viernes, 27 de julio de 2018

POLICRÓNICA

¿Cambio?...¿Cambiará de nombre el Partido Revolucionario Institucional, tras fracaso del 1 de julio?, es la pregunta recurrente en los últimos 26 días de las elecciones, algunos militantes lo exigen, pero esa no es la solución, sino sustituir su arrogancia, por la humildad.

En sus 89 años de vida del Partido Revolucionario Institucional (PRI) tiempo en que ha forjado las instituciones para tener el México que tenemos, sus estatutos están bien elaborados,  y quienes han fallado por lo menos en los últimos 30 años, han sido sus gobernantes que han actuado con soberbia, prepotencia y abuso de poder, en la que apuntalaron la corrupción en todas sus presentaciones,  su principal aliado, hasta hoy, ha sido la complicidad, sin aplicar la justicia a todos parejos, sin concesiones. La última derrota que tuvo el PRI el 1 de julio, fue el resultado del hartazgo y la desenfrenada corrupción del gobierno que preside el priista Enrique Peña Nieto, es el principal culpable. ¿Cambiará de nombre el Partido Revolucionario Institucional, tras fracaso del 1 de julio?, desde nuestra percepción, no creemos que sea viable, sino que los militantes deben entrar un proceso de reflexión y análisis del comportamiento en el momento en que son gobierno en sus tres niveles, municipal, estatal y federal. El hecho que el Partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) que apenas tiene escasos 4 años, y que haya logrado aplastar políticamente a los partidos más antiguos de México, como el PRI y PAN,  es una muestra indiscutible de los pésimos gobiernos que han tenido los priistas en los últimos 30 años. Tras la derrota del 1 de julio, en la que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) quedó en tercer lugar en la elección presidencial, con apenas el 16 por ciento de los votos, sus militantes dan puntos de vista sobre cuál debe ser su plan de acción y entre las opciones está un posible cambio de nombre. Claudia Ruiz Salinas, quien quedó a cargo del PRI tras los comicios, ha mencionado en diferentes entrevistas que el partido está en un periodo de “reflexión y diagnóstico”, para analizar qué los llevó a fracasar en términos electorales, y cuál es la posible vía para una recuperación. Eso sale sobrando, ya de antemano se sabe que fue lo que le causó  animadversión, son sus conductas de los gobernantes, quienes en las tres últimas décadas han visto el erario como negocio particular, no la oportunidad para servir con todas las fuerzas. Definitivamente el 1 de julio el PRI, partido que gobernó México durante 89 años, no solo perdió la presidencia, también quedó como una minoría en congresos como el del Estado de México--una de las entidades que era considerada como uno de sus bastiones--, y también Guerrero y en el Congreso federal. En la Cámara de Diputados, el PRI tendrá solo 45 legisladores, y serán coordinados precisamente por principal sepulturero del tricolor, el guerrerense, René Juárez Cisneros, quien en lugar de ser castigado, fue doblemente premiado, la diputación y la coordinación de la bancada y en el Senado 13,  la bancada estará a cabro de la coordinación, el ex gobernador de Hidalgo, Miguel Angel Osorio Chong y en el caso Guerrero apenas tendrá 11 con plurinominales. Por ahora, “Todo el priismo está en ese proceso que, sabemos, será largo, autocrítico, muy profundo, para replantearnos lo que haremos tras el resultado que obtuvimos”, dijo Ruiz Salinas en una entrevista con Radio Red. La dirigente mencionó que todas las opciones serán puestas sobre la mesa, incluyendo la posibilidad de cambiar de nombre al partido, que llegó a las elecciones con la carga de los casos de corrupción vinculados a quienes fueron sus gobernadores en estados como Veracruz, Chihuahua y Nuevo León, y hechos como la Estafa Maestra o la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto. La diputada federal Mariana Benítez, en entrevista con el diario Reforma, dijo estar a favor de un cambio de nombre del partido, pero no solo eso, sino también de un cambio que permita recuperar la confianza ciudadana. “Yo coincido en que además del nombre que tenemos que cambiar, y no sólo por un cambio cosmético, sino que a partir de la reflexión profunda que se haga, de cuáles serán los principios y las causas que va encabezar el partido para conectarse nuevamente con la ciudadanía, es a partir de esos nuevos objetivos que tendrá que hacer sentido el nuevo nombre que tenga el partido”, expresó. “Hay hartazgo de la política, pero del partido también. Ahorita, lo importante es llegar a un consenso de cuál tiene que ser esa nueva mística, los nuevos principios que van a conducir el trabajo de todo priista. Los que nos quedamos por convicción y porque tenemos una militancia de muchos años, somos los que estamos preocupados por el futuro de este partido”, agregó. El senador priista Enrique Burgos coincidió con Benítez. “No solamente el nombre, sería una parte, y habrá que calificar si efectivamente esa marca se agotó o la agotamos en la praxis los políticos priistas, habrá que distinguirlo muy bien y valorarlo”, dijo a Reforma.  Otros, como el diputado federal Ricardo Ramírez Nieto, consideran que el cambio de nombre no es necesario. “No veo necesario cambiar de siglas, pero sí es necesario revisar los estatutos, una verdadera reestructura y crear una nueva imagen porque de nada sirve cambiar de nombre si van a seguir siendo los mismos personajes los que toman decisiones. Me gustaría que se retomara la consulta a la base, que se retomaran los principios básicos del partido por los cuales fue fundado”, expresó. La senadora Diva Gastélum, entrevistada por Reforma, consideró que “la marca” del PRI no es mala, sino que algunos personajes la han utilizado de forma inadecuada. En su opinión, el partido aún tiene forma de reconstruirse. Está claro, no es malo el PRI y sus estatutos, han sido los malos quienes lo han dirigido y los que han sido gobernantes, quienes con ínfulas de perdonavidas y en medio de la corrupción hicieron lo que les vino en gana en contra del pueblo, se olvidaron de él, y ya vieron que es sabio, y se la cobraron el 1 de julio y el PRI fue colocado hasta en un tercer sitio, frente al resto de partidos. Desde nuestra concepción, cambiar de nombre, no tiene viabilidad en 89 años de vida del PRI que ha demostrado que ha sido constructor de instituciones que operan en México, quienes deben cambiar su actitud son la de los militantes que actúan con arrogancia, creyendo que el poder es eterno. En Guerrero, el actual dirigente estatal del PRI, Heriberto Huicochea Vázquez, el 7 de junio del 2017, algunos ciudadanos le solicitaron una audiencia, es la fecha que no les ha contestado y hasta ya se va de la dirigencia para ocupar la diputación  plurinominal en la LXII Legislatura que entra en funciones a partir del 1 de septiembre venidero. En Guerrero, el Gobernador Héctor Antonio Astudillo Flores, ha incumplido con el pueblo, ofreció “orden y paz”, es la hora que no le ha dado ni orden a su gobierno, mucho menos paz a los ciudadanos, tanto que la delincuencia opera con total impunidad. En Chilpancingo, el presidente municipal, el priista Marco Antonio Leyva Mena, fue corrido por 9 meses por inútil, al no poder resolver  el problema de la basura, y regresó cuando faltan escasamente menos de tres meses para concluir el trienio, solo vino ayudar a la oposición a que ganara la alcaldía. Está demostrado que quienes deben ser cambiados son los dirigentes que no están respondiendo al pueblo y los militantes que ocupan diversos cargos, pero llegan a enriquecerse, cuando se supone van a servir, y no a servirse, convirtiéndose en unos auténticos vivales. Sería inútil cambiar el nombre del PRI a sus 89 años de vida institucional. Pero en fin serán los dirigentes y militantes quienes tienen la última palabra.…Financiamiento…El modelo de democracia mexicana, ya está agotado, ya debe cambiarse, en lugar de seguir dando financiamiento público a los partidos políticos, estos deben buscarlo con sus militantes y la iniciativa privada, y esos impuestos canalizarse a combatir la pobreza y marginación. Nuestra propuesta es que desaparezca el financiamiento público y eso evitará que nazcan partidos como hongos cada vez que hay elecciones. Es mucho dinero que se canaliza a los partidos con el falso argumento de democracia, y desde 1990, es cuando se incrementaron las partidas presupuestales, no obstante que se han  dado  recortes en otros rubros, pero no a los partidos políticos. Sin embargo ahora con la llegada al poder en los tres órdenes el Partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), con cuatro años de vida, sus militantes que han obtenido cargos de elección popular, dentro de sus agendas ya están proponiendo de que se disminuya el financiamiento hasta en un 50 por ciento. Propuesta que no la respaldamos del todo, porque los partidos políticos  seguirán viviendo a costilla del erario público, cuando deberían ser mantenidos por sus militantes y sus dirigentes busquen recursos de la iniciativa privada. Pero de algo se tiene que comenzar, habría que esperar que tomen posesión antes de que concluya este año y de inmediato se pongan a trabajar en estas urgentes reformas. Por ahora se sabe que la diputada Alicia Barrientos Pantoja, de Morena, presentó una iniciativa de reforma al Artículo 41 de la Constitución encaminada a reducir en un 50  por ciento el financiamiento público a los partidos políticos. “Morena es congruente con su agenda legislativa y por ello presentamos esta iniciativa de disminución de las prerrogativas a los partidos en un 50 por ciento en actividades permanentes. Iniciativa que, por cierto, Morena ha presentado tres veces, pero que nadie le hizo eco, sólo se simuló para que todo siguiera igual. Por eso esto va cambiar”, advirtió. Ante el pleno de la Comisión Permanente del Congreso, apuntó que no se trata sólo de un asunto de austeridad, sino de una reforma mucho más profunda ya que, a su juicio, el modelo institucional de la democracia mexicana, del sistema electoral y de partidos se encuentra agotado y cuestionado. Estamos de acuerdo, definitivamente, ya no responde a los intereses de los ciudadanos, además cada día aparecen más partidos como negocios familiares, se hacen millonarios sin trabajar, ni arriesgar nada. En tribuna, explicó que el sistema de financiamiento que se estructuró en los años 90 formó una espiral perversa de dinero que ha contribuido a ensanchar la corrupción política. Esa es una verdad, y se ha visto que así como nacen, desaparecen los partidos políticos, además de que nunca rinden cuentas a la sociedad mexicana. Por ello reiteramos nuestra propuesta de que desaparezca al ciento por ciento de la erogación de dinero vía “prerrogativas”, que no es otra cosa que regalar dinero, cuando en todo México, y en el caso de Guerrero, se vive en la pobreza y marginación, en la que están ausentes las políticas públicas. La legisladora afirma que la solución, no está en desaparecer el financiamiento público, sino en mantenerlo pero repensando sus objetivos y recalculando sus montos a la baja. En este aspecto no estamos de acuerdo, porque los dirigentes de partidos deberían adoptar el modelo de los partidos en los Estados Unidos, en donde los lideres buscan el financiamiento entre sus militantes y con los de la iniciativa privada. Eso también genera que no haya tantos partidos políticos, en cambio en Guerrero, en el pasado proceso participaron hasta 14 partidos, de los cuales a nivel nacional con registro 9, y localmente cinco, por no alcanzar el 3 por ciento de la votación, estos últimos desaparecieron, pero si los dirigentes se gastaron los millones de pesos, en tanto dos con registro nacional, también desaparecieron por no alcanzar la votación necesaria. Sin embargo Barrientos Pantoja señaló para 2019 se tiene estimado que la Federación aporte a los partidos políticos nacionales por lo menos cuatro mil 713 millones 984 mil 145 pesos por concepto de actividades ordinarias permanentes. “En cambio, de aplicarse la reforma constitucional planteada por Morena, se generará un ahorro de dos mil 356 millones 992 mil 72 pesos. La cantidad para ser erogada como prerrogativas para los partidos políticos a nivel federal, durante el año 2019, sería únicamente de dos mil 356 millones 992 mil 72 pesos”. Insistimos que es mucho dinero, eso debería invertirse en diversos programas para beneficiar  directamente a la sociedad, y no a un puñado de malvivientes dirigentes. Para comenzar, la diputada, informó que Morena rechaza los mil 500 millones que le corresponderían para el próximo año, y en congruencia con su política de austeridad plantea disminuir el monto a la mitad para todos los partidos políticos. Tras hacer un llamado para que todos los partidos y grupos parlamentarios se sumen a esta iniciativa, detalló que la propuesta aplicaría en todos los estados y la Ciudad de México, a fin de lograr un impacto en todo el sistema político electoral y no sea una reforma que distorsione las condiciones de igualdad en los comicios. De acuerdo con la iniciativa, sin importar si hay o no procesos electorales, cada año los partidos políticos reciben una gran bolsa de recursos solo para financiar sus actividades ordinarias permanentes. “El modelo de financiamiento a los partidos políticos establecido actualmente en la Constitución, conlleva necesariamente a que los recursos ordinarios permanentes que se les asignan vía “prerrogativas” se incrementan año con año, sin importar que existan recortes en otros rubros del gasto público, fundamentalmente los de tipo social como la educación, la salud, el combate a la pobreza, e incluso las obras de infraestructuras. “Este gasto privilegiado resulta inaceptable para nuestro país, en momentos en que la sociedad entera discute sobre la disminución de las entradas a las arcas públicas y la consecuente necesidad de reducir el gasto innecesario, a fin de no afectar áreas de crecimiento y desarrollo económico indispensable o servicios básicos como educación y salud”, argumenta la propuesta presentada. El dinero sale de los impuestos del pueblo que se deben invertir en favor de los pueblos y solución de sus carencias que son muchas, como es la pobreza y marginación.

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