Cobertura y calidad educativa
Efraín Flores Maldonado*
“La educación no consiste en llenar un cántaro… sino en encender un fuego”. William Butler.
Como bien lo ha dicho Werner Jaeger en su excelente texto titulado “Paideia”. El verdadero propósito de la educación, es el de formar, trasformar y reproducir un tipo ideal de ser humano. A partir de sus competencias congénitas y de sus habilidades naturales, ser un factor valioso y determinante en la existencia material y espiritual del hombre y de la sociedad. Sin embargo, dicho ideal milenario, sostenido por la ciencia en general y por la pedagogía en especial, no se ha logrado a plani
“La educación no consiste en llenar un cántaro… sino en encender un fuego”. William Butler.
Como bien lo ha dicho Werner Jaeger en su excelente texto titulado “Paideia”. El verdadero propósito de la educación, es el de formar, trasformar y reproducir un tipo ideal de ser humano. A partir de sus competencias congénitas y de sus habilidades naturales, ser un factor valioso y determinante en la existencia material y espiritual del hombre y de la sociedad. Sin embargo, dicho ideal milenario, sostenido por la ciencia en general y por la pedagogía en especial, no se ha logrado a plani