sorprendiendo gratamente a los guerrerenses con su formación académica y como ideólogo vivaz. Tuve el enorme privilegio de que me considerara su amigo, pero yo me asumí más bien como su “pupilo adoptivo” porque José Francisco ya traía a sus pupilos legítimos, Juan Carlos Hinojosa, Israel Soberanis Nogueda y Pascual Hernández Mergold. Me designó primer Subsecretario único de Educación al lado del titular Amín Zarúr Menes. Ahora en un aniversario más de su injusto asesinato, quiero recordarle rescatando algunas de sus ideas contenidas en el libro “23 diálogos con Gobernadores” escrito por Isabel Arvide y publicado en 1990. En dicho texto José Francisco se pronuncia por transformar “al sistema político mexicano y a su economía,  para que la eficiencia de ambos haga posible  una mayor justicia social”.  Exhorta al PRI a ceñirse a la legalidad “reconociendo sus derrotas” y lo mismo pide a los partidos opositores. Oportunamente filoso, penetra en el corazón del reclamo democrático, reconociendo que la democracia tiene un determinante componente cultural  que la matiza en todas las regiones del país. Como gobernador, parafrasea a Sócrates, quien en el Diálogo Platónico “El político” asegura que la característica más trascendente del poder  debe ser su “capacidad de persuasión”. Advierte que las funciones estructurales del gobierno deben ir soportadas por una economía fuerte, sin la cual los resultados de la obra de gobierno palidecen. Ubicado como realista visionario, José Francisco reconoce que la voluntad y la pasión influyen en la fijación y conquista de objetivos, pero acota que también es sabiduría del gobernante advertir “lo que no puede”. Se muestra convencido de que solo perdura lo que evoluciona, lo que cambia y por eso  el sistema Político Mexicano debe transformarse conservando cuatro rasgos que le sirven de anclajes: “el Presidencialismo, el PRI, el civilismo y la pluralidad”. El PRI sobre todo debe democratizarse en la elección de dirigentes  y en la postulación de candidatos  pues los partidos opositores “ya  pueden ganarnos…podemos dejar de ser mayoritarios en ciertas regiones, municipios, localidades..”. El Gobernador, no debe imponer el poder a su partido, pero debe tener cuidado de que el poder al que renuncia “no quede extraviado” en algunos caciquillos. José Francisco solicita ser recordado “como el que se empeñó por servir al pueblo…a los desamparados” y termina con un pensamiento premonitorio: “En un Estado como el de Guerrero con una administración pública débil, sin rendición de cuentas y sin cuadros  eficientes y honestos, el Gobernador en turno tiene que tomar infinitas decisiones permanentemente, porque, si no las toma…las cosas no caminan”. Así recuerdo a José Francisco. Es todo. *Doctorante en Ciencia Política.

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