jueves, 21 de abril de 2016

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista





CONCEPCION CARRERTO SOTO
-Conchita Carreto-
En un diálogo que hace tiempo tuvimos con la entrañable amiga y paisana chilpancingueña, Conchita Carreto, nos hizo favor de proporcionarnos datos personales y además nos obsequió un disco donde en la portada del mismo aparecen ella y su esposo, el desaparecido capitán piloto aviador Salvador Chavela Guerra, hidalguense.
Conchi nos dijo que nació un 8 de diciembre “a Dios le doy gracias por haber nacido en esta hermosa tierra suriana la que amo entrañablemente, siendo mis padres el Dr. Ramón Carreto Leyva, originario de Chilpancingo, y mi mamá que era una señora hermosa y toda una dama, se llamaba Alba Soto Noriega, de la Costa Chica, del Bello Nido, Ometepec.
Mi infancia transcurrió feliz, siempre vivimos en el centro de Chilpancingo, frente al jardín. Éramos pocos habitantes y todos nos conocíamos y respetábamos.

Estudié la Primaria en la Escuela Primer Congreso de Anáhuac. Fue mi maestra de primer año la querida profesora Vasthi Vélez Zapata. Siempre vivirá en mi corazón y en mi recuerdo así como mis muchos maestros y compañeros que vivimos esos tiempos inolvidables en la escuela.
La Secundaria y Preparatoria las estudié en El Colegio del Estado -¡Qué tiempos de juventud esplendorosa y feliz!-. 
Tuvimos en la Prepa los mejores maestros del mundo como el gran poeta Rubén Mora, el Dr. Silva, el profesor Benjamín Mora Chino, Aarón Flores, el profesor Pancho Escobar, el profesor Reza, el profesor Procopio García y muchos otros que en aquellos tiempos de veras enseñaban sus cátedras con excelencia.
Un recuerdo emocionado a todos ellos que ya se nos adelantaron en el viaje donde nos encontraremos con Dios todos.
Cada año El Día del Estudiante se celebraba con un baile en donde tocaban las mejores orquestas de México. A mí me coronaron Reina del Estudiante y vino Larry Son y su gran orquesta.
José Guadalupe Solís ganó el primer premio con su poema a la reina del estudiante, y un párrafo que me encantó y nunca se me olvida es éste:
Conchita, tu nombre que se mece en las arenas,
lo tejieron chaneques de la laguna
con hilos hechizados por la luna…
Un recuerdo también a Che Lupe.
Sería interminable decir los nombres de tantas hermosas personas que se cruzaron en mi camino, pero de todas, desde mi niñez hasta toda mi vida.
Después de acabar la preparatoria, me iba a estudiar a México cuando llega por los cielos el capitán piloto aviador Salvador Chavela Guerra, y ni modo. En lugar de seguir estudiando mi carrera de Leyes o Filosofía y Letras, después de andar volando su avión encima de mi casa, metiendo toda la potencia a los motores, se alborotaba todo el vecindario y Mario Anzaldúa ponía el grito en el cielo y hasta las gallinas de la granja de Rodrigo Alarcón decía que sus gallinas no ponían ese día por el susto que les daba Chava con su avión.
Nos casamos un 8 de diciembre y Dios nos bendijo con cuatro hijos: Salvador, Alba Esperanza (Sasha), Ramón y Conchita Jaqueline. 
De veras que no cambiaría nada de estas bendiciones que Dios me ha dado multiplicándose ahora mi descendencia con diez hermosos nietos: Andrea, Gustavo, Ana Laura, Gibrana, Alejandro, Ramón, Christopher, Verónica y José Salvador.
 Puedo citar estos versos de Amado Nervo:
 “Cuando planté rosas,
coseché rosales.
Vida, nada me debes,
Vida, estamos en paz”.
 La entrevista se hizo hace ya un tiempo considerable, agradeciendo la fina atención de nuestra cordial amiga Conchita Carrerto. 
(En la gráfica, cuando la coronaron Reina del Estudiante del Colegio del Estado, a la izquierda aparece el poeta don Rubén Mora Gutiérrez).  

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