viernes, 7 de febrero de 2020

ARTÍCULO

Mi patria es
primero

Apolinar Castrejón Marino
¿Y por qué decimos “La Patria es Primero”? porque es la frase que resume el ideal libertario de Don Vicente Guerrero, considerado por la historia oficial como “Consumador de la Independencia de México”, aunque…
En la Mapoteca Manuel Orozco y Berra se encuentra un material histórico que consigna: “El 24 de febrero se conmemora el aniversario de la firma del Plan de Iguala, documento mediante el cual  se pone fin a la guerra de Independencia en México”.
El general realista Agustín de Iturbide, realizó una alianza con el general insurgente Vicente Guerrero, que sellaron con el “Abrazo de Acate
mpan” y la firma del Plan de Iguala.
El escrito puntualiza, los términos que dan por concluida la relación de nuestra nación, con la corona española, y establece que el gobierno quedaría al mando del Ejército de las Tres Garantías.
Pero cuando el comandante del Ejército Trigarante Agustín de Iturbide, trató de validar ese Plan de Iguala, fue terminantemente rechazado por la corona española, porque el jefe político superior de la Provincia de Nueva España Juan O’Donojú, carecía de las facultades y la potestad para renunciar a ninguna parte del territorio español.
Así que, se encargaron de redactar otro documento en el que se reconociera la independencia de nuestro país, y el retiro de las tropas españolas. Este nuevo documento fue firmado el 24 de agosto de 1821 en Córdoba, Veracruz por O›Donojú y Agustín de Iturbide, y se refiere a la nueva nación como un imperio, independiente de la Monarquía española.
Según el “Tratado de Córdoba, se reconocía el imperio mexicano como monárquico constitucional y moderado, cuya corona se ofrecería a la familia de Borbón: en primer lugar a Fernando VII de Borbón, y de no aceptarlo, a sus hermanos, los infantes Carlos, y Francisco de Paula, o a su primo el archiduque Carlos Luis, hijo de María Luisa de Borbón y nieto de Carlos III de España.
En caso de que ninguno de aceptase, las cortes imperiales designarían un monarca mexicano, sin especificar de qué ascendencia. Esta cláusula fue convenientemente redactada por Iturbide para dejar abierta la oportunidad de ser electo él.
Una vez firmados los tratados, O’Donojú envió una copia a la Ciudad de México, a Francisco Novella quien ejercía como jefe de gobierno y Capitán General de Nueva España, desde la destitución de Juan Ruiz de Apodaca.
Convocó a una junta de guerra a la que asistieron miembros de la diputación provincial, del ayuntamiento, del clero y los más altos jefes militares, quienes acordaron que el documento debería ser ratificado por el gobierno español.
Para tal efecto, se concertó una reunión en Tacubaya, la cual se celebró el 13 de septiembre, y fue presidida por Agustín de Iturbide.
El 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante (de las Tres Garantías) entró a la Ciudad de México, y el 28 de septiembre se promulgó el Acta de Independencia que declaraba la independencia de México.
Juan O’Donojú murió de forma súbita el 8 de octubre de 1821 en México, y Agustí de Iturbide se quedó solo, encabezando el reconocimiento de la independencia México. Las Cortes españolas rechazaron el Tratado de Córdoba y la independencia mexicana, lo cual publicaron en la Gaceta de Madrid el 14 de febrero de 1822. ​
Con su autoridad de jefe del ejército de las Tres Garantías, Iturbide instaló la Suprema Junta Provisional Gubernativa, el 28 de septiembre. Estaba  compuesta por 38 personas, y sería presidida por Antonio Pérez Martínez y Robles, Obispo de Puebla de los Ángeles, y como vocales secretarios Juan José Espinosa de los Monteros, y José Rafael Suárez Pereda. ​
La junta procedió a instalar una Regencia del Imperio que sería encabezada por Iturbide, y otros 4 miembros: Juan O’Donoju, Manuel de la Bárcena, José Isidro Yáñez y Manuel Velázquez de León. Y el 18 de mayo de 1822, el Congreso constituyente mexicano proclamó a Agustín I, Emperador de México. ​
El 13 de octubre del mismo año, el primer Jefe Político de la Ciudad de México, Ramón Gutiérrez del Mazo, mandó publicar el bando con el Acta de Independencia para que toda la población se enterara del gran suceso, en especial los Tribunales, Jefes, Gobernadores y demás autoridades civiles y militares, para que a su vez los hicieran publicar y circular por toda la nación.
A la letra dice: “La Nación Mexicana que, por trescientos años, ni ha tenido voluntad propia, ni libre uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido. Los heroicos esfuerzos de sus hijos han sido coronados, y está consumada la empresa...”

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