jueves, 24 de septiembre de 2015

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista

AMARGURAS DE VEDET
“En aquel tiempo” circulaban periódicos de Acapulco y a veces de Iguala en Chilpancingo. 
Locales sólo había el Sol de don Reemberto Valdez Ortega y el Diario de Guerrero que empezaba a recircular, después de veinte años de estar “en sueños” y ya elaborado por mi tocayazo Héctor García Cantú y sus hijos.
¿Quiénes eran los periodistas de ese entonces?
Alberto Elías Nava Rosendo se estaba recibiendo de abogado y dejando su quehacer como corresponsal de “El Trópico” de
Acapulco y como primer redactor de noticieros de la XELI donde lo relevó Ángel Chávez Navarrete. Pero Ángel a su vez enviaba copia de ese noticiero a don Pedro Huerta Castillo, editor del diario “Revolución”, que también se llamaba Diario de Guerrero, pero editado en Acapulco.
Roberto Aranda Lewis llegó en 1963 a Chilpancingo, como corresponsal, aunque en realidad era fotógrafo en las playas y venido al parecer de Sinaloa. Aquí aprendió a redactar. Eulalio Espinosa Marmolejo, también reporteaba y editaba “Índice”, un periódico semanario combativo, decidor de verdades y ¡nada de andar adulando a políticos mañosos, méndigos y rateros (que ya los había), y mucho menos haciendo migas con ellos! 
Otros reporteros eran José Luis Nava Landa, quien fue traído por su padrastro Aquilino Velázquez Galicia a Chilpancingo, después de que Aquilino fue fotógrafo en la arena “Coliseo” e ingresó, como otros camaradas como fotógrafo a los periódicos. También apareció Juan González Torres, de Tixtla que quería ser locutor de la XEPI, allá a la cabina iba a practicar, pero se dejó llevar por las teclas de la Remington. Anselmo Espíritu Hernández, de Tixta, fue reportero en Acapulco, en  “La Verdad” de don Nacho de la Hoya y se vino a radicar y a trabajar a Chilpancingo.
El jefe de prensa del gobernador Raymundo Abarca Alarcón fue primero Rogerio Armenta, después entró don Hermilo Castorena Noriega y por acá llegó de Iguala Rafael Rodríguez Sánchez quien se casó con doña Josefina una dama mucho muy amable y querida y después sus hijos siguen en la danza de la información. 
De aquella camada salió del periodismo a la poesía Manuel S. Leyva Martínez. Tiempo después regresó del DF a Chilpancingo Félix J. López Romero. Aquí se estableció el caricaturista Miguel Ángel Gálvez que se fue a Zihuatanejo a trabajar y allá falleció. Y Pablito Barrera que después fue licenciado y más tarde maestro de la Escuela de Leyes, también le hacía a la fotografía. 
En 1970, a unos meses que comenzó a circular el Diario de Guerrero, en 1969, llegó a Chilpancingo, en la campaña política de Luis Echeverría el gran periodista Hugo Mendoza Rickalde y aquí se reencontró con Héctor García Cantú. Habían los dos trabajado en el periódico “Zócalo”, del DF. Gracias a Hugo el periódico tomó características propias por ser muy combativo (estaba en pleno la guerrilla en la sierra) y también con notas atrevidas o de doble sentido que hacían reír a los lectores: “La encontró con otro, dándole su mamila al chango”, por ejemplo.
Hugo Mendoza Rickalde es el autor de la columna “Un Minuto” de la redacción, y de columnas que firmó con varios pseudónimos: Quintín Roca Zevaco, Helmer Homero, Oretes Calzadilla y otros. Años después se fue, luego regresó a Chilpancingo a trabajar en El Sol de Chilpancingo y se volvió a ir y ya no regresó. Redactaba a veces con su botella de tequila “viuda de Romero”, al pie de su escritorio; Él decía que era “viuda de Rickalde”, y cuando llegaba a la redacción el buen Rogerio Armenta, Hugo volteaba a ver a los demás redactores y decía: “Miren; así éramos antes” y bromeaban.
Ya para los años 75, 76 y 77 llegaron otros compañeros de Taxco, de Acapulco, de Iguala, de la montaña y de la Tierra Caliente. El diario fue vendido a Rogerio Armenta y nombró como director a Juan González Torres. Eran socios de Armenta Florencio Salazar Adame y Jaime Irra Carceda. Héctor con Rickalde sacaron un nuevo periódico “El Diario”, así era la cabeza y de color naranja, de vida efímera ya que Armenta al poco tiempo regresó el Diario de Guerrero a García Cantú, se supone que por cuestiones económicas.
Pues, a todos ellos y muchos más que engrosaron las filas del periodismo, que yo sepa, nadie les puso una pistola en la cabeza y les ordenó: “Tú vas a ser periodista”… ¡Nadie!... Cada uno de nosotros ingresó a los medios porque nos gustó, porque podía uno hacer uso de la libertad de expresión y servir a la sociedad.
Y por si no lo sabían, y claro que no es señalado para todos los casos ni para todos los respetables compañeros, el primer requisito para ser periodista en esos tiempos en Chilpancingo era ser… ¡Borracho!
Y por ese motivo, porque “éramos bien poquitos” y nadie contaba con estudios ya no digamos de periodismo sino ni siquiera a veces con la primaria terminada y éramos una bola de borrachos, carne de cantina y de botana y clientes asiduos de la Barandilla de la policía municipal, es que soñamos alguna vez en establecer una escuela de periodismo. 
Y estando en el SNRP dimos vida a la idea y así logramos firmar con la UNAM un convenio e hicimos en Chilpancingo, con el apoyo del gobernador Alejandro Cervantes Delgado, el Primer Taller Internacional de Periodismo.
Con gratitud en esa iniciativa recordamos a Silvia Polanco Añorve, Ila Kuri, José María Mendiola, Arturo Soto Gómez y a Roccato entre otros apasionados de la libertad de expresión.
Después de ello, pedimos al señor rector Ramón Reyes Carreto que creara en la Universidad Autónoma de Guerrero una Escuela Estatal de Periodismo, para que ya no hubiéramos puros borrachos, y él dijo que no sólo eso, sino que iba a crear y creó la Escuela de Ciencias de la Comunicación, y es así como nació esa institución de la que muchos no conocen sus orígenes y otros se hacen como que la burra es prieta… ¡¡¡Ah, pedantitos…!!! Creen que “ser periodista” es apagar la lumbre a “flatulencias” y limpiarse con los tizones… Pasan por la calle caminando al estilo de María Félix, como si llevaran una navajita de rasurar, de las antiguas Gillette, apretándola entre nalga y nalga.
Escribimos esto a raíz de que ahora leemos que algunos respetables periodistas se andan agarrando del chongo peleándose por un tal Fondo de Apoyo a los Periodistas. Es decir: Se enervan, se molestan, se encabritan y babean peleando por lo que nada les ha costado. Se les ve la envidia y una boba presunción a miles de kilómetros: “A mí sí, a ti no”. Puro asqueroso protagonismo. Amarguras de Vedet.
¿Por qué en lugar de andar peleando lo que nada les ha costado, organizan eventos a favor de los compañeros periodistas de sus regiones? Talleres, academias, lecturas, viajes, competencias literarias, es decir: Sacarle jugo al periodismo. 
Vamos abordando por lo menos una semana el tema de los Flores Magón. Discutamos la vida y obra de Ignacio Manuel Altamirano, de don José Pagés Llergo. Analicemos quién fue y qué hizo Juan R. Escudero.  El periodista asesinado Eusebio Santamaría Almonte. Hablemos de por qué de la prensa vendida y la comprada, el rastrerismo de tantos “perioidistos” que se sirven de los medios para parasitar pero jamás para servir a la sociedad. 
Hablemos un poco de las agencias noticiosas… Hay mucha tela de dónde cortar. El caso es querer hacerlo…. ¿Por qué la indiferencia del periodismo ante la problemática social y en particular de lo que ocurre en estos momentos en Chilpancingo? Eso sería bueno.
Pero no. No se da eso ni se dará. Los periodistas de hoy andan peleando ¡Imagínese estimado lector!: El seguro de vida que le quedará para su amplio disfrute, ¡al Sancho!... Jajajajajajaja…¡Qué mamones!

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