martes, 3 de marzo de 2020

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Para abril o para mayo
Apolinar Castrejón Marino
Esta frase hace referencia la temporada en que las cerezas, y otros frutos alcanzan su maduración.
Y también es una canción que interpretaban “Los Hermanos Carrión”, quienes eran una versión mexicana del dueto estadounidense de los “Everly Brothers”. Además de “Las Cerezas”, tuvieron otros grandes éxitos como “Magia blanca” (éxito de Marty Robbins), “Creo estar soñando” (éxito de Neil Sedaka), “Entre la lluvia y mi llorar” (éxito de los Everly Brothers”, y “Rosas rojas” (éxito de Bobby Vinton).
Desde luego que también tuvieron creacio
nes propias, y hasta llegaron al número uno de Billboard en 1958, 1961 y 1962.
“Que las cerezas están maduras eso lo sé.
Que tú eres joven y muy bonita, también lo sé”.
“Para abril o para mayo, veeré
que me ofrezcas la primera prueba de amor”.
“Para abril o para mayo teendrás
un poquito de coraje y me besarás”.

Y “…para abril o para mayo” dijo el presidente López Obrador en Salamanca, Guanajuato, sugiriendo que para esas fechas, los aspirantes presidenciales ya estarán desengañados de la poca aceptación entre los votantes, y empezarán a declinar.
Y a propósito los meses de abril y mayo, es la temporada de mayor calor en nuestro continente y propicia para la proliferación de enfermedades virales y bacteriológicas, en los humanos y animales.
Sobre todo a los niños, les aquejan: tos, sarampión, sarpullido, erisipela y parásitos como los piojos. A los animales también atacan enfermedades de temporada, que su proximidad con los humanos, llegan a transferírselas. Enfermedades aviares como cólera, gripe aviar, Newcastle, y parásitos como los corucos. La mastitis, la encefalitis, y la cisticercosis, que afectan a las especies animales, también llegan a ocasionar daño a los humanos.
También aprovechamos para recordarles que hace unos 50 años, las mamás de quienes hoy son adultos, se tomaban el asunto del cuidado de los hijos muy en serio.
La interacción entre las señoras era implacable, con decirle que tener un hijo enfermo era vergonzoso, pues no la bajaban de “mala madre” descuidada, abandonada y sucia. Que dejara de andar e “chimiscolera” y mejor cuidara a su hijo.
Llevar por la calle o tener un hijo mocoso o tusiquiento, en lugares públicos como el mercado, la iglesia o el molino era particularmente peligroso, porque las demás mamás se la acababan. Con fingida amabilidad, le recomendaban algunos remedios caseros:
“Le habías de dar un tecito de manzanilla con un mejoralito” decían unas; “Ponle VapoRub en su pechito” recetaban otras, y las más directas le decían “Siquiera ponle un collar de limones”.
Pero la solución, tanto ayer como ahora, son los cuidados y la higiene: No exponer a los niños al sol, prevenir la deshidratación, y extremar las medidas de limpieza. En términos comunes: que no se asoleen, que tomen líquidos y coman fruta y que se laven las manos y se bañen.

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