martes, 2 de junio de 2015

PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA

No denuncia Guerrero, y
cifras del crimen negras


Humberto Padgett.--En un país marcado por la impunidad no existe un lugar en que la ciudadanía desconfíe o tema más a sus autoridades que en Guerrero, a la vez la porción más sangrienta de México.

El aparato de justicia penal de Guerrero está muy cerca de ignorar la marea de delitos pues los guerrerenses no denuncian: en 2013, sólo tres delitos de cada 100 cometidos fueron denunciados.
Esta es la cifra negra –equivalente a los delitos no denunciados y en los cuales no se procedió a iniciar una averiguación previa– de Guerrero rojo.
En el presente no existe ninguna razón para suponer la reversión de esta tendencia –en 2012 la cifra negra fue de 96.2– sino al contrario por el aumento de la violencia asociada al crimen organizado, la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014 y la posterior renuncia del gobernador perredista Ángel Heladio Aguirre Rivero.
Antes ocurrieron los hechos de Tlatlaya, Estado de México, donde 21 de las 22 abatidas y ejecutadas por miembros del ejército eran originarios de la Tierra Caliente de Guerrero. Luego ocurrió el secuestro masivo de entre 15 y 30 habitantes de Chilapa de Alvarez.
¿Es aceptable apostar a la hipótesis de que a mayor frecuencia de eventos de violencia en masa cometida por las autoridades menor confianza de la ciudadanía en esas autoridades?
Los delitos ocurridos y las averiguaciones previas iniciadas por delitos del fuero común –atendidos por la Procuraduría estatal– por cada 100 mil habitantes en Guerrero muestran un comportamiento opuesto entre 2010 y 2013 en un sentido que sugiere la composición del índice delictivo con el propósito de adelgazar en el papel la talla del problema, según se desprende de un análisis solicitado por este medio a especialistas en estadística criminal.
Esta posible estrategia de propaganda del Gobierno de Guerrero, a manos del Partido de la Revolución Democrática desde 2005, es al menos compartida por el Gobierno del Estado de México, priista desde que el PRI existe tal como demostró SinEmbargo hace algunas semanas.
En Guerrero, mientras las averiguaciones previas iniciadas observan una tendencia a la baja desde 2011, los delitos reportados en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública (ENVIPE), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) han aumentado considerablemente.
Si se calculan las tasas de variación de 2011 a 2013 de ambas series de datos, se observa que las averiguaciones previas iniciadas por cada 100 mil habitantes registradas en el  Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que se nutre de la información reportada por las fiscalías estatales, los delitos disminuyeron 9.7 por ciento, mientras que la tasa de delitos reportados en la encuesta levantada por el INEGI aumentó 33 por ciento.
Esto indica que la disminución de las averiguaciones reportadas en el SESNSP no se debe “primordialmente”, anota un experto, a la reducción de la incidencia delictiva, sino “que se explica por otras causas como la disminución de la denuncia ante la Fiscalía General de Guerrero, inconsistencias en los procesos de registro y atención del delito de la institución de procuración de justicia, entre otros”.
Si se opta por  respaldar la primera de las hipótesis mencionadas, es decir, la disminución de la denuncia, es necesario analizar el incremento de la cifra negra, la cual ha pasado de 96.2 a 96.7 por ciento de 2011 a 2013 en esa entidad federativa.
Si bien se puede observar una ligera disminución de este indicador de 2011 a 2012; es decir, durante el primer año de gobierno de Ángel Heladio Aguirre Rivero; esta se revierte durante su segundo año de gobierno hasta el grado que durante 2013 sólo 3 de cada 100 delitos fueron denunciados.
Guerrero se mantiene como la entidad federativa con mayor cifra negra en el país. En el segundo lugar se ubica el Estado de México, lugar de procedencia del Presidente Enrique Peña Nieto.
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Los delitos con mayor cifra negra en Guerrero son extorsión, robo o asalto en calle o en transporte público y otras formas de robo como el carterismo.
Si la seguridad pública en ese lugar, a la vez uno de los tres estados más pobres del país, ¿por qué los guerrerenses disminuyen su asistencia con “el abogado del pueblo”, como en la jerga de gobierno se llama al Procurador?
Esto algo que también estudia el Inegi en su encuesta sobre crimen y denuncia.
Durante 2011 y 2012, poco más del 54 por ciento de los delitos sin denuncia declarada quedaron en silencio por razones atribuidas por los ciudadanos a sus autoridades: “miedo a que los extorsionaran”, “pérdida de tiempo”, “trámites largos y difíciles”, “desconfianza en la autoridad” y “por actitud hostil de la autoridad”.
En 2013 se aprecia que las personas no denunciaron los delitos por algunas otras razones como “no tener pruebas”, “por ser un delito de poca importancia” o “por miedo al agresor”.
Durante la administración de Aguirre Rivero, concluida en la tragedia de Ayotzinapa en septiembre del año pasado, queda claro que la población no confiaba en su institución de procuración de justicia, lo que agrava el contexto social en que el fenómeno delictivo se ha normalizado y en el que, para los guerrerenses, resulta más que factible la no acción por parte de las autoridades y sí las represalias delincuenciales ante la búsqueda del acceso a la justicia.
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Debido a la diferencia significativa entre los delitos ocurridos y las averiguaciones previas reportadas por cada 100 mil habitantes por la Procuraduría de Guerrero al SESNSP, es importante identificar si la tendencia de la información enviada por el Gobierno estatal al federal corresponde a los delitos reportados por personas de 18 años o más y aquellos en los cuales sí se inició una averiguación previa según la ENVIPE.
Otro elemento a considerar en la evolución de las tasas delictivas en Guerrero es la comparación de los registros del SESNSP de averiguaciones previas iniciadas y los delitos denunciados (con y sin averiguación previa iniciada) de Inegi.
En primer término, se observa es un comportamiento mixto. Los datos del Inegi muestran una marcada disminución en 2011 y un repunte en 2012 seguido de otra disminución en 2013 (tanto los delitos denunciados que no derivaron en una averiguación previa y los que sí).
En segundo lugar, los datos del SESNSP muestran una reducción en 2012 y, en menor medida, en 2013. Entre 2010 y 2012 los datos del Inegi y los datos del SESNSP muestran comportamientos opuestos lo cual es indicativo de que hay variables “latentes o no observables que influyen en la divergencia de los registros estadísticos”.
Si se consideran las tasas de variación de las dos series para mejorar la interpretación del comportamiento de la incidencia delictiva se aprecia que las averiguaciones previas o carpetas de investigación iniciadas por delitos del fuero común por cada 100 mil habitantes reportadas al SESNSP disminuyeron 9.70% de 2013 a 2011.
Y, si se analiza la tasa de los delitos denunciados por las personas de 18 años o más registrado en la encuesta de victimización levantada por el INEGI, se observa un alza de 9 por ciento de 2011 a 2013.
Si se agregan los valores de los delitos denunciados por los cuales sí se inició una averiguación previa por cada 100 mil habitantes reportados por la ENVIPE, se aprecia un aumento de 16.57 por ciento durante el mismo periodo.
“Esto podría invitar a pensar que hay un subregistro de la incidencia delictiva por parte la Fiscalía General de Guerrero, de acuerdo con los datos disponibles en la plataforma del SESNSP”, el especialista cuida cada palabra.
Dicho de otra manera: polvo para las imperfecciones del rostro sobre una fractura expuesta.
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Análisis histórico de la tasa agregada de delitos por cada 100 mil habitantes (homicidio doloso, secuestro y extorsión) (1997-2014).
La tasa agregada de extorsiones, secuestro y homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes de Guerrero ha sido superior a la tasa nacional desde 1997, lo cual revela que el fenómeno de la criminalidad se trata de un problema cotidiano e histórico fuertemente enraizado en el estado donde la sangría del narcotráfico precede a la supuesta declaratoria de guerra hecha por Felipe Calderón al narco a fines de 2006.
De acuerdo con la ENVIPE 2014, algunas de las conductas delictivas o antisociales en Guerrero observadas con mayor frecuencia fueron: robos o asaltos, disparos frecuentes, secuestro, pandillerismo o bandas violentas, homicidios, extorsiones o cobro de piso.
Al analizar la tasa agregada de extorsiones, secuestro y homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes registrada en Guerrero durante 2013 y 2014 se observa que esta fue 202 y 164% mayor que la tasa nacional, respectivamente.
Las tasas agregadas de extorsiones, secuestro y homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes de Guerrero más altas se reportaron de 2011 a 2014, es decir, durante la administración de Ángel Aguirre Rivero.
Se anota que las tasas han disminuido entre 2012 y 2013 así como entre 2013 y 2014, lo que empata con la baja registrada a nivel nacional.
Análisis desagregado de la tasa por cada 100 mil habitantes de homicidios (dolosos y culposos), secuestros y extorsiones (1997-2014).
Las tasas de secuestro y de homicidio (doloso y culposo) por cada 100 mil habitantes de Guerrero fueron superiores a las reportadas a nivel nacional durante 2013 y 2014.
Las tasas de extorsión, robo total con violencia y de vehículo por cada 100 mil habitantes de Guerrero se mantuvieron ligeramente menores a las registradas en el ámbito nacional.
Se observa que las tasas de homicidio culposo y robo total con violencia aumentaron de 2013 a 2014, mientras que las de extorsión, secuestro, homicidio doloso y robo de vehículo disminuyeron.
Si colocan frente a frente las tasas por cada 100 mil habitantes reportadas a nivel nacional con las registradas en Guerrero se observa que:
La tasa de secuestro de la entidad fue mayor que la nacional tanto en 2013 como en 2014. El año pasado, la tasa de Guerrero fue 166 por ciento mayor que la reportado en el país. Sin embargo, cabe señalar que la diferencia entre las tasas disminuyó en 2014 al decrecer la tasa 47.19 por ciento.
La tasa de homicidio doloso de la entidad fue mayor que la nacional tanto en 2013 como en 2014. Durante el último año mencionado, la tasa estatal fue 226 por ciento mayor que lo reportado en el ámbito nacional. Sin embargo, cabe señalar que la brecha entre las tasas disminuyó en 2014 al decrecer la tasa 27.91 por ciento.
De igual manera, la tasa de homicidio culposo estatal sobrepasó la nacional en 2013 y 2014, durante el último año la tasa de Guerrero fue 36% mayor que lo registrada a nivel nacional. No obstante, la diferencia entre dichas tasas aumentó en 2014 debido a que la tasa estatal presentó un alza de 37.38 por ciento. Aquí estaría el traslado en papel de quienes murieron a causa de los actos de otra persona, pero sin la intención de ocasionar la muerte, y el asesinato a secas.
A pesar que la tasa de robo total con violencia de Guerrero se mantuvo por debajo de la tasa nacional, esta aumentó 5.50 por ciento de 2013 a 2014.
La tasa de extorsión de Guerrero fue ligeramente menor a la registrada en el país tanto en 2013 como en 2014. La brecha existente entre la tasa estatal y nacional disminuyó debido a que las averiguaciones previas o carpetas de investigación iniciadas por este delito a nivel nacional presentaron una baja durante el mismo periodo.
Análisis de la tasa de delitos por cada 100 mil habitantes de los cinco municipios más poblados de Guerrero
En Acapulco, Chilpancingo e Iguala de la Independencia persiste una grave crisis de delincuencia generalizada y sus tasas reportadas son considerablemente altas para cada delito. Estos municipios acumularon el grueso de las averiguaciones previas o carpetas de investigación iniciadas por homicidio culposo, doloso, secuestro, extorsión, robo total con violencia y robo de vehículo respectivamente durante 2014. Estas proporciones revelan que existe un alto grado de concentración en los municipios antes mencionados.
Los cinco municipios más poblados de Guerrero presentaron tasas de homicidio doloso y culposo por cada 100 mil habitantes superiores a las reportadas en el ámbito nacional en 2013 y 2014.
En relación con las tasas de homicidio doloso por cada 100 mil habitantes de Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Chilapa de Álvarez y Zihuatanejo se aprecia que estas fueron 5.39, 4.88, 3.76, 3.28 y 2.10 veces mayor que la tasa nacional, respectivamente. Chilapa, actualmente terreno en disputa con una importante cantidad de víctimas civiles inocentes, ya se observaba una clara tendencia a la alza desde el año pasado. Los homicidios culposos reportados por cada 100 mil habitantes de Chilapa, Iguala, Zihuatanejo, Acapulco y Chilpancingo sobrepasaron en 224, 180, 143, 68 y 60 por ciento la tasa registrada en el ámbito nacional. Este delito aumentó de 2013 a 2014 en los cinco municipios más poblados de Guerrero. El incremento más significativo fue el de Chilapa, ya que este fue de 178.41%.
“Es muy importante llevar a cabo un análisis más detallado y profundo del comportamiento de los homicidios dolosos y culposos puesto que pareciera que se modificó el criterio de registro de estos ilícitos o no están siendo adecuadamente reportados”, vuelve a poner el acento el experto.
En materia de secuestros, Chilpancingo e Iguala de la Independencia presentaron las tasas más altas por cada 100 mil habitantes que fueron 334 y 9% superiores a lo registrado en el ámbito nacional. Aunado a ello, es importante mencionar el alza de 97.67% en Zihuatanejo de Azueta de 2013 a 2014. Si se analizan los índices de extorsión por cada 100 mil habitantes de los cinco municipios más poblados se observa que Chilpancingo presentó la tasa más alta de este delito que fue 3.17 veces superior a la estatal y 1.4 veces mayor que la nacional. Asimismo se observa que Iguala y Acapulco reportaron tasas que superaron en 51 y 36 por ciento los niveles de este ilícito registrados en Guerrero durante 2014.
En lo que respecta a las tasas de extorsión de Chilapa de Alvarez y Zihuatanejo de Azueta, estas fueron inferiores tanta la tasa estatal como nacional. Es importante destacar el comportamiento de las extorsiones registradas en Chilapa pues estas aumentaron 197 por ciento de 2013 a 2014.
Acapulco reportó la tasa más alta de robo con violencia por cada 100 mil habitantes y fue 176 por ciento mayor que el índice de Guerrero. Los siguientes municipios que presentaron las tasas más elevadas de este ilícito fueron Chilpancingo y Zihuatanejo de Azueta con niveles que sobrepasaron en 66 y 55 por ciento a lo registrado en la entidad federativa, respectivamente.
Chilpancingo reportó la tasa más alta de robo de vehículos por cada 100 mil habitantes que fue 3.24 veces mayor que el índice estatal.
Llama la atención el comportamiento del fenómeno delictivo en Chilapa, pues ahí aumentaron cuatro de los seis delitos analizados anteriormente entre los cuales se encuentra el homicidio (doloso y culposo), la extorsión y el robo con violencia. Aunado a ello, respecto a la disminución del secuestro en dicho municipio hay que recordar que es uno de los delitos con mayor cifra negra, es decir, es de los ilícitos que menos se denuncian.
“La disminución de las tasas delictivas de Guerrero deben tomarse con bastante cautela pues la serie de homicidios dolosos presenta comportamientos atípicos durante los últimos que aparentemente están relacionados con el incremento de los casos de homicidios culposos. Una posible hipótesis sobre esto apunta a que los homicidios no están siendo adecuadamente registrados por la Fiscalía General de Guerrero”.
Más maquillaje, pues. Más muertos debajo de la alfombra. (Sinmebargo). 

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