martes, 29 de agosto de 2017

ARTÍCULO

La Educación De Hoy
Apolinar Castrejón Marino
Mi alma y yo fuimos a bañarnos al gran mar, y mientras caminábamos por la playa vimos a un hombre sentado en una roca, que tomaba puñados de sal de un saco y los arrojaba al mar. Entonces mi alma dijo:
-Este es el pesimista. Vámonos de aquí, pues no podemos bañarnos en su presencia.
Seguimos caminando, hasta llegar a una caleta, y allí vimos, a un hombre que llevaba un cofre enjoyado, del que tomaba azúcar y la arrojaba al mar, y dijo mi alma:
-Este es el optimista, tampoco él debe ver nuestros cuerpos desnudos.
Seguimos caminando. Y en otro lugar de la playa vimos a un hombre que tomaba con la mano peces muertos, y los devolvía al mar.  Y dijo mi alma:
-Tampoco podemos bañarnos enfrente de este hombre, pues este
es el filántropo.
Y seguimos nuestro camino.
Luego nos encontramos a un hombre que trazaba el contorno de su sombra en la arena. Llegaban grandes olas y borraban la figura, sin embargo, aquel hombre seguía una y otra vez dibujando su sombra.
-Este es el místico, -dijo mi alma-. Apartémonos de él.
Y seguimos caminando, hasta que vimos a otro hombre, que recogía espuma del mar y la vertía en un finísimo vaso de alabastro, y dijo mi alma.
-Este es el idealista. De ninguna manera debe ver nuestra desnudez.
Y seguimos caminando. Cuando de pronto, oímos una voz, que gritaba:
-¡Este es el mar, el vasto y poderoso mar!
Y al acercarnos vimos que era un hombre de espaldas al mar, que tenía colocado un caracol sobre su oído para oír el murmullo de las olas.
-Pasemos de largo -dijo mi alma-. Este es el realista, el que da la espalda a todo lo que no puede comprender.
Y llegamos a un lugar lleno de maleza, donde un hombre tenía enterrada su cabeza en la arena. Y entonces le dije a mi alma:
- Podemos bañar aquí, pues este hombre no puede vernos.
- No -dijo mi alma-. Éste es el peor de todos los hombres; es el puritano.
Y abandonamos aquel mar, para ir en busca de otro.
Escogimos este fragmento de la obra de Gibrán Jalil (Kibrán Yalil), el Profeta del Líbano, para destacar lo maravillosas y profundas que pueden resultar la literatura y la poesía. Y advertimos el triste destino que depara a estas bellas artes, en el contexto de la nueva política educativa.
Usted seguramente se ha percatado de los anuncios oficiales en los cuales trata de celebrarse la reforma educativa del actual gobierno de peña Nieto. Una niña pregunta a su maestra de la escuela primaria qué es tal conocimiento, y la maestra muy “inteligentemente” se adelanta a responderle que tiene razón, y que en la escuela deberían dejar de pedirles memorizar, y que lo mejor es enseñarles a comprender las cosas.
Si mal no estamos, el gobierno trata de convencernos que los niños están muy seguros de lo que quieren y de lo que les conviene, y que los adultos no. Aparentemente, el mensaje es que debemos cumplir los deseos y la voluntad de los niños para que mejore la educación, que dicho sea de paso, está por los suelos.
Porque mire usted, si tiene al alcance algún niño: hijos, sobrino, nieto, entenado, vecino, o cualquier otro, pregúntele que le gustaría hacer en la escuela.
Sin lugar a dudas, su respuesta sería en primer lugar, que no le gusta ir. Ármese usted de paciencia y pregúntele enseguida, qué le gustaría hacer en la escuela. Sin ser adivino, podemos asegurar que su respuesta es jugar, y tener más horas de recreo. Y ahora, siendo honestos y autocríticos pregúntese usted mismo, ¿Por qué no continuó estudiando? Y entonces ¿Por qué no le gusta la escuela?
Entonces podemos decir que la educación que se recibe en la escuela, es un entrenamiento para cualquier trabajo, para la vida, y para ser un buen ciudadano, entonces, aunque no nos guste la escuela, y aunque no nos agrade estudiar, leer y aprender, tenemos que hacerlo.
La educación desarrolla nuestras funciones mentales: pensar, juzgar y razonar. Pero esto es de acuerdo a nuestros niveles de maduración. En la educación primaria no puede impartirse filosofía, porque la mente del niño aún no ha evolucionado para navegar en el universo subjetivo de la gnoseología, la metafísica, la ética ay la estética.
Y para aquellos atarantados compatriotas que están en contra de la memorización, solo diremos que ¿para qué tendremos esa función maravillosa que nos permite evocar y rememorar?

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