lunes, 5 de agosto de 2019

COLUMNA

Carpeta  Política
Tino Gatica
Los discursos de quienes gobiernan, que inducen a accionar para bien o para mal
No es gratuito que en todas las campañas para buscar un espacio de poder, se quede como parte de un discurso que se va a integrar a las personas con esas aspiraciones personales, en nuestros sistemas de gobernanza. En los modelos de gobierno, desde los distintos niveles, incluyendo a quienes forman la estructura de poder como las direcciones, áreas, oficinas, departamentos, regidurías con sus cabildos, ayuntamientos, legislaturas, etc., siempre es común que el guía use discursos que así se lo ha
n aconsejado sus asesores. Pero la huella, el pensamiento y la emoción del guía imprime su sello personal. Y todo tiene que ver con un producto mercadotécnico que llegue a ese espacio. Insisto, no hay espacios pequeños en la toma de decisiones, pero los que trascienden más son los que ocupan los puestos más relevantes como son los Tres Poderes que estructural y constitucionalmente tenemos: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, siempre el que porta la investidura, de ahí en descenso, aunque con toda esa experiencia que se ha observado en la gobernanza, es que quien capitaliza todo el poder (toma de decisiones y demás acciones u actos) es el jefe del Ejecutivo, quien pone y dispone, en ocasiones de manera velada para que se designen las otras investiduras de los dos Poderes restantes. Y cada mandatario que se elige durante un periodo de seis años, tomando únicamente como ejemplos el nuestro, que son cada seis años, o bien como el de Estados Unidos en donde sí tiene plena aceptación la reelección es que las posibilidades de crecimiento, deterioro, avance o estancamiento, necesariamente se le adjudican a los presidentes. Dichos periodos presidenciales, son para medir el grado de bienestar que se ha tenido, precisamente por los programas que han sido efectivos, que han tenido plena aplicación o bien para acentuar o ampliar más dichos beneficios, distribuidos en segmentos de la sociedad. Por eso es que mencionar el discurso de quien desea gobernar, o que gobierna, con su gabinete ampliado, deben estar a tono, en concordancia, en donde siempre habrá un responsable. En este asunto, ahora observamos cómo están ejecutando sus planes de gobierno el mexicano (uno de inicio) , y el otro estadunidense (que va de salida, pero con intenciones de reeligirse). Con ese discurso que de manera persistente ha manejado desde cuando quiso ser presidente de Estados Unidos, mar cadamente racista o supremacista, sobre minorías, amén de misógino u homófobo es que ahora sus gobernados actúan bajo esa aparente sugestión: asesinando a mansalva en un Estado en donde se tienen como principios básicos, conocer y manejar armas de fuego. Ya se tienen registros de estas aseveraciones, sobre todo pródigas en las redes digitales sociales. En el caso de nuestro México, con un presidente que se asume de izquierda, se espera que sus discursos sean menos cargados hacia la violencia, aunque en éstos se puedan detectar discursos de incertidumbre. Sobre todo cuando el emisor no siente confianza a las instituciones que lo llevaron al poder. Y no menciono al Estado canadiense, debido a que en la práctica un tratado tripartita se mantiene en suspenso, al menos no está bien consolidado. En tanto que el gobierno a Estados Unidos ya condicionó a su par, a que sea su correa para otros países aparentemente más desprotegidos y vulnerables financiera y económicamente. Esperemos a ver si hay cambio de discursos en ambos mandatarios, pues desde ese momento del habla se increpa, se rechaza, se acepta, se prodiga, se odia, se maltrata, se suaviza, se macha, se legitima o deslegitima, es estigmatiza o se niega un derecho, una razón de ser parte de una sociedad. (Comentarios: dacnificados@outlook.es).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.