jueves, 23 de agosto de 2018

COLUMNA

DH-1-07-18
Tino Gatica
“Voten por nuestro cinco de cinco”, decía mi amiga Norma Otilia Hernández Martínez, cuando visitaba colonias y barrios de Chilpancingo o cuando subía a la serranía para pedir el apoyo para el proyecto de nación que encabezó Andrés Manuel López Obrador, en la temporada de campaña. En esa gira, muy entusiasta y orgullosa de abanderar un proyecto de nación distinto al que promovían los otros candidatos y candidatas de coaliciones además de los representantes de partidos polític
os que iban en solitario para mantener su registro, e incluso los que portaban el estandarte de independientes, que en el caso del estado de Guerrero hasta donde tengo información solamente de 16 aspirantes que manifestaron su interés en ser candidatos solamente once cumplieron con el número de apoyo requerido. Para el caso que ahora me ocupa, Norma Otilia (Hernández Martínez) desde hace meses que se convirtieron en años, observaba el panorama social, económico y político del estado de Guerrero, informándose con  otras amistades sobre los escenarios que se anticipaban en el país, devastado por políticas públicas erróneas, que privilegiaron los amarres con empresas trasnacionales poderosas que buscaban  expoliar de beneficios y recursos naturales a nuestro país, amén de la sangrienta situación de violencia que incluso afectó otros liderazgos que no pudieron hacer realidad por completo el sueño de formar parte de una transformación, porque fueron asesinados. Fueron diversos los datos que Hernández Martínez amalgamó para tener estudios reales de cómo lo estábamos sufriendo en el estado de Guerrero, con una especie de caciquismo fáctico, de una gobernanza sin remedio, sin resultados, o porque ella atendió a grupos de personas  que le confiaron sus problemas, sus dolencias, sensibilizándose  sintiéndolos como propios. Por esos argumentos es que ella fue aspirante para el Primer Distrito en la entidad, quedando como candidata, posteriormente en  campaña ese fenómeno popular llamado AMLO reafirmó su trabajo personal para la colectividad, despertando entusiasmo en sus recorridos, sobre todo porque  tenía un terreno descuidado, que fue abonando por la indiferencia de los tres niveles de gobierno, obviamente siendo extraídos del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Personalmente la traté, considerándola una mujer líder en su ramo, con potencialidad, y que, como decía, en campaña vio a gente con en una situación deplorable en términos económicos, que están luchando día a día para sobrevivir.  Ella siempre manejó “el cinco de cinco” en esas reuniones, casi como una consigna, que compartió con Félix Salgado Macedonio, Carlos Sánchez Barrios, Silvia Alemán Mundo, Ricardo Castillo Peña, María del Carmen Pérez  Izazaga, Bulmaro Muñiz Olmedo, por mencionar a personajes que ahora tienen un liderazgo sólido y que sus cargos de representación popular los harán más responsables y comprometidos a servir a las personas que depositaron su confianza en el proyecto de nación que abandera el ahora presidente electo Andrés Manuel López Obrador. Ya como diputada ese mensaje en sus campañas del “cinco de cinco” fueron la avanzada que motivo a la gente que mayoritariamente permitió ganar proporcionalmente esas cinco representaciones en varios estados del país, como ocurrió en Guerrero, y en esa misma proporcionalidad se tiene la primera mayoría en el Congreso del Estado, que será un legislatura “morena”, no por su color, porque se entiende que son incluyentes, diversos y más cercanos al pueblo, sino porque gracias a ese juego de palabras, fueron el dardo perfecto para llegar al sentimiento popular. Un dato que añado, pero que no necesariamente se refiere a Morena, es que en la pasada elección se observó una inusitada participación social promovida por este personaje (AMLO) y por los demás candidatos de los partidos políticos que se mueven en el país, e irrumpió saludablemente y como una alternativa formal la figura de candidatura independiente que en el estado de Guerrero, como lo referí con antelación registró a 16 aspirantes primero, y de ese número se aceptaron según requisitos del Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Guerrero (IEPC), siendo el más fuerte a cumplir tener “dispersión geográfica exigida por la ley”, es decir una cobertura, desplazamiento en territorios distribuidos. Por lo anterior, dejo mencionados los nombres de estos aspirantes independientes que cumplieron con las firmas  requeridas y que pudieron registrarse en candidaturas para diputaciones siendo ellos y ellas: Juan Jacobo Alarcón Nájera, por el Distrito 02; Nicolás Torreblanca García, aspirante a diputado por el Distrito 10; Corey Sánchez Silvar, aspirante a diputada por el Distrito 21. Y además, las candidaturas para alcaldes como fueron Norberto Ceballos Suástegui, por el ayuntamiento de Juan R. Escudero; Juventino Rodríguez Martínez, por Ometepec; Aníbal Gabriel Herrera Moro Valdovinos, por Zihuatanejo de Azueta; Carlos Armando Bello Gómez, por Atoyac de Álvarez; Héctor Vélino Rodríguez Leyva, por Iguala de la Independencia; Julio César de la Cruz Vargas, por Benito Juárez. Siempre es bueno que alguien reconozca y estimule el trabajo de los “otros”, de las “otras” que ojalá se mantengan en el ánimo de continuar en el espacio y lucha política porque todavía en nuestro estado nos faltan liderazgos, gente “nueva” que posteriormente realice sus esfuerzos para ayudar, aliviar y mitigar el dolor o problema de sus semejantes. Es todo.

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