Se ha convertido Chilpancingo en un basurero gigante a cielo abierto y ningún gobernante priista, no se ha preocupado, el alcalde Marco Antonio Leyva; gobernador, Héctor Antonio Astudillo Flores y el País, Enrique Peña Nieto. Mientras en Suecia sufren la falta de desechos para procesar en sus proyectos, por ello compran la materia prima –La Basura– a sus vecinos.
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