viernes, 26 de julio de 2019

COLUMNA

Carpeta Roja
Tino Gatica
Hogares enlutados en todo nuestro México
¡Qué más quisiera yo empezar con noticias positivas! Terrible y preocupantemente no se tienen grandiosos resultados ni esfuerzos que confirmen mi exceso de pesimismo. Aunque se dan acontecimientos interesantes en contados asuntos, como lo son los deportes o la cultura e incluso la ciencia o educación, el cúmulo de sucesos funestos sepultan mi ánimo, conste que no soy persona que se agüite ante cualquier panorama. Empero, la violencia que cada vez toca a nuestras puer
tas, me ubica en una fatalidad, tristeza y desánimo ante un gobierno, todos los gobiernos, así sean pintos, azules, morenos, tricolores, marrones, verdes, etc., que escasamente reaccionan para garantizar nada más y nada menos que una de las garantías consagradas en nuestra Constitución mexicana: paz, tranquilidad, mejor ambiente social. Si bien es cierto que por normatividades, ésas garantías, todas que se refieren a otras libertades y obligaciones, tienen todo un cuerpo debidamente articulado, bien elaborado, mediante artículos, leyes, decretos, adiciones, etc., en esta Constitución mexicana se leen y antojan como de un país utópico debido a que nuestros representantes con la investidura de autoridad son los que han cometido miles de abusos, ahora con sus omisiones, negligencia e incapacidad galopante de aquellos que se subieron a un barco novedoso del que no sabían cómo se comportaría su capitán, propiamente vendió a satisfacción sus promesas, pero que en ahora en la actualidad suenan a lo mismo, sin cambio de fondo ni forma. Y la violencia, de ésa que asesina, que invade tu hogar, que se cuela por cualquier resquicio, que se lleva a tus familiares, a tus vecinas, a tus amistades, a tus conocidas, mantiene un ritmo increíblemente letal. Y el echarle la culpa al pasado, ya no es suficiente. Está demostrado que quienes se sumaron a una aventura, llegando al poder, pero sin tener la suficiente preparación, estudios, preparación, cultura, conocimiento sobre el terreno que pisarían son quienes ahora empiezan a desanimarse en esa manera de gobernar, mandatar y legislar, sobre todo que no son compatibles con el jefe de Estado que nos vendió un producto edulcorado, envuelto con promesas que ahora resulta son un insípidas, amargas y que lamentablemente estamos pagando con creces. Si esta apuesta por una esperanza de una renovación era el pago con sangre de miles de personas, culpables o no, responsables o no, de plano fue una apuesta muy cara que se está pagando con la vida, salvajemente real. Contrario a lo anterior, todavía existen personas que consideran que se le puede dar un voto de confianza a quien prometió un cambio en el sistema de gobierno, y espero que lo siga gozando con más sangre de este gigantesco batidero en que se ha convertido nuestro México. Si alguien considera que estos comentarios son demasiado “pesados”, tristemente les tengo que pedir que vean los hogares de esas familias que han sido enlutadas ante una bala perdida disparada por un desequilibrado; que vean cómo agoniza esa jovencita de tantos golpes recibidos para violarla o asaltarla; que acudan a los servicios médicos forenses, en donde hasta el momento hay cuerpos de personas que están en calidad de desconocidos con un destino que será ir a una fosa común, en el peor de los anonimatos; que se preocupen de cómo y porqué están metiéndose secuestradores y sicarios a los hogares para cometer sus delitos: secuestro u homicidio…en fin, la situación de violencia generalizada, con todos esos delitos que se tipifican en las leyes de cada Código vigentes, que se concentran en nuestra Carta Magna del Estado mexicano solamente se queda en letra muerta ante este desangramiento de seres humanos, y echarle la culpa al pasado ya no es justificación para no actuar en nuestro presente. (Comentarios: dacnificados@outlook.es).

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