martes, 2 de diciembre de 2014

COLUMNA

Las leyes de Peña Nieto 

 Apolinar Castrejón Marino 

México es un país muy desordenado, y peligroso para vivir, hablando desde la perspectiva de los 110 millones de habitantes que no somos funcionarios, ni formamos parte de ningún gobierno, ni somos empresarios o banqueros.

Las causas de esta descomposición son los gobernantes ineptos y depredadores, que solo se dedican a buscar beneficios personales y de grupo, dejando en el olvido los servicios más necesarios para la población.
Y es el gobierno de Peña Nieto el que de plano, ha puesto a México en manos de la delincuencia. Durante estos 2 años de gobierno ha manejado los asuntos públicos con torpeza, y se ha involucrado en cualquier turbiedad, para lo cual ha mentido en todas formas para maquillar esa realidad.
Y ahora sale con su batea de babas de que va a emitir leyes para arreglar al país. Así que hablaremos de leyes, ya que según Peña Nieto, cualquier conejo puede hacerlas. Acudimos a preguntar a varias gentes acerca de las leyes que conoce empíricamente, y estas son las que conseguimos:
Ley de Comunicaciones: Cualquier intento de simplificar las cosas solo causa mayor confusión. 
Ley de Owen de las Secretarias: En cuanto te sientes a beber una taza de café, tu jefe te pedirá una tarea que se prolongará hasta que el café se enfríe.
Ley de Donald Westlake: Siempre que las cosas parecen fáciles es porque no leímos cuidadosamente las instrucciones.
Como ya se va usted dando cuenta, utilizamos arbitrariamente los términos, ley, regla y norma pretendiendo que las cosas deben ser de tal modo específico. Sin embargo, la realidad se niega sistemáticamente a someterse a nuestras órdenes y solo se sujeta a sus propios ciclos y secuencias.
Señálenos si nos equivocamos, per la naturaleza tiene sus propias reglas, como la ley de la gravedad, la ley de la gravitación universal de los planetas y la ley de la conservación de la materia. Estas son leyes de verdad, porque nadie puede sustraerse a ellas.
En cambio las “leyes” hechas por los hombres y amparadas en una Constitución son de observancia opcional, como las leyes “de manos muertas” de Juárez, las leyes de expropiación de Cárdenas y desde luego, las leyes de Peña Nieto. Allá en el pueblo dicen que son como las llamadas a misa: el que quiere va, y el que no quiere no.
Muy picudo salió el Presidente Peña a decir que iba mandar unas iniciativas de ley al Congreso para ahora sí resolver los problemas de “la patria”. Luego salió con su batea de babas de los 10 puntos para enfrentar a la delincuencia organizada.
Y como los periodistas en todo se meten, le dijeron que otro igual de pernicioso que él, el chaparro michoacano que se agandalló la presidencia de México, había hecho lo  mismo, se enfureció por lo desagradecidos que somos, pero con pruebas en la mano le demostraron que solo estaba desempolvando las alucinaciones de Calderón.
Y luego luego, le bajó de espuma a su chocolate, y ahora dice que si es cierto que le está copiando al chaparro pelón, de Michoacán, pero que ahora si (por diosito santo) que se van a cumplir. Lástima Margarito, porque ahora ya nadie le creé. Veamos otras leyes que son muy populares:
Ley de Murphy: El papel adhesivo se adhiere a si mismo mejor que a cualquier otra cosa.
Ley de Mary & Mary: El teléfono nunca suena, cuando no tienes nada que hacer.
Ley Doméstica de Fausner: Todo cuchillo desafilado, tendrá el filo suficiente para cortarte un dedo. 
Ley de conservación ejecutiva: No permitas que tus superiores sepan que eres mejor que ellos.
Muchos mexicanos piensan que la ley que se debería aplicar a Peña Nieto es la Ley de Responsabilidades, para que ahora si “cante” de verdad cuáles son sus posesiones y las de su gaviota.

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