miércoles, 18 de octubre de 2017

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
JESÚS TEJEDA VARGAS
PRESIDENTE MUNICIPAL SUSTITUTO CONSTITUCIONAL DE CHILPANCINGO

-¿Quién es Jesús Tejeda Vargas? ¿Dónde y cuándo nació? ¿Dónde estudió? Háblanos de ti y de tu familia, Jesús, por favor.
“Héctor Contreras Organista, te agradezco mucho la oportunidad que me das de hacer una semblanza de lo que es tu amigo, de mis orígenes, de mis lados afectivos, de todo lo que para mí significa realmente mi vida.
Héctor, quiero decirte con mucho gusto que yo provengo de una familia muy numerosa. Nosotros somos diez hermanos, afortunadamente viven todos mis hermanos; en ese orden yo soy el quinto hijo, tengo delante de mí cuatro hermanas mujeres, después sigue mi hermano Salvador y otras cuatro hermanas mujeres. Somos ocho hermanas mujeres y somos  dos varones, mi hermano Salvador y tu servidor. Mi hermana, la mayor, es mi hermana Mary, sigue mi hermana Justina, mi hermana Sabina, mi hermana Yolanda, Salvador, mi hermana Guadalupe, mi hermana Martha, mi hermana Vile y mi hermana Blanca Esthela. Y decirte que nosotros somos gentes que nos hemos
forjado en el trabajo diario. Mis padres, desde muy jóvenes contrajeron matrimonio a la edad de quince años, ellos muy jóvenes, siempre ligada nuestra actividad al comercio. Mi papá falleció en 1980, tenía 47 años cuando mi papá desafortunadamente falleció. Mi madre es de la misma edad que él, mi madre nació en 1933, un 18 de agosto.
Mi madre afortunadamente está con nosotros, nos sentimos muy contentos de tener a nuestra madre con nosotros. Mi papá nació un 31 de julio de 1933. Mi papá 20 días más grande que mi mamá, pero fueron en edades muy similares. Mis padres nacieron en Chilpancingo. Los orígenes de mi papá, sus raíces están en Chilapa y de mi mamá en Mochitlán. Y decirte que nosotros provenimos de gentes del trabajo, del esfuerzo, de toda la vida de estar con una actividad en el comercio.
La mamá de mi mamá vendía fruta en el mercado, en el antiguo mercado. Mi papá fue chofer, repartía agua en su juventud, agua embotellada con don Abel Estrada. Fue quien acarreaba los garrafones de agua, después, con el tiempo se hizo chofer. Mi papá le tenía una gran estima a don Abel Estrada, porque le había dado la oportunidad de ser chofer, porque él empezó como machetero. Y de ahí mi papá siguió con la actividad de los carros materialistas, mi papá tuvo algunas concesiones del servicio público. El se dedicaba al acarreo de materiales, la arena, la grava.
Recuerdo que los carritos que mi papá tenía eran de esos carritos de cran. No sé si recuerdes que se le metía una varilla y en lugar de marcha, se le daba vueltas al cran. Recuerdo que todos los fines de semana se dedicaba a darle mantenimiento a su carro.
Yo nací un 22 de diciembre de 1958. En mi mente están muy frescos todos esos recuerdos porque los viví. Yo veía a mi papá todos los días trabajando. Mi mamá también trabajando ahí en la casa, mi mamá durante muchos años se dedicó a la elaboración de las gelatinas. Me platica ella que muchas gentes de Chilpancingo hoy ya profesionistas, algunos ya fallecieron, eran los muchachitos que se llegaban a acostar todavía ahí en las madrugadas, a esperar que estuvieran las gelatinas.
Me comentaba ahí de los Figueroa, de Javier Figueroa Salgado, de su hermano el doctor dentista que ya falleció, Samuel, me nombraba a muchísimos muchachos, niños que iban. Es una actividad que mi mamá desarrolló mucho tiempo y que desafortunadamente por esa actividad, tú sabes el producto está frío, y hay que meterlo al agua caliente para que se  pudieran despegar y eso le causaron algunos problemas artríticos, tiene algunos problemas, no muy marcados pero sí algunas dolencias por la actividad que por muchos años mi mamá se dedicó en ese sentido a la elaboración de las gelatinas, mi papá con los materiales, obviamente, gente de mucho trabajo.
Héctor, gente que se pasa toda una vida detrás de un  mostrador. Atendiendo las responsabilidades, pero yo creo que con una gran satisfacción. Mi padre, con tantos años de trabajo nos forjó, primero forjados en la cultura del trabajo, porque a nosotros nuestros padres nos enseñaron a trabajar. Gracias a esas enseñanzas de verlas en el hogar todos los días nosotros, afortunadamente somos hombres y mujeres de provecho, todos mis hermanos, te digo nueve hermanos más, conmigo son diez y todos con sus actividades comerciales, con sus negocios, trabajando de manera cotidiana, día a día”.
-Después de esa vida de trabajo, viene un cambio, una transformación porque después adquiere tu papá un negocio para la venta de calzado.
“Sí, efectivamente. Fíjate que mi papá después de dedicarse a la actividad del acarreo de materiales, yo creo que se cansa, porque es una actividad de levantarse a las cuatro de la mañana, irse a recorrer los bancos en la barranca Seca, a Mochitlán. Yo recuerdo que en ese entonces estaba a la vuelta de la esquina el Toronjil, te metías y había muchísimo Toronjil, capulines, muchas cosas de esas.
Mi papá después, yo creo que ya cansado de trabajar, de levantarse a las tres, cuatro, cinco de la mañana decide cambiar e incursiona en la venta del calzado, de los zapatos, con mucho éxito también, de decirte que mi papá fue uno de los pioneros, junto con mi madre, con mis hermanas, de las zapaterías.
La primera zapatería estuvo ubicada en Valerio Trujano, después tuvo otra zapatería en República de El Salvador, y, bueno: Mi papá fue un hombre emprendedor, un hombre que siempre estaba pensando qué hacer, en qué trabajar, en qué producir, y eso, la verdad para nosotros ha sido un ejemplo importante de vida porque nos da la oportunidad de seguir sus pasos, de buscar superarnos, obviamente pensando en cómo tener a nuestros familiares bien, a nuestros amigos y bueno nos da la oportunidad de conocer a mucha gente valiosa en la actividad del comercio, conoces a mucha gente.
Me platica mi mamá, porque mi mamá es la que se dedicaba más a la cuestión de los zapatos, de muchas familias que iban a comprar, muchas gentes que eran las clientes de mi mamá, de los zapatos, que llevaban a sus hijos a comprar y lo que pasa es que antes era como muy romántico todo. No sé si estés de acuerdo, porque había realmente una cercanía con todos, porque todos nos conocíamos. Entonces decían: Llegó fulanito y llegó perenganito, y aquí compró perenganito, entonces es una actividad muy bonita que te da la oportunidad de conocer a mucha gente, de ubicarlos, de tener una amistad, porque van naciendo los afectos, las amistades”.
-Tus estudios, ¿dónde transcurren?
“Héctor, fíjate que afortunadamente yo estudié en Chilpancingo, estuve un tiempo en la ciudad de México, en la Facultad de Relaciones Internacionales, en la UNAM. Al fallecer mi papá me tuve que venir nuevamente a Chilpancingo porque había que estar pendiente de los negocios. Mi papá falleció en el 80, yo egresé de la Universidad Autónoma de Guerrero en la Generación 77-82, soy Licenciado en Derecho, litigué un tiempo, al salir de la Escuela, estuve en un par de Despachos, pero la responsabilidad de los negocios familiares me impidieron seguir con la actividad, porque había que estar más pendiente de lo que mi padre con tanto esfuerzo había hecho, había cultivado. Eso hizo que ya no siguiera en la práctica profesional y que me dedicara a la actividad comercial. Es una actividad noble, importante pero muy demandante, porque tú sabes que el comerciante, desde que abre hasta que cierra para que, como dice el dicho: al ojo del amo engorda el caballo, es algo que nos da la oportunidad de trascender. La actividad comercial es una actividad bonita pero muy demandante”.
-Eres Licenciado en Derecho pero tomas las riendas de la familia demasiado joven.
“Fíjate que sí. Yo trato de tener una comunicación muy cercana, yo le agradezco a Dios que me de la oportunidad de tener a mi mamacita viva, la procuro, soy el eje de mi familia, de todos mis hermanos y efectivamente, Héctor, asumo una responsabilidad porque esto lo hace uno porque le nace a uno hacer las cosas, nadie te dice: Ahora tú vas a ser, porque cuando a alguien lo dice que lo haga, muy difícilmente te entiende. Esto es, yo creo, que de sentimientos. Esto es algo de tu interior, que tú traes.
Al fallecer mi padre me convertí en el sostén familiar, procurando a mis hermanas, estaban todas chicas. Entregué a varias de mis hermanas que se casaron, como el hermano mayor. Entregué a mi hermana Justina, a mi hermana Yolanda, a mi hermana Sabina, a casi la mayoría de mis hermanas porque la única que se había casado era mi hermana Mary, pero de ahí yo entregué a mis hermanas y me convertí en el responsable, como si fuera yo el papá, pendiente de todo el entorno, de lo que sucedía en la familia, porque tú sabes que a veces desafortunadamente ocurren sucesos, que desafortunadamente no los queremos vivir pero bueno, hemos estado muy al pendiente de mis hermanos y mis hermanos me lo reconocen, me aprecian, me quieren, yo los quiero también. Tuvimos un buen entorno, nos llevamos bien con todos mis hermanos, somos una cantidad importante, ahora ya ni se diga, ya los sobrinos rebasamos más de treinta. Ya hay nietos, ya hay profesionistas también, mi sobrina Jaquelín, que incursiona en los medios de comunicación”.
-¿Te casaste?
“Pues, fíjate que yo me casé, afortunadamente tengo seis hijos. Por cosas de la vida soy un hombre divorciado, me divorcié hace seis años pero no he perdido el contacto con mis hijos”.
-¿Cuáles son sus nombres?
“Mi hija, la mayor se llama Beatriz, como se llama mi mamá; de ahí le sigue mi hijo Jesús; de ahí sigue mi hija Ana Victoria, mi hija Gabriela Susana, Luis Eduardo y José Francisco. Como te darás cuenta, tengo tres hijas mujeres y tres hijos hombres. Agradezco al Creador que me haya dado la oportunidad de disfrutar la faceta de papá, porque es una faceta bellísima en la que Dios te da la oportunidad de tener hijos, de tener seres humanos a tu lado, de disfrutarlos, de entenderlos, de valorarlos y yo no pierdo oportunidad de estar con ellos, de saber de sus problemas, de sus cosas. Soy su amigo, soy su aliado, soy su confidente porque, no sé si compartas conmigo: Cuando los hijos se casan uno piensa que los hijos se casaron y ya se fueron. No es cierto, es al contrario: se incrementan las relaciones”.
-Como decía Cantinflas: ganas un hijo y no pierdes a una hija…
“Totalmente de acuerdo porque yo ya vivo esa faceta, ya tengo tres nietecitos: El más grandecito se llama Itam Manuel, que es el hijito de mi hija Bety, de ahí sigue Víctor Manuel, puros Manueles. El hijo de mi hija Ana Victoria y tengo una pequeñita, una nieta que tiene apenas treinta días que todavía mi hijo está buscando qué nombre le va a poner a la nietecita. Pero fíjate que es una faceta muy bonita, la verdad, y que Dios me está dando la oportunidad de vivirla, de disfrutarla y me siento muy complacido y muy agradecido con Dios y con la vida de darme la oportunidad de disfrutarlos”.
-Los nombres completos de tus papás, ¿cuáles son?
“Mira, mi papá se llamó José Zenén Tejeda Ramírez, pero nunca le decía José, era Zenén Tejeda Ramírez y mi mamá es Beatriz Vargas de la Cruz, por eso una de mis hijas se llama Beatriz, en honor a mi mamá”.
-Muchas gracias por tu atención, Jesús.
“A ti mi agradecimiento, Héctor, por esta gran oportunidad de diálogo”.

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