viernes, 8 de febrero de 2019

ARTÍCULO

El Santo, Un héroe
de carne y hueso
Daniel Reyes
Cuando era niño mi padre me hablaba constantemente de la leyenda de la lucha libre, El Santo, quien llenaba los lugares donde se presentaba. Y es que el pasado 5 de febrero, se cumplieron 35 años del fallecimiento del enmascarado de plata.
Rodolfo Guzmán Huerta, nació en Tulancingo Hidalgo, el 23 de septiembre de 1917, su carrera de gladiador de los rinesm, la inició en 1942, convirtiéndose en un héroe popular gracias a una historieta titulada  “Santo, el Enmascarado de Plata” (1952) y coronándose como actor, en más de 50 películas, taquilleras para su tiempo y que lo inmortalizaron para siempre,  hoy muchas de ellas, son de culto popular.
Don Jesús Lomelí, -su entrenador- fue quien le sugirió el nombre, pues estaba conformando un equipo de luchadores que llevaban vestimentas plateadas y quería incorporar a Rodolfo Guzmán. Entre los nombres sugeridos para él por Don Jesús, fueron El Ángel, El Diablo o El Santo, optando Guzmán por este último e iniciando primeramente en el bando de los rudos y aunque logró ganar  algunos seguidores, prefirió pasarse al bando de los técnicos, creando su propio estilo y haciéndose más popular.
Su popularidad en las arenas, la historieta y el cine, lo colocó como un héroe de carne y hueso, que, a diferencia de los creados en Estados Unidos como Superman o Batman, -que estaban en auge por la misma época-, El Santo era verdadero.
El Santo, jamás perdió su máscara en el rin y se despidió de las luchas a principios de los años 80’s. Después de presentarse en el programa conducido por Jacobo Zabludovsky el 25 de enero de 1984, llamado “Contrapunto”, el conductor logró que el luchador se despojara de su máscara para conocer su rostro, mostrando su identidad que había guardado por 44 años. Días después, el 5 de febr
ero de 1984, el corazón del héroe de las luchas se apagaba para siempre, al día siguiente, fue sepultado en Mausoleos del Ángel, acompañado de más de 10 mil personas que fueron a despedirlo.
Para despedirnos, habremos de recordar la reflexión que hace el narrador  en la primera película de luchadores y que muestra lo que para muchos significó El Santo.
Si alguna vez estando en un acto de injusticia, tu te revelas, si alguna vez defiendes el derecho del débil, en contra del odioso opresor, si alguna vez te yergues altivo en contra del infortunio. Será señal de que tu llevas dentro el mismo ideal que mueve a este atleta enmascarado, lucha por el bien, haz caridades y oculta tu rostro
Así como el médico, algún día llegaras a ser  tú, que importa saber quién es él, respeta su incógnita e imítalo, hombres como él hacen falta en este mundo de ahora, para que nos lleven a un horizonte de eterna paz.
Película El enmascarado de plata

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