jueves, 1 de junio de 2017

NOTA

Borran a Galván de la
memoria de SEDENA
CIUDAD DE MEXICO.--Al parecer, a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) le sobra uno de sus ex secretarios. Desde octubre de 2015 lo borró de su memoria, de su Galería de Titulares, sin explicación o aviso alguno.
Entre los 21 ex titulares de la Sedena aparecen seis generales de División Diplomados de Estado Mayor (DEM) y 15 ex secretarios (solo uno como General de Brigada) tácticos, es decir, que no hicieron el Curso de Mando y Estado Mayor en la Escuela Superior de Guerra del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, sino que fueron ascendiendo y obteniendo grados, ganando posiciones, por su desempeño operativo, en campaña.
Están casi todos, menos el general Guillermo Galván Galván, titular de la dependencia en el gobierno de presidente Felipe Calderón. En el sitio de internet
de la Sedena, aparece desde octubre de 2015 aparece el siguiente listado que integra la Galería de Titulares de la dependencia.
Gral. de Bgda. Agustín Maciel Gutiérrez;  Gral. de Div. Agustin Olachea Avilés; Gral. de Div. Andres Figueroa Figueroa;Gral. de Div. Benjamín G. Hill; Gral. de Div. D.E.M. Antonio Riviello Bazán; Gral. de Div. D.E.M. Enrique Cervantes Aguirre; Gral. de Div. D.E.M. Félix Galván López; Gral. de Div. D.E.M. Gerardo Clemente Ricardo Vega García; Gral. de Div. D.E.M. Hermenegildo Cuenca Díaz.
Asimismo están el Gral. de Div. D.E.M. Juan Arevalo Gardoqui; Gral. de Div. Enrique Estrada Reynoso; Gral. de Div. Francisco R. Serrano.
Gral. de Div. Gilberto R. Limon Márquez; Gral. de Div. Joaquín Amaro Domínguez;  Gral. de Div. Lázaro Cárdenas Del Rio;  Gral. de Div. Manuel Ávila Camacho; Gral. de Div. Marcelino García Barragan; Gral. de Div. Matias Ramos Santos; Gral. de Div. Pablo E. Macias Valenzuela; Gral. de Div. Pablo Quiroga Escamilla; Gral. de Div. Plutarco Elías Calles.
Están casi todos, menos el general Galván, quien llevó adelante el inicio de la guerra al narco y advirtió al inicio de su administración a legisladores de todos los partidos políticos que el poder militar de México se estaba erosionando en todos los sentidos por el abandono que durante décadas habían vivido las fuerzas armadas.
Si no se hace algo ya, pronto, el daño será irreversible, porque el poder militar de México se degrada rápidamente, sentenciaba Galván a finales de 2007 al reunirse con diputados y senadores para presentarles el panorama desolador de las fuerzas armadas mexicanas ya insertas en el combate frontal al narco en al menos siete estados de la república.
Con Galván al frente de la Sedena, el gobierno federal incrementó como nunca el gasto bélico y la modernización operativa del Ejército y la Fuerza Aérea, pero sin alcanzar jamás los niveles del rearme de una carrera belicista continental o regional.
Galván habló entonces de urgencias en materia presupuestaria; habló de la necesidad de abrir al menos 10 mil plazas nuevas para soportar la guerra en marcha, pero sobre todo para crear unidades y corporaciones faltantes en la orgánica del estado de fuerza del ejército mexicano.
El general sabía que la confrontación iba para largo y en esa medida pidió más presupuesto para comprar armas, pero no dejó de lado un tema que a su juicio había sido olvidado por los gobernantes del país: la doctrina de defensa contra un enemigo externo.
Una buena parte de su argumentación ante los legisladores giraba en torno a este aspecto y los riesgos y amenazas para México en un mundo sin la confrontación Este – Oeste. Galván advertía que los análisis y estudios sobre el poder bélico de las principales naciones eran exagerados, especialmente los que le otorgaban a México un lugar más o menos privilegiado que en realidad no le correspondía.
Habló de más recursos para la Sedena y para la FAM y de partidas adicionales, superiores a los 30 mil millones de pesos, para llevar en paralelo la imperiosa modernización de las fuerzas armadas.
Con Galván, por ejemplo, inició la compra de material aéreo nuevo con el que su sucesor, el general Salvador Cienfuegos Zepeda, abriría la etapa de modernización del total de las fuerzas armadas del país.
Su administración adquirió aviones PC-9, aviones CASA 295 para transporte de personal, aviones entrenadores y tácticos avanzados T-6C Texan y aeronaves italianas C-27 Spartan, para transporte de tropas, así como un Boeing 787 para transporte de mandos territoriales.
El sexenio del general borrado por la Sedena fue también la compra de material y equipo militar para hacerle frente a la guerra calderonista contra el narco.
Blindados ligeros Sandcat, cientos de vehículos de reconocimiento Hummvee, decenas de ambulancias urbanas y ambulancias para terapia intensiva y cientos de camionetas Cheyenne para adaptarlas como unidades artilladas en poyo durante enfrentamientos contra el narco fueron adquiridos junto equipo táctico, visores nocturnos, municiones, equipos especiales y sistemas de inteligencia para intercepción de todo tipo de comunicaciones (con un valor de seis mil millones de pesos) llegaron a las unidades especiales del ejército.
Y previendo las consecuencias de la guerra al crimen organizado, Galván también ordenó la compra de carrozas fúnebres en los últimos años de su administración.
También con Galván se dispararon las muertes de militares en el combate al narcotráfico, llegando a 362 el número de bajas entre diciembre de 2006 y diciembre de 2012. En total, contando los 143 fallecimientos registrados en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, las víctimas suman 505.

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