viernes, 27 de enero de 2017

COSMOS

Cosmos
Héctor Contreras Organista



 ROGELIO MUÑIZ TAPIA
    “El Ratón”
El 29 de septiembre de 1992 platicamos con don Rogelio Muñiz Tapia, un chilpancingueño que dejó huella a su paso como trabajador de la Imprenta del Gobierno del Estado.
    Nació el 21 de agosto de 1931 en Chilpancingo. Fueron sus padres don Antonio Muñiz Acevedo y la señora Refugio Tapia Arcos, ambos chilpancingueños.

    -Con todo respeto, don Rogelio, usted nació en 1931, pero, ¿cuándo nace “El Ratón”?
    “Nace cuando yo tenía entre 4 y 5 años. Yo nací en Rayón 38, del barrio de San Mateo. La casa que habitábamos estaba al fondo del terreno. La mamá de don Enrique Memije era de las viejas comerciantes en carne de puerco y chicharrón. Todas las mañanas pasaba Enrique Memije Mendoza, hijo de doña Reyes Mendoza, a traer el chicharrón, a dejarlo al mercado. Entonces yo usaba mi “chemis”, no usaba calzones, sólo mi “chemis” largo y a la hora que me daban ganas ahí me...¿eh?, entonces yo me levantaba muy temprano, él tenía la costumbre de pasar muy temprano por la casa a las cinco o seis de la mañana, y yo lo estaba espiando y le decía: ¡Ora chicharronero puto!, y cuando se quería regresar, atrancaba yo mi puerta, y ahí es donde nació “El Ratón”. Él fue el que me puso ese sobrenombre, Enrique Memije Mendoza, alias “La Cáchica”, viejo trabajador de caminos”.
    -¿En qué año entró a trabajar a las artes gráficas?
    “Entré en 1945, como meritorio, fui escalando casi todos los nombramientos, hasta en 64 que fui durante seis años director de los Talleres Gráficos del Estado, hasta que renuncié”.
    -¿Quién le dio la oportunidad de trabajar ahí?
    “El señor Jesús Zapata Alday que es de los viejos impresores de Chilpancingo”.
    -¿Quiénes fueron sus compañeros?
    “Pues, estuvo don Jesús, sobre todas las cosas, como director. Estaban Ángel Díaz Bravo, Gonzalo García Guevara, Pedro Sosa Calvo, René de Fabret, un señor que no era de Guerrero, Régulo Castañón. Con Jorge Núñez entramos en el mismo año y en el mismo mes. Nuestro primer nombramiento cayó con la misma fecha: primero de abril de 1945, con el sueldo de 45 pesos mensuales”.
    -¿Era mucho dinero?
    “Pues, para nosotros sí era mucho dinero porque nunca habíamos tenido la oportunidad de decir: éste dinero es mío”.
    -¿Qué trabajos se hacían en ese entonces en la imprenta?
    “Pues, se hacían trabajos de papel membretado para el gobierno del estado, el periódico oficial en 1945. En 1946 nace el periódico “El Güero Sol”, un semanario del que fue fundador Humberto Ochoa Campos. En 1947 toma posesión Humberto Ochoa Campos como director de los Talleres Gráficos del Estado y nace El Diario de Guerrero, del cual, como obrero, siento ser fundador, pero pusimos todo nuestro empeño para salir avante”.
    -¿En qué máquina se hizo el Diario de Guerrero?
    “En la “Marinoni”, una máquina a la que entre Jorge Núñez y yo le dábamos vuelta mientras llegaba la maquinaria moderna. En 1947 se compró el linotipo, intertipo, una prensa plana ya automática. Nos mandaron a cursos a la ciudad de México a Jorge Núñez y a mí, porque éramos los más jóvenes. Los señores grandes no quisieron irse, que eran prácticamente nuestros maestros como lo fue el señor Eduardo Palau quien vino como prensista y después yo lo sustituí”.
    -¿El periódico “El Güero Sol” se hizo en linotipo?
    “No, nunca se hizo en linotipo, siempre se hizo a uña. Los cajistas eran Tadeo Zapata, Félix Zapata, Gonzalo García, entre ellos tres hacían el periódico a uña”.
    -¿Cuántos números salieron de “El Güero Sol”?
    “Bastantes, entre 40 y 50 números”.
    -Entonces, ¿duró un año publicándose?
    “Más o menos, y ha fallado más el Diario de Guerrero que “El Guero Sol”, porque “El Güero Sol” era semanario, y nunca, que yo recuerde, dejó de circular el día que estaba señalado”.
    -¿Quiénes escribían en “El Güero Sol”?
    “Pues estaba don Roberto García Infante, Esteban Estrada, Humberto Ochoa, el fundador, Daniel Ramos, Mora Chino y Rubén Mora Gutiérrez; escribía el poeta Juan García Jiménez, Genaro González Alarcón. Ellos fueron los fundadores de “El Güero Sol”. Después cuando se inició el Diario de Guerrero, entraron otras personas a trabajar, entró Aarón M. Flores, don José Rubín y la planta que estaba anteriormente con “El Güero Sol”.
    -¿Dónde estuvieron los Talleres Gráficos de “El Güero Sol”?
    “En Zapata, en la calle de Zapata, no recuerdo el número, pero ahí se inició “El Güero Sol”
    -¿Y el Diario de Guerrero?
    “Ahí también, porque anteriormente, antes de que saliera el periódico “El Güero Sol” los Talleres Gráficos estaban en Belisario Domínguez y avenida Guerrero, donde ahora es un Jardín de Niños. Mi presencia por primera vez en los Talleres Gráficos fue ahí”.
-¿El editor fue don Humberto Ochoa Campos?
“Sí, él lo sostenía, porque no había participación ni del comercio, porque hasta ahora, últimamente veo en los periódicos que se anuncian, pero antes no. Decía el comerciante, no me interesa eso. Y no cabe duda que don Humberto Ochoa Campos le echó muchas ganas, y de su propio dinero. Es más, el Primer Congreso Periodístico que se hizo aquí en Chilpancingo fue fundado por Humberto Ochoa Campos, en donde participó Taxco, Iguala y Acapulco”.
-¿Quiénes asistieron?
“Por Acapulco asistió un señor Deloya, que no recuerdo su nombre -posiblemente fue don Ignacio de La Hoya, editor del periódico ´La verdad de Acapulco´. Por Iguala vino un señor que fue de Chilpancingo, Salvador Espinosa, que era poeta. Por Taxco vino una persona que no recuerdo”.
-¿Cómo fue el periodismo de Diario de Guerrero en aquella época?
“Era por afición solamente, no era político. Se publicaban algunas anécdotas que pasaban en ese tiempo, porque Chilpancingo era muy reducido, nos conocíamos todos. Ahora nos encontramos y no sabemos quién es quién”.
-¿Cómo se desarrollaron los Talleres Gráficos del Gobierno del Estado?
“Cuando cayó el régimen del señor Caballero Aburto, vino a gobernarnos el señor Martínez Adame, el cual me invitó para colaborar como director de los Talleres Gráficos del estado, y acepté. Le expliqué las condiciones en que vivíamos, las necesidades, y él inmediatamente nos otorgó el dinero en efectivo, me lo dio en las manos para que yo fuera a hacer la contratación de las máquinas automáticas. Trajimos dos máquinas Heidelberg, alemanas. Una costó 42 mil pesos y otra costó 60 mil pesos”.
-¿Hasta qué tiempo estuvieron los Talleres Gráficos del Gobierno del Estado frente al Taller Mecánico del gobierno?
“Hasta la terminación de la construcción del palacio de gobierno”. (1973).
-¿Cómo ve el crecimiento del medio periodístico en Chilpancingo?
“Ha avanzado bastante, porque antes era una afición, ahora es una profesión, a la gente que le gusta escribir, se desvive porque su columna, su editorial, su artículo sea más refinado, como más profesionalismo, se puede decir».
-¿»Qué me puede platicar del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa?
“Que es un organismo que se inició, tengo entendido, en el año de 1945, precisamente cuando lo formó don Humberto Ochoa Campos. Precisamente ese es el motivo del Primer Congreso Periodístico en Chilpancingo, para integrar el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa”.
-¿Quiénes iniciaron con esa inquietud del Sindicato?
“En primer lugar don Humberto, él fue la persona que siempre luchó porque se organizara el periodismo, que no fuera nada más como un deporte, que se viera como una necesidad, inclusive él tiene una hija que estudió en la UNAM  la carrera de periodismo, la maestra Luz María Ochoa Leyva”.
-¿Dónde se reunían los periodistas?
“Regularmente las reuniones se hacían en la casa del doctor Roberto García Infante, asistían los Mora Chino y Gutiérrez. El poeta Rubén Mora Gutiérrez escribía una columna que se llamaba ‘El Pan Nuestro’. ‘Escopeta’, era el pseudónimo del señor doctor Roberto García Infante, Humberto Ochoa tenía una columna. El editorial regularmente lo hacía el jefe de redacción del Diario de Guerrero, cuando se inició, que fue el profesor Daniel Ramos González, que es cuñado del padre Humberto Osorio Refino”.
-¿Cómo respondía la ciudadanía al periódico?, ¿se leía?
“Bastante. Recuerdo que hacíamos 300 ejemplares y se acababan. Es más, recuerdo a muchos voceadores que ahora son profesionistas como el arquitecto Ortega Moctezuma, como los hermanos Salgado Leyva, vendían periódico para subsistir, y fueron luchadores toda su vida, y qué bueno que se hicieron profesionistas”. 

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