martes, 24 de marzo de 2015

ARTICULO

Construyendo la paz 

“En la unidad política  deben estar considerados los intereses de los gobernantes…y los gobernados”. Aristóteles.
Efraín Flores Maldonado.
En los primeros documentos constitucionales de Guerrero, como su ley orgánica para el arreglo interior, su primer y segundo proyecto de constitución, así como el primer texto de nuestra carta magna publicado en 1851, se habla a lo largo de sus contenidos, de gobernantes y “súbditos”. Este último término se
refería,  tanto al  habitante como  al ciudadano con derechos políticos. Ambos, con la obligación de obediencia y la posición de ciertos derechos limitados, como la libertad y la vida. Entonces como hoy, el orden era el principio fundamental en la convivencia política. La ley, como obligación suprema de respetarla y los gobiernos central y estatal como dueños y señores del poder supremo. Paso a paso, las cosas han ido cambiando. Hay menos gobierno y más democracia; más libertad y tolerancia. Se puede protestar, gritar, bloquear calles, tomar oficinas públicas y en última instancia se puede proponer  y acordar. En Guerrero, la violencia social y política es parte de nuestra historia. En ella se han fincado tragedias y gloria, conquistas populares y acciones de gobierno democráticas y ejemplares. Cierto es que nuestros excelentes gobernadores han sido pocos y los cultos e inteligentes, menos aún. Hemos sido territorio en constante guerra; contra el gobierno, pueblo contra pueblo, familias contra familias. Guerra y paz nos han mantenido en la pobreza persistente y en ocasiones en  la miseria delirante. Breve y poco fructífera ha sido nuestra paz intermitente. Nos agreden los Presidentes del País, quitando a su capricho a nuestros gobernadores. Solo Raúl Caballero Aburto cayó por la presión popular; los otros, han sido derrocados por el supremo gobierno sin importarle que la inestabilidad política arruine nuestro de por si débil desarrollo social, educativo, cultural y político. Por ello creo que es urgente hacer un alto en el caos y como bien y oportunamente lo ha dicho el gobernador Rogelio Ortega Martínez, es urgente establecer una pluralidad de mesas de diálogo, para criticar, discutir, hacer la protesta… y la propuesta para encontrar un camino, que nos conduzca a una mejor búsqueda de los normalistas desaparecidos y al diseño y construcción de una estrategia que nos permita, recobrar la normalidad, estabilidad y gobernabilidad sobre la cual reiniciemos nuestra larga, penosa e histórica lucha por un Guerrero mejor. Es tiempo ya de que todos, gobierno y comunidad política plural vayamos construyendo la paz que tanta falta nos hace. Es todo. Doctorante en Ciencia Política*.

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