miércoles, 13 de septiembre de 2017

POLICRÓNICA

Autoritaria…Ninguna duda existe de que Beatriz Vélez Núñezm se cree la “Gordillo” es una autoritaria y cacique, hasta con oficio ordena a sus agremiados a la sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), que no la critiquen y se callen, al no apoyarla a la presidencia municipal de Chilpancingo.


La “Elba Esther Gordillo Morales” de la sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), está demostrado que práctica una política rancia y de autoritarismo, la también diputada federal del Distrito VII, Beatriz Vélez Núñez,  por el Partido Revolucionario Institucional quien como toda mujer de horca y cuchillo no solo quiere acallar las voces de sus críticos, sino utilizar a los trabajadores de la Secretaría de Salud como borregos para buscar la candidatura a presidente municipal de Chilpancingo. Sus detractores ya la conocen como la “Elba Esther Gordillo Morales”  del sector salud, como toda una cacique exige, grita y patalea, para que las autoridades le cumplan todos sus antojos, haciendo negociaciones soterradas. La Secretaria General de la sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), actúa con autoritarismo, eso le ha generado falta de credibilidad con la base trabajadora y los señalamientos de corrupción, busca controlar a los empleados, a quienes les envió un oficio ordenándoles darse de baja de cualquier grupo que no sea de carácter oficial. El viernes, la también diputada federal por el PRI envió un oficio a los trabajadores en el que dice que: “En los últimos días se ha venido orquestando una campaña en contra de mi persona y de representantes sindicales a través de diversos medios de comunicación, y de las redes sociales como WhatsApp, Facebook, mensajes de texto, con la finalidad de denostar las actividades sindicales”. Para que no haya duda de su excesivo autoritarismo, les ordena “darse de baja de cualquier grupo que no sea de carácter oficial de esta representación sindical, ya que en caso de no hacerlo, será de su estricta responsabilidad”. La secretaria general de la sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), Beatriz Vélez Núñez, se siente dueña no solamente de la organización, sino también de los agremiados. En pleno siglo XXI están viviendo los trabajadores del sector salud en Guerrero, represalias,  por no pensar igual o coincidir con su ideología. Esto mismo lo confirmó el doctor integrante del Frente Democrático de Trabajadores de la Salud en Guerrero, Hilario Zúñiga Escamilla,  quien sostiene que dicho documento enviado por Vélez Núñez es una muestra del autoritarismo al pretender callar las voces de los trabajadores, ante la falta de credibilidad. Evidentemente, “Tiene el discurso muy desgastado, ella ya no tiene credibilidad en la base trabajadora. Eso que hace es un autoritarismo al querer callar las voces de los trabajadores, es una manera aberrante de hacer ese tipo de amenazas que hace a los trabajadores y a su libertad de expresión, es una secretaria muy cuestionada, dentro de la sección 36 ya es rechazada”. La soberbia de Vélez Núñez, ha llegado al extremo al utilizar a los trabajadores del sector salud como “capital político”,  puesto que en el 2018 buscará la presidencia municipal de Chilpancingo, motivo por el cual también pretende callar las voces que la critican al enviar el documento en el que ordena no participar en medios que no sean oficiales. Tan excesivo es su autoritarismo de Vélez Núñez que hasta mantiene a un grupo de empleados bajo el concepto de “trabajadores formalizados”, quienes no tienen todos los beneficios laborales, y se encuentran limitados para concursar en estímulos o incrementos de salario. Tan enfermiza  de poder, que sin medir realmente su capacidad, buscará la candidatura a presidente municipal de Chilpancingo, por el PRI, y a su grupo lo utilizará como capital político y habrá de dialogar con ellos, les prometerá un beneficio menor a cambio de su apoyo. Lo mismo como lo hizo en noviembre de 2015, ya como diputada federal y sin ningún contrincante de por medio, Vélez Núñez se reeligió por tercera ocasión como secretaria general de la Sección 36 del SNTSA, cargo en el que cumplirá nueve años del cual lo está ocupando como plataforma política para satisfacer sus negras intenciones no solo ocupando las cuotas sindicales, los trabajadores, sino hasta los recursos materiales y humanos de la misma Secretaría de Salud en Guerrero. Actualmente existe una nómina abultada en la dependencia estatal de salud, por los compromisos de empleo que ofreció y solo  en parte cumplió, por ello que no reclama en ningún tono  para que no se sigan ocupando las cuotas sindicales para seguir pagando más de 3 mil 500 plazas sin techo financiero en todo Guerrero. Como la señora está perdida en su soberbia, no se da cuenta de que ya tiene en contra la opinión del gobernador del estado, el priista, Héctor Antonio Astudillo Flores, quien está al tanto de lo que está sucediendo en el interior de la sección 36 del SNTSA, por lo que se descarta desde ahora que efectivamente Vélez Núñez pueda lograr la candidatura a la presidencia municipal de Chilpancingo. Primero, la eternizada lideresa no es gente del mandatario, y todas las candidaturas que se vayan a dar, sin duda van a pasar por el tamis del mandatario, por lo tanto (la o el) abanderado para las elecciones del 1º de julio del 2018, tendrá que ser su gente que le ha servido todo el tiempo y que le ha sido leal en las buenas y en las malas. Por lo tanto, no tiene posibilidades para que  Vélez Núñez sea la candidata por la alcaldía, y como todos los políticos, tienen que convivir como miembros de un partido y ambos con sus respectivas investiduras. Como ya estamos en el proceso electoral, hay gente allegada al jefe del ejecutivo que da por hecho la candidatura de las personas que han estado a su lado. Por lo tanto, desde ahora está descartada que la autoritaria y cacique  lideresa hiciera realidad su sueño de convertirse en la abandera y si en el remoto  caso se diera, perdería  por los problemas que se le han agudizado en el sindicato de salubridad.…Sotanudos…En donde si hay sintonía y coordinación, es entre los sonatudos, cada vez que cuestionan a los tres niveles de gobierno, principalmente en materia de seguridad que es un flagelo del pueblo de Guerrero, hasta incomodan a los próceres gobernantes porque son puntuales del escenario diario. El pasado 30 de agosto, en Atoyac de Alvarez durante la homilía celebrada en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, el vicario parroquial de la iglesia de Santa María de la Asunción, Ulises Gallardo Chávez condenó los hechos de violencia que se han acrecentado en Guerrero, los cuales dijo, “son producto todo este desorden social que vivimos”. La misa fue celebrada en la iglesia de Santa María de la Asunción, ante más de 70 familiares  de víctimas de desaparición forzada, cuyos casos fueron perpetrados por el Estado Mexicano a través del personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en la década de los setentas. Entre las décadas de 1960 y 1970, al menos 475 personas fueran desaparecidas en lo que hoy se le conoce como “la Guerra Sucia”, y, en el marco del día internacional de las víctimas de desapariciones forzadas, el representante católico habló al respecto. Y más aún, reconoció que a la fecha, en el combate a la violencia por parte de los tres niveles de gobierno, no van a solucionar nada mientras sigan lo lastres históricos de Guerrero. “Ha sido la iglesia católica la que de algunos años para atrás se ha acercado a las víctimas de la violencia, pero también de acercarse a los victimarios y eso no lo ha podido lograr el Gobierno del Estado, ni lo ha hecho el gobierno municipal, ni lo ha propuesto ningún político de esos que se acercan en las campañas electorales”, lamentó. “Ha sido la iglesia la que ha tenido tanta crítica, quién se ha propuesto el encontrarse con las víctimas de la violencia y con los familiares, tratando de impulsar y de crear los grupos de escucha”. El presbítero advirtió al Gobierno que los problemas de seguridad “no se resuelven dando dádivas, como lo hacen nuestros líderes sociales. Los problemas de violencia y de inseguridad no se resuelven dando colchonetas, dando despensitas, son problemas que requieren  de una estrategia más amplia y la iglesia debe implicarse también en esa cuestión social”. “Esas personas que han optado por unirse a la violencia, el camino del mal, son personas que no han sabido encontrar a Cristo, con una cara preciosa en sus vidas y que se han conformado con el oro y la plata de este rubro”. El vicario parroquial mencionó que uno de los sectores más vulnerables es el de los jóvenes, que es el mayoritario de la población que necesita la atención prioritaria, sin embargo, la federación y el Estado han optado por combatir de manera errónea la violencia.  Habló del camino que ha retomado la iglesia con entablar diálogos con las personas que han generado el descontento ante la sociedad en general, en alusión a lo dicho por el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, de establecer diálogo con los grupos delincuenciales a fin de detener los asesinatos.  “La iglesia se quiere poner en ese camino de reducción de la violencia, la iglesia no quiere tomar esta estrategia gubernamental de ponerse a combatir a los delincuentes, si es que lo hace, si no de prevenir la violencia desde los hogares, desde las familias”. Como se puede leer, sin importar en que punto del territorio guerrerense o del país, el discurso de los representantes de la iglesia católica es uniforme y congruente. En cambio los políticos, un día dicen una cosa, y en la próxima, cambian totalmente su discurso, por ello cada día se les pierde la credibilidad, y quienes tienen la facultad de combatir a la delincuencia no lo hacen, todo queda en el discurso.

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