martes, 18 de septiembre de 2018

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
LOS SISMOS EN CHILPANCINGO
Hace años no se les decía sismos.
La gente del rumbo les llamaba temblores de tierra: ¡Tembló anoche, lo sentiste?, era el principio del diálogo común entre los vecinos horas después de haber producido el fenómeno.
Los viejos chilpancingueños, quienes habitaron nuestro valle a principios de siglo platicaban que “el temblor más fuerte ocurrió en 1902”. El otro fue en 1957.
En efecto, el 16 de enero de 1902, que cayó en jueves, a las 11 de la noche con 19 minutos, se produjo en Chilpancingo: “un temblor oscilatorio y trepidatorio que azotó al estado de Guerrero.
El epicentro del terrible fenómeno fue Chilpancingo; el pánico que imperó en los mome
ntos de la catástrofe fue indescriptible.
Los edificios se derrumbaron, sepultando a una familia y a un artesano; las familias corrían a refugiarse a los campos, mientras un grupo de hombres armados de palas y zapapicos removían los escombros procurando salvar a los que habían quedado sepultados.
“En este día se celebraba el primer aniversario de la toma de posesión del gobernador Agustín Mora (1901-1904), y en el momento en que recibía este funcionario las felicitaciones se sintió el temblor y comenzó a derrumbarse el Palacio de Gobierno.
Quedaron afectados el tribunal, prefectura, ayuntamiento, escuela para profesores y profesoras, escuela de niños, hospital civil, templo parroquial, capillas de San Francisco y San Mateo, casa de los Bravo, hoteles del Sur y de la Purísima, así como la mayoría de las casas (614 destruidas y 182 muy dañadas); saldo: cuatro muertos y 31 heridos graves; muchos lesionados. Es uno de los terremotos más destructores que se han experimentado en el estado”.
EL SISMO DE 1957:
El día 27 de julio de 1957, que fue sábado, a las 2 horas con 40 minutos de la madrugada, se sintió un temblor de tierra que después se supo que tuvo la magnitud de 7.8 grados y una profundidad de 33 kilómetros.
Se informó que se trató de un “Fortísimo terremoto generalizado, trepidatorio, continuado por una serie de oscilaciones, intercambiando ambos movimientos.
Se sintió en Acapulco, Chilapa, Tixtla, Quechultenango, Mochitlán, Zumpango del Río, Tlapa, distrito de Morelos, Huamuxtitlán, Iguala, distrito de Atenango del Río, Ahuacuotzingo y Chilpancingo; en Taxco, Teloloapan y Cuetzala fue moderado.
“Abarcó extensa zona de la República; entre los estados afectados fueron: Colima, Aguascalientes, en Veracruz se sintió muy fuerte, en el Distrito Federal causó muchos estragos; se cayó el Ángel de la Independencia, por lo cual se le llama ‘el sismo del Ángel’; hubo 36 muertos.
“Durante la madrugada y el día fue un constante movimiento de tierra; hubo dos réplicas de regular intensidad y menor permanencia a las 7:36 y 18:45 horas; su epicentro se localizó en la fosa oceánica a 80 km al SSE de Acapulco; los daños ocasionados en el puerto fueron cuantiosos; la ruptura del acueducto Cayaco y el Chorro, la destrucción parcial del puente de Aguas Blancas, la interrupción de la carretera escénica y destrucción de “La Rana”; en la Base Naval quedaron destruidas la comandancia, la estación radiotelegráfica, los cuarteles y habitaciones de jefes, oficiales, marinería y parte de la armada, depósitos de agua y combustibles; daños al edificio del aeropuerto Plan de los Amates; el hotel Papagayo, el Noa Noa, el último piso del hotel Hilton (en construcción) se derrumbó, hubo dos niños muertos.
“Ayutla: grandes daños materiales, desplomes y cuarteaduras; dos muertos y veintinueve heridos a consecuencia de los veinte movimientos telúricos del domingo 28 de julio; el presidente municipal Delfino Pacheco Ortiz estima que las pérdidas habidas en este lugar ascienden a dos millones de pesos aproximadamente, y se cree que serán necesarios cinco años para reparar los perjuicios ocasionados por el sismo; por fortuna, esta localidad cuenta con oficina telegráfica, un avión y radiotelefonía; algunos habitantes, después de ver las condiciones en que quedaron sus casas, optaron por abandonar la ciudad, por no tener manera de repararlas; posteriormente se sintieron veinte movimientos más, aunque éstos fueron  de escasa intensidad.
“Chilpancingo: quedaron afectados el edificio del Sindicato Trabajadores de la Educación, tienda del Sindicato de Empleados Federales, edificio de Hacienda y Economía (dos pisos superiores),  Colegio del Estado (al sur), biblioteca infantil del estado, hotel Posada Meléndez (fondo); tres casas construidas por Pensiones  en la colonia Cuauhtémoc Sur. Salón–cantina Moctezuma, dormitorios y habitaciones de los empleados de la Escuela de Promoción Agropecuaria. Muy averiadas: torre norte del templo en su parte superior, Posada del Caminante, botica Cruz Roja.
“La iglesia de Santa María de la Asunción tiene dañado uno de sus campanarios y sufrió otros desperfectos; se cuartearon los edificios de la Presidencia Municipal, el hotel Treppiedi y el de la Comisión Federal de Electricidad.  La Escuela Vicente Guerrero cayó por tierra; la Clínica Médico–Quirúrgica quedó destruida, y el templo evangélico amenazaba caer.
“Otros daños en Chilpancingo: el treinta por ciento de casas antiguas se desplomaron y el cincuenta por ciento quedaron dañadas; seis personas murieron y 10 resultaron heridas, tres de ellas por choques. Los muertos son: Humberto F. Meléndez, propietario de la Posada Meléndez; la señora Rosa Chipadagüey, Agustín del Peral, un agente viajero desconocido y las niñas Laura y Rosa, hijas del ingeniero Rafael Álvarez. Los heridos: Micaela H. Portillo, Victoria Morales, Rosa Rodríguez, de un año; Paula García, María Luz Ramírez, Irma Sánchez, Gregoria P. de Hipólito, Ma. Antonieta de Jesús, Ma. Serrano y Carmen Nájera”.
(Son datos extraídos de la Enciclopedia Guerrerense, con algunas mínimas correcciones y datos agregados de Héctor Contreras Organista).

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