viernes, 11 de marzo de 2016

NOTA

¡Eureka!

Ismael y su amor por los libros
Adán Ríos Parra
Un manantial de palabras sustraídas de los libros era con las que embelesaba los oídos de los radioescuchas: Ismael Catalán.
Quien prendía radio Universidad a cualquier hora y en cualquier lugar escuchaba su tierna voz, inocente como la de un niño y tranquila como el remanso de paz que transmite un lago.
Murió en plenitud, porque había Ismael para rato. Sigue, aún sigue en nuestro corazón.
Seguramente Paty, Norma Patricia Rodríguez Reyes es la fiel heredera de ese amor por los libros que comparte con sólo mirarla.

Y tantos y tantas personas más que se nos hace un nudo en la garganta y que sólo encontramos consuelo al saber que ya hay alguien que guiará nuestro camino en el más allá, en busca de libros y más libros.
Porque Ismael Catalán sólo se nos ha adelantado en ese destino que también nos tocará, el día menos pensado.
A veces pienso que Ismael Catalán vive y perdura en cada hoja de los libros que tocó y que luego con fervor de un adolescente que cuenta sus primeros amoríos decía a los cuatro vientos cuan bellos y esplendorosos eran los libros.
Ismael Catalán a partir de ahora dice adiós a los Caminantes del Maguey, que rumbo a Amojileca junto con el poeta, escritor y maestro Horacio Adame Hernández o el artista plástico, caricaturista, y que hace llorar a la guitarra Francisco Méndez, caminaban por los ríspidos senderos rumbo a Amojileca donde los esperaba cada fin de semana el elíxir de los dioses.
Si hay alguien que haya sido capaz de que al escucharlo hiciera volar su imaginación, ese era Ismael Catalán, por eso en homenaje, y como despedida todavía estando con nosotros la Universidad Autónoma de Guerrero, debería transmitir en éstos días todo el bagaje cultural que hereda, son cientos de libros que en vida leyó y contó para los radioescuchas y de los cuales guardo una copia de las capsulas grabadas que me dio a finales de los noventas.
Radio Universidad se encargará de obsequiarnos una y otra vez esa hermosa voz que como una melodía susurraba a los radioescuchas día con día.
Porque Ismael catalán no ha muerto, sólo reposa, descansa, para volver a decirnos al oído: “Platícame… Un libro.” Correo: ariosp@unam.mx

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