viernes, 3 de agosto de 2018

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Nunca Chilpancingo podrá alcanzar el nombre “Pueblo Mágico”, porque  su desarrollo sigue incipiente, se tolera el ambulantaje, grafitis y lo más grave que se tiene la incontrolable recolección de basura, además de  que su imagen urbana  es deficiente, más ahora que ha estado desgobernando el presidente municipal que fue corrido y luego reinstalado, el priista Marco Antonio Leyva Mena,  quien con cinismo afirma que los vendedores informales existen por falta de empleo, y culpa a las organizaciones de fomentarlo y protegerlos para estar en calles y avenidas.

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