jueves, 19 de enero de 2017

COLUMNA

 Cosmos
 
Héctor Contreras Organista


A CUATRO DÍAS DE CUMPLIR 81 AÑOS, MUERE FEDERICO QUIRÓZ SUÁREZ, CRONISTA DEPORTIVO- -Falleció el 18 de enero de 2017-
En Chilpancingo, de la nueva generación de cronistas deportivos, don Federico Quiróz Suárez “El Gitano”, es pionero. Platicar con él es transportarse en sus remembranzas al periodismo acapulqueño de los años cincuenta y sesenta, cuando lo que sobraba entre los reporteros de aquel entonces era enjundia, creatividad, ansias “de llevarse la de ocho columnas” en los diarios porteños.

La mañana del 5 de abril de 2011 saludamos al “Gitano”, cundo desayunaba con otros excelentes amigos y también cronistas deportivos: Manuel Calvo y Nikita, en el restaurante “La Finca”, de Elvirita Calvo. Después de escuchar sus interesantes diálogos, pedimos a Federico una entrevista a la que muy amablemente accedió:
-Federico, muchas gracias. Nos conocemos desde hace muchos años, hemos cultivado una amistad muy bonita, pero esta vez quiero pedirte que me platiques dónde y cuándo naciste, los nombres de tus padres, tus hermanos, si te casaste, si tienes hijos, algo de tu familia.
“Héctor, gracias a ti. Nací en el Distrito Federal en el año de 1936, el 22 de enero. Mi madre se llamó Bertha Suárez y mi padre Federico Quiróz. Mi mamá era de Colima y mi papá de Puebla, se conocieron. Él era militar. Quedé huérfano de padre cuando tenía cuarenta días de nacido. A él lo mataron cuando estaba de guardia en el Palacio Nacional. Mi mamá se volvió a casar. Quedó viuda a los veinte años de edad y con dos hijos, mi hermana Lilia y yo. Se casó con quien me dio estudios, mi padrastro, Raymundo Casillas que yo no le decía padrastro sino papá; yo no conocí a mi padre.
Esos son mis orígenes en el Distrito Federal. El me dio estudios y todo, pero siempre había un detalle cuando se juntaban las familias. Yo nunca me quise legitimar de él, llevar su apellido. Yo le decía a mi mamá, mira, si no conocí a mi papá, yo quiero llevar su apellido. Y siempre en la familia había eso: ¿Pero cómo tú, Quiróz, si todos son Casillas? Entonces llegó un momento, a los 19 años que opté por venirme a Acapulco hacer mi vida, ahí tuve mi pareja, en unión libre, no casado, con Obdulia. Hace más de treinta años que nos separamos. Tuvimos un niño, Martín que nació como el 62 o 63.
Llegué en 55 a Acapulco. Ya después nos separamos porque empecé a incursionar en el periodismo con Obdulio Severiano Gómez (“El Yuyo” Gómez) y él me invitaba a hacer recorridos a Zihuatanejo, entrevistas y reportajes. En ese tiempo estaba muy de moda lo de la Guerrilla, Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, y siempre Yuyo tenía la intención de entrevistar a Genaro o a Lucio, por eso andábamos siempre por la sierra y duraba dos o tres días sin ir a la casa. Llegó un momento en que optamos por separarnos con Obdulia, había pleitos, y fue cuando me vine a Chilpancingo, en 1970, a fundar las corresponsalías de El Gráfico y Prensa Libre, en Pedro Ascencio número 8, dos medios ya desaparecidos del puerto de Acapulco”.
-Tengo entendido que cuando llegaste a Acapulco entraste a un grupo musical.
“En mi juventud fui muy inquieto, me gustaba mucho bailar. Yo venía de haber sido sub-campeón de danzón del Salón en ‘El California Dancing Club’. Llegué a Acapulco y llamaba la atención mi forma de bailar. Cantaba y aprendí a tocar la Tumba, las tarolas y el güiro, que fue mi especialidad. Integramos un conjunto que se le denominaba ‘Quinteto Guapachoso’, y éramos fusileros de la música de ‘Lobo y Melón’ y de ‘El Conjunto Batachá’, música que hoy ya no se escucha para nada. Estuve con ellos unos diez años y ahora, lo integrantes de ese grupo fallecieron. Tocábamos en ‘La Bola’, de la zona Roja de Acapulco, tocábamos en ‘El Tintanvento’, un yate de ‘Tin-Tan’ que nos contrataba nomás para ambientar; él en la Cubierta y nosotros amarrados en el mástil porque salíamos a mar abierto, un par de horas o dos horas y media, y tocábamos en ‘El Bumbúm’, de Caleta. Y en la noche en ‘La Bola’, que era de la Zona Roja. Hacíamos mucho ambiente y nos contrataban en fiestas. La música de ‘Lobo y Melón’ y ‘El Batachá’, es inmortal”.
-Cuando estabas trabajando con Yuyo, en el ámbito periodístico, seguramente encuentras a muchos muy queridos compañeros: Manuel Ávila, al Zapatito, el Drácula, en fin.
“Sí, mis maestros, yo así les digo, que fueron mis maestros. Los que me introdujeron al periodismo son El Yuyo y Armando Caballero Cisneros en cuestión de relación con presidentes de Ligas, que en Acapulco había dos: La Municipal y la Hotelera, pero yo no los conocía. Mi maestro en redacción fue Víctor Manuel Mendoza Lizardo, El Drácula, que era un maestro para la redacción y Obdulio Severiano Gómez, fueron los tres a los que yo les agradezco el haber conocido este noble oficio del periodismo”.
-Cuando llegaste a Chilpancingo lo hiciste en plan grande, porque lograrte establecer con éxito la circulación cotidiana de esos dos periódicos.
“Me mandaban 200 ejemplares de cada periódico, uno era matutino y el otro vespertino, que era fuerte, ya no existe ese periodismo. Cuando no había información de Nota Roja, se inventaba una virgen, un monstruo, aunque fueran de otros países, pero nosotros la hacíamos que fuera local. Y cuando llegué aquí empecé a trabajar con José Luis Nava Landa, en Expresión de Guerrero, ahí empecé la columna de ‘Teclazos’, aquí en Chilpancingo. Me daba el espacio para una columnita, luego un cuartito de plana hasta que llegué a tener media plana. Y gracias a eso me consideran como pionero de la información deportiva, y ahora todos los medios tienen su sección deportiva, es una de las satisfacciones que me llenan”.
-Tengo entendido que a través que inicias la columna, la crónica, la narración, el deporte en Chilpancingo comienza a cobrar un sentido, no porque no lo tuviera antes, sino me refiero a un sentido dentro de los medios de comunicación, empiezan a surgir personajes, empiezan a surgir equipos, se transforma la historia deportiva en la capital guerrerense, y eres tú quien logra hacer un acopio importantísimo de Los Avispones de Chilpancingo. Platícame por favor cómo es tu contacto y el desarrollo en ese equipo.
“Los Avispones de Chilpancingo tuvieron su primer partido, si no mal recuerdo, el 16 de julio de 1988, aquí como locales. Una semana antes habían salido a Texcoco. Ese equipo surgió gracias a la iniciativa de Héctor de Jesús Hernández Ramos que tuvo contacto con Almaquio Nava Contreras, un acapulqueño que tenía dos franquicias en Acapulco, y le sobraba una. En aquel entonces era gobernador José Francisco Ruiz Massieu y se la compró en treinta millones de pesos de aquel entonces, creo que treinta mil actuales, y don José Francisco se la sede al municipio de Chilpancingo siendo Presidente Municipal Florencio Salazar Adame. Y de ahí, mal que bien, dando tumbos, ha habido épocas en que ha habido muy buenas camadas, y ahora, después de 23 años que cumplen el 16 de julio de 2011, parece que vamos a volver a calificar a una liguilla. Y volviendo al inicio de la crónica deportiva, el que me hacía medio sombrita era don Rogerio C. Armenta, pero él nada más narraba cuando participaba en Careras de Ciclismo o en Ajedrez o en torneos de Frontón. El segundo Cronista Deportivo de Chilpancingo fue Juan Antonio Guevara Campillo, mejor conocido como Nikita, a quien aprecio. Tenemos nuestras diferencias, por lógica, pero la amistad es imperecedera”.
-¿A quiénes recuerdas como los pioneros, los que pusieron el cimiento real, en el campo de juego en el equipo Los Avispones?
“El primer Portero fue Juanito Martínez, de Zumpango. Fueron catorce los primeros. Fue el gordo Marín, Juan Manuel Cotino, Arturo Martínez, el Pirri; Luciano Cortés, el Medas; Gerardo Sánchez y hay muchos que se me olvidan. Los vuelvo a ver, y ahorita ya todos son abuelos, ya están pelones y panzones”.
-Y tú sigues muy juvenil, como siempre, Federico.
“Afortunadamente por mi físico”.
-¿Cuántas generaciones han pasado por Los Avispones en estos veintitrés años?
“En un principio, la fecha límite eran 25 años. Actualmente es hasta 19 años y once meses. Ha ido reduciendo la edad límite. Sería muy difícil. Precisamente estoy en un trabajo de rescatar todas las fotografías que tengo de Los Avispones en mis archivos. En la segunda camada aparece el Shutter, Ricardo Moreno Arcos; ya aparece La Gata, Edgar Díaz Herrera, Marco Antonio Vázquez; Nicolás Ramos López y muchos más. La segunda camada yo la considero la mejor de toda la historia de Avispones, y ésta, con el profesor Felipe Juvenal Martínez Falcón, está cumpliendo su palabra de primero calificarlos. Estamos a dos fechas, faltan dos fechas, una salida y cerramos como locales y la calificación está en nuestras manos”.
-Imagino que es muy difícil que un equipo como Avispones se mantenga siempre fuerte, siempre en los más altos lugares de competitividad debido al recurso económico.
“Efectivamente. Avispones se ha sostenido gracias a su orgullo, siempre ha sido protagonista, siempre hemos estado de mitad de la tabla para arriba. Vienen equipos grandes y aquí pierden. Ahorita, en esta temporada de 22 partidos que llevamos hemos perdido cinco veces, siete empates y diez triunfos. El problema de Avispones es que es una carga para el municipio. El millón y medio que se invierte al año, en la temporada, en viajes, hoteles, alimentación es un gasto muy pesado para el municipio. Ha habido la intención de la Iniciativa Privada de que se lo den en Comodato, precisamente, con don Héctor Astudillo Flores, nuestro presidente municipal, se le planteó eso. Había un grupo de diez empresarios prominentes de Chilpancingo que querían al equipo, se lo propusieron al presidente municipal y él lo consultó en sesión de Cabildo, y como siempre hay regidores que en un principio reniegan del equipo, y cuando lo quieren recuperar para que surja bien, ellos se opusieron para que pasara en Comodato a la Iniciativa Privada. Con la Iniciativa Privada, el que encabezaba ese grupo es Mario Moreno Sotelo, del grupo M-12, que él tenía en su proyecto comprar un autobús. Lo que se paga de peaje, de alquiler, lo iban abonando hasta llegar un momento en que el autobús fuera propio. Iban a construir la Casa Club, porque hay jugadores que son de fuera. La Casa Club ya serviría para concentraciones inclusive cuando juegan de locales, no que llegan a pie, en combi, los que tienen posibilidad los traen su padres, y todo eso. En un tiempo doña Leonila Castro Guevara, cuando jugaban el sábado, ella los concentraba el viernes en la noche en un hotel. Cenaban, dormían, iban todos juntos. Y hay oportunidad para la plática previa a un partido. Y así no se puede. Aunque don Juvenal, el actual director técnico, ha puesto mucha disciplina y puntualidad. Tiene mucha experiencia, es un señor ya de edad. Vino a imponer disciplina y puntualidad. Los cita a las tres de la tarde al entrenamiento, y al que llega a las tres y cinco, le dice: Vente mañana. No los corre, nomás les dice: vente mañana. Así es que al otro día los chavos están hasta diez o quince minutos antes”.
-Federico, ¿cuál es tu observación en términos generales de Los Avispones, hablando como institución de futbol representativo de la capital del estado de Guerrero?
“Yo quiero mucho a Los Avispones, me ha tocado ser fundador, los he seguido. Cada quince días que juegan aquí, estoy presente. En 23 años que van a cumplir, si he fallado 10 partidos, son muchos, por enfermedad o por compromisos. Y a mí me gustaría que con el actual gobierno estatal, los recupere don Ángel Aguirre Rivero, que es un apasionado del deporte, más el basquetbol. Y tengo entendido que va a recuperar en basquetbol a los Guerreros del estado, y me gustaría que volvieran Los Avispones a su origen, ser del gobierno del estado. Entonces surgirían, se les daría más oportunidad a muchos chavos, sería un escaparate mayor. Vienen visores actualmente. Ahora con lo de las Chivitas Real- Chilpancingo, la Cuarta División que  vienen visores y todo eso, habría más oportunidad para que Avispones trascendiera a nivel nacional”.
-En cuanto a producción de futbolistas, Avispones, ¿qué tanto ha contado para que salgan jóvenes destacados a otros niveles?
-El que más ha destacado, inclusive a nivel internacional, fue Jairo Ugalde Castrejón, un joven de Tlapa de Comonfort, un goleador nato. Estuvo en el América, en Tecos, en León, después, gracias a sus contactos se fue hasta Argentina y a otros países de Sudamérica. El es el que más ha destacado. Tenemos también al Portero Alejandro Acosta, a Fernando Molina Baloy y a otros más que han ido a probar suerte a las Segundas Divisiones. Chilpancingo es una camada de grandes jugadores. Lo que necesitan es apoyo y oportunidades”.
-Recientemente hubo un festejo, una convivencia entre ustedes, los cronistas deportivos, cosa que me dio mucho gusto, saber que están organizado. ¿Cuál es tu opinión en este tipo de organizaciones, tú, que eres el pionero de los cronistas?
“Cronistas Deportivos de Chilpancingo, Crodech, nació hace tres años. Nuestro actual presidente es Jesús Chávez García; el secretario Marciano Salinas Camacho y tesorero sin dinero, Nikita. Actualmente somos once, pero faltan que tengan más responsabilidad para integrarse otros compañeros. Es un grupo que apenas comienza pero ya tenemos primeros frutos. El año pasado recibí un reconocimiento a nivel nacional de la Federación Mexicana de Cronistas Deportivos. Recibí el premio Fray Nano, que se les otorga a los cronistas de toda la república con más de veinte años. Nikita me acompañó a Oaxtepec a recibir ese reconocimiento y como nuevo valor al compañero David Vázquez Tizapa. Tengo entendido que antes había un estímulo económico, ahora ya no. En este año, en el festejo que observaste, se hizo reconocimiento a un compañero de Acapulco, a Ángel Salas Romero”.
-Quiero agradecerte mucho esta charla, muy sustanciosa. Sabes que siempre guardo para ti profundo y amplio  agradecimiento, porque en un momento dado te  fijaste en mí para ser candidato a la secretaría general de la Delegación 17 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa en Chilpancingo y lo logramos. No te quedé mal, ni a ti ni a Yolanda Robles, ni a Roberto Aranda Lewis ni a nuestro  gran amigo Rogelio Memije del Moral. Creo que les cumplí a cabalidad, y por eso yo les estoy muy agradecido, porque esto ya forma parte importante en la historia de mi vida. Muchas gracias, Federico.
“Mira, Héctor. Dejaste un sindicato muy fuerte que desgraciadamente con el transcurrir del tiempo ha ido bajando de calidad, y ahora lo toman como negocio. No digo nombres, pero ya se perdió esa esencia que tú implantaste. Y dejaste una meta difícil de igualar. No de superar, de igualar”.
Muchas gracias, Federico, muy amable, y que Dios te bendiga siempre donde quiera que estés.
“A ti, Héctor. Gracias”. 

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